por Edith Sánchez
Una de las genialidades de Sigmund Freud es la de haber reparado en fenómenos cotidianos que para la mayoría de los estudiosos de la mente no tenían ninguna importancia. Uno de ellos son las bromas. El chiste para Freud es mucho más que una forma ingeniosa o simpática de pensar la realidad.
Su obra cumbre acerca de este tema es El chiste y su relación con el inconsciente. Fue publicada en 1905 y en ella Freud analiza las características, los elementos y las motivaciones que hay detrás de esos chistes cotidianos de los que la mayoría nos reímos. Pensó que quizás revelaban más de lo que podíamos ver en su superficie.
Como dato curioso, Sigmund Freud escribió esta obra simultáneamente con otra de sus grandes producciones: Tres ensayos sobre la teoría sexual. Tenía ambos manuscritos sobre el escritorio al mismo tiempo. Dejaba de escribir en el uno para escribir en el otro, lo que no perjudicó en absoluto, al menos en cuanto a estilo y profundidad reflexiva, a la calidad de las dos obras.
“El humor es la manifestación más elevada de los mecanismos de adaptación del individuo”.
Sigmund Freud
La técnica del chiste para Freud
El chiste para Freud se basa en 6 técnicas básicas: la condensación, el desplazamiento, el doble sentido, el empleo de un mismo material, el retruécano o chiste por similicadencia y la representación antinómica. Describamos estas técnicas:
- Condensación. Es la fusión de dos palabras o conceptos en uno solo, generando un equívoco potencialmente gracioso. Como cuando alguien dice: “Deja de fumar” y el otro le contesta: “Soy un experto en dejar de fumar. Ya lo he hecho ocho veces”.
- Desplazamiento. Cuando se transfiere el sentido de algo hacia otra cosa. Este es un ejemplo: “¿Sabías que el Independiente (un equipo) quiere que se case el portero?” “¿De veras? ¿Y por qué?” “Pues porque tienen ganas de celebrar algo”.
- Doble sentido. Cuando se emplea la misma palabra con un sentido diferente. Como en este caso: “Es mejor dar que recibir. Atentamente, el boxeador”.
- Empleo de un mismo material. Uso de las mismas palabras o expresiones para generar un sentido nuevo. Ejemplo: “¿Cómo anda usted?”, le preguntó el ciego al paralítico. “Como usted ve”, respondió el paralítico al ciego.
- Retruécano o chiste por similicadencia. Es un juego de palabras en el que una palabra alude a otra. Ejemplo: “Siempre es mejor el sexo con seso que sin él”.
- Representación antinómica. Se hace una afirmación que luego se niega. Como en este caso: “No solo no creía en los fantasmas, sino que ni siquiera se asustaba de ellos”.
La tendencia y la psicogénesis del chiste
En el chiste para Freud hay dos tipos de motivaciones: el chiste inocente, o sin mayor motivación que la de hacer gala de ingenio, y el chiste tendencioso, o aquel que está motivado por un impulso hostil u obsceno. En el chiste inocente, el placer y la risa devienen exclusivamente del gracejo que está implícito en ellos. En cambio, en los chistes tendenciosos, el placer provendría de romper con una forma de represión.
Dentro de los chistes tendenciosos se incluyen las afirmaciones satíricas, irónicas y ridiculizantes. El contenido hostil u obsceno no siempre es crudo, pero sí es evidente. Generan placer en quien los crea o los escucha porque suponen la transgresión de una norma frente a ciertos temas o a ciertas figuras.
Es muy habitual que los chistes tendenciosos se dirijan a una figura de poder, a una ideología, un credo, un pueblo, una raza, etc. Muchas veces son una forma “políticamente correcta” de manifestar verdades que de otro modo no se aceptarían.
El chiste y la represión
El chiste para Freud es uno de esos mecanismos para hacerle frente a la represión social, cultural o individual que nos genera displacer o neurosis. Gracias al relato divertido divertid se liberaría parte de esa tensión que estaría implícita en la represión. En el fondo habría una idea: si es gracioso para los demás es porque libera de una coerción o de una cohibición.
La risa es un medio para descargar la tensión emocional. Es también un desafío a lo represor. En ese sentido, el chiste tendencioso y la risa cumplen con un papel civilizador. En lugar de agredir directamente al otro, se emplea un medio ingenioso de lenguaje para expresarle la hostilidad. En lugar de romper los tabúes del sexo a través de la perversión, se haría por medio del “chiste verde” u obsceno.
Por todo lo anterior, el chiste para Freud es un medio para conocer los deseos reprimidos de una persona y de una sociedad. Sobre sus tabús y todo aquello de lo que no se habla abiertamente y que, por lo tanto, está de alguna manera proscrito de consideración consciente. De ahí que esas bromas pudiesen tener todo que ver con el inconsciente, pudiendo abrir un camino para conocer en profundidad la realidad subjetiva de una persona y de una cultura.
Edith Sánchez
Graduada en periodismo de la Fundación de Educación Superior INPAHU de Bogotá. Estudios de Licenciatura en Ciencias Sociales, en la Universidad Distrital “Francisco José de Caldas” de Bogotá. Autora de los libros “Un duro – Aproximaciones a la vida” y “Un río de mil brazos”. Co-autora de los libros “Humor cautivo”, “Inventario de asombros”, “Impresos comunitarios” y “Seis historias para ser contadas”, entre otros. Ganadora de la beca en periodismo cultural, Ministerio de Cultura de Colombia (1999). Ganadora de los premios de periodismo Semana-Petrobras (2011) y Entrégate a Colombia-Servientrega (2012). Ganadora de las Pasantías Nacionales en Literatura del Ministerio de Cultura (2009 y 2018). Ganadora en el concurso de crónica “Ciudad de Bogotá” (2014). Mención de honor en el Concurso Nacional de Crónica y Testimonio, Universidad Central (2017) y en el Premio Nacional de libros de crónica (2010). Ganadora de la convocatoria “Leer es mi cuento” (2011), entre otros.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/el-chiste-para-freud/