Fútbol y Pandemia

Lo colectivo es más determinante del resultado que lo individual.

Autores: de Candia, Lucas F; Bulla, Valeria B; Saraceni, Ma. Laura | Carrera Posgrado de Especialización en Medicina General y Familiar Universidad Nacional de Rosario

En la actual pandemia, como en el fútbol, la estrategia del equipo es más importante que las habilidades de uno o dos jugadores. En este momento, como en una final de campeonato, lo colectivo es más determinante del resultado que lo individual.

Fútbol y Pandemia
Fútbol y Pandemia

El gobierno nacional con contundencia y claridad realizó intervenciones precoces ante los primeros casos importados en marzo 2020. Se decidió una estrategia de supresión a través de la implementación del Asilamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO). En todo1 el territorio nacional, se limitó la movilidad de las personas, permitiendo sólo aquellas actividades definidas como esenciales (salud, seguridad, alimentación, prensa, etc.). El ambicioso objetivo fue logrado parcialmente: casi todas las provincias controlaron la circulación comunitaria del virus e incluso llegaron a sostener semanas sin reportar nuevos casos.

Sin embargo, en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y en algunas localidades de la prov. de Buenos Aires (PBA) la supresión viral nunca fue alcanzada. Por consiguiente, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) permaneció como región con persistencia y aumento de contagios. Así, esta región se constituyó en fuente de casos que se distribuyeron lenta y paulatinamente por todo el país. Mientras el presidente asumía el peso de decidir la continuidad del ASPO, CABA por su parte autorizaba apertura de actividades favorecedoras de contagios y un sector auto identificado como “anti cuarentena” aparecía en escena. Algunos medios de comunicación, personalidades famosas e incluso referentes políticos de la oposición levantaron la bandera “anti cuarenta” como una militancia frente a lo que entendían como un “avasallamiento a las libertades individualidades”. Alimentándose de la angustia del pueblo y de la crisis económica apremiante, la estrategia preventiva poblacional y colectiva coordinada desde el gobierno nacional fue boicoteada. El juego en equipo quedó interrumpido: cada uno hizo su propio partido. Fue así que pasamos del éxito destacable de la “casi supresión” viral en todo el territorio a una desacertada estrategia de mitigación2 que fue positiva para preparar los servicios de salud, pero no aportó mucho más.

Hoy, los casos se distribuyen y aumentan peligrosamente a lo largo y ancho de toda la Argentina. CABA persiste en su eterna meseta de casos y propone una “simbiosis epidemiológica” con el AMBA para garantizar reserva inagotable de contagios. En consecuencia, la mortalidad/100.000 habitantes viene en persistente y amenazante aumento. Argentina, escala posiciones en la nefasta lista del top 20 mundial. Vamos al entretiempo 1-2 abajo, aunque el primer gol había sido de nuestro equipo.

Las perspectivas señalan dos posibles caminos. El que estaríamos transitando hoy: luego del aislamiento inicial, de preparación y ampliación del sistema de salud, devino el descontrol y los contagios se esparcieron por todo el país.

Sin nuevas estrategias de intervención poblacional lo que sigue se acerca a una estrategia de rebaño: se contagiarán todos los que se exponen (por elección o por necesidad), un porcentaje importante morirá y la curva de casos irá descendiendo lentamente. Aún si no se llegaran a saturar definitivamente los sistemas de salud, los números de muertes serían enormes. El riesgo de colapso sanitario sería siempre inminente, con la potencial necesidad de confinamiento de emergencia, abrupto y paliativo. Mantendremos niveles medios o altos de casos y, en algún momento, iniciaremos la fase de la “segunda ola”. En términos futbolísticos podríamos asemejarla a la estrategia de llenar de pelotazos el área rival, sin demasiada posesión de pelota ni juego asociado, siempre expuestos a un contraataque repentino que nos agarre mal parados defensivamente. Estrategia en donde cada jugador intenta la gambeta maratoniana para resolver el partido.

¿Qué opciones tenemos para continuar?

Implementar de manera urgente esquemas de aislamientos intermitentes, selectivos y programados (ASPI). Periodos de cierres intercalados con fases de apertura. Todo previamente especificado, identificando y haciendo intervenciones poblacionales selectivas por localidades. La selectividad sería regional, temporal y por actividades. La programación ofrecería una agenda de intermitencia preestablecida para ofrecer un panorama de certeza a la ciudadanía y para la planificación de actividades laborales, productivas y recreativas. Esta opción brinda, a su vez, la garantía de no transitar al “borde del abismo” de un colapso sanitario. La trazabilidad de los casos, amplia y eficazmente lograda en ciudades como Rosario, podría volver a ser posible. Con un Estado que coordine una nueva estrategia poblacional como el ASPI, que apoye a los sectores más fragilizados y que convoque fuertemente al cuidado colectivo, el porvenir hasta disponer de la vacuna puede ser con la pelota al pie, mucho control y juego asociado.


1. Estrategia de supresión: medidas de distanciamiento social generales con el objetivo de reducir el número reproductivo básico (R0) por debajo de 1 y, por lo tanto, reducir el número de casos a niveles bajos y/o eliminar la transmisión de persona a persona.


2. Estrategia de Mitigación: pretende reducir el impacto de la pandemia en el sistema de salud (no interrumpir por completo la propagación viral), al reducir el R0 pero sin lograr que éste descienda por debajo de 1.

Fuente: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=97009

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