por Elda Cantú
El cambio climático, con sus sequías y sus temporadas extremas, no solo hace sufrir a las cosechas y los ecosistemas. A nosotros también nos empuja al conflicto y al silencio.
En Chihuahua, al norte de México, la vecindad con Estados Unidos se torna agria cuando los agricultores de la zona, acostumbrados a compartir el agua de los ríos con las comunidades del otro lado de la frontera, enfrentan cada vez peores sequías. |
“Nunca nos hemos distinguido por ser manifestantes”, dijo el líder de un grupo de granjeros que han tomado la presa La Boquilla y enfrentan con armas al gobierno mexicano para evitar el trasvase de agua, que, según los términos de un tratado internacional, debe suceder en los próximos días. “Lo que sucedió en La Boquilla fue algo impresionante para todos nosotros, porque nos quitamos nuestra ropa de agricultores y nos pusimos el uniforme de guerrilleros”. |
En Sudamérica, el ciclo del agua depende, en gran medida, de lo que sucede en el Pantanal, un humedal más grande que Grecia que abarca Brasil, Paraguay y Bolivia. Ahora, a causa del aumento de la agricultura y una temporada seca muy extrema, está en llamas. Un reportaje multimedia nos lleva hasta el corazón de esta tragedia medioambiental. |
Para los guajajara, un pueblo de la Amazonía brasileña, el agua es sagrada: sana y purifica. Pero el cercano río Buriticupu se está secando. Sin agua, escribe Sônia Guajajara, no hay árboles ni el canto de los pájaros ni animales ni carne para ofrecer a los visitantes. Sin río no hay fiesta posible. |
Y sin fiestas, tampoco hay alegría ni pueblo ni cultura. |
Fuente: https://www.nytimes.com/es/