por Mark A Ellul, Laura Benjamin, Bhagteshwar Singh, Suzannah Lant y colaboradores. Lancet Neurol 2020; 19: 767–83
Continúan en aumento los informes de afecciones neurológicas asociadas a COVID-19.
Introducción |
Aunque la presentación más común de la infección por SARS-Cov2 es la enfermedad respiratoria, datos recientes informan un número creciente de afecciones neurológicas. Parece haber una combinación de complicaciones inespecíficas de los efectos sistémicos de la infección viral directa o de la inflamación de los sistemas nervioso y vascular, que pueden ser parainfecciosas o posinfecciosas.
Cuatro de los 6 coronavirus con capacidad para infectar a los seres humanos, identificados antes de SARS-CoV-2, causan enfermedad estacional, particularmente enfermedad leve de la vía aérea, y tienen una incidencia elevada a nivel mundial (15-30% de las infecciones del tracto respiratorio superior).
Tanto los coronavirus más inocuos como las cepas epidémicas, se han asociado con afecciones de los sistemas nerviosos central (SNC) y periférico (SNP). Después de SARS, 2 de 3 casos de encefalopatía con convulsiones, se notificó enfermedad del SNC y del SNP detectándose SARS-CoV en el LCR, mediante RT-PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa-Transcripción Revesa).
El cultivo del tejido cerebral obtenido de la autopsia del tercer paciente dio positivo para SARS-CoV. Cuatro pacientes con SRAS grave desarrollaron enfermedad neuromuscular, predominantemente neuropatía motora, miopatía, o ambas, que podrían haber sido específicas del SARS o secundarias a una enfermedad crítica.
En 5 pacientes adultos con MERS (Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) se halló afectación del SNC; 2 de los pacientes tenían encefalomielitis aguda diseminada, 2 tenían enfermedad cerebrovascular y, 1 tenía encefalitis del tronco encefálico de Bickerstaff. Tres pacientes presentaban neuropatía.
El coronavirus humano OC43, un coronavirus estacional, provocó encefalitis en un lactante con inmunodeficiencia grave combinada. En un niño mayor inmunocompetente provocó encefalomielitis aguda diseminada. En 22 niños (de 0,8 a 72 meses) con sospecha de infección del SNC o con anticuerpos IgM anti coronavirus en el suero, LCR o ambos, se comprobó: cefalea, rigidez del nuca y convulsiones. Diez de estos niños tenían pleiocitosis y 8 tenían imágenes cerebrales anormales. Los 22 se recuperaron por completo.
También se han descrito complicaciones neurológicas por otros virus respiratorios, particularmente estacionales, como la influenza pandémica. Estas complicaciones incluyen la encefalopatía necrotizante aguda (asociada con mutaciones del gen RANBP2), encefalopatía infantil aguda y leucoencefalopatía hemorrágica aguda y mielopatía en adultos.
La incidencia estimada de trastornos neurológicos durante la pandemia de influenza A H1N1, de 2009, fue de 1.2/100.000, con predominancia de niños afectados. La pandemia de influenza H1N1 de 1918 ha sido asociada con la encefalitis posinfecciosa letárgica, aunque no se ha demostrado un vínculo causal.
Epidemiología proyectada de COVID-19 asociada a enfermedad neurológica |
Aunque las complicaciones neurológicas son raras en SARS, MERS y COVID-19, la escala de la pandemia actual significa que incluso una pequeña proporción podría comprender un gran número de casos.
La prevalencia mínima de complicaciones del SNC varia del el 0,04% para el SARS al 0,20% para MERS. Las complicaciones del SNP varían entre el 0,05% para el SARS y el 0,16% para el MERS. El cálculo del número de casos con complicaciones neurológicas de COVID-19 surgió de la extrapolación a partir de esos datos, siendo el resultado: 1.805–9.671 pacientes con complicaciones del SNC y 2.407–7.737 con complicaciones del SNP. Estos números no incluyen los ACV, los cuales son cada vez más frecuentes.
Características clínicas de COVID-19 asociado a enfermedad neurológica |
A medida que avanza la pandemia de COVID-19, los informes de enfermedades neurológicas van en aumento. Hasta la fecha, se han reportado 901 pacientes. Las manifestaciones pueden ser consideradas efectos directos del virus, inmunomediados, sobre el sistema nervioso, y complicaciones neurológicas parainfecciosas o de los efectos sistémico de COVID-19.
En un registro del Reino Unido, de 125 pacientes con COVID-19 y enfermedad neurológica o psiquiátrica notificadas durante un período de 3 semanas, 39 (31%) pacientes tenían un estado mental alterado, 16 (13%) de ellos con encefalopatía y 23 (18%) tenían un diagnóstico neuropsiquiátrico, incluyendo 10 (8%) con psicosis, 6 (5%) con trastorno neurocognitivo símil demencia y, 4 (3%) presentaban un trastorno afectivo.
En particular, 77 (62%) pacientes tuvieron un evento de enfermedad cerebrovascular, de los cuales 57 (46%) fueron ACV isquémicos, 9 (7%) fueron hemorragias intracerebrales, 1 (<1%) vasculitis del SNC y, 10 (8%) eventos en otros vasos cerebrovasculares.
Los desafíos en el manejo de pacientes con una infección altamente contagiosa, y el abrumador número de casos, dio lugar a que muchos de los primeros informes no hayan tenido suficientes detalles, con poca descripción completa del análisis del LCR, imágenes o seguimiento ,y a menudo, aparecen en los sitios web revisados por sus pares. Los datos obtenidos por la mayoría de los ensayos no han utilizado definiciones estándar.
> Encefalitis
La encefalitis es la inflamación del parénquima cerebral, generalmente causada por una infección o las defensas del sistema inmunológico. Aunque el diagnóstico de encefalitis es estrictamente histopatológico, con fines prácticos, se acepta que se trata de inflamación del cerebro, con pleiocitosis en el LCR, cambios en las imágenes o anomalías focales en el electroencefalograma (EEG).
La detección del virus en el LCR per se, no proporciona el diagnóstico de encefalitis si no hay evidencia de inflamación cerebral.
Hasta el 19 de mayo de 2020, 8 adultos de 24–78 años, incluidas 4 mujeres, habían sido descritos con encefalitis asociada a COVID-19, mayoritariamente diagnosticado por hisopado nasal o nasofaríngea. A los 17 días, la mayoría comenzó con un cuadro neurológico, simultáneamente con la aparición de síntomas respiratorios. En un hombre de 60 años, la confusión precedió en 2 días a la tos y la fiebre. Dos pacientes tuvieron solo fiebre, sin síntomas ni signos respiratorios.
Las manifestaciones neurológicas eran típicas de la encefalitis, con irritabilidad, confusión y conciencia reducida, a veces asociadas con convulsiones. Tres pacientes también tuvieron rigidez de nuca, y otro, síntomas psicóticos.
Un hombre de 40 años desarrolló ataxia, oscilopsia, hipo y debilidad facial bilateral. En 5 de 6 pacientes, el análisis del LCR, mostró pleiocitosis, en su mayoría linfocítica; en el paciente restante el LCR resultó normal. En el LCR de 4 pacientes se hizo la PCR para SARS-CoV-2;:en 2 de ellos, el resultado fue positivo. Uno de ellos, un hombre de 24 años con encefalitis, tenía síntomas respiratorios menores e imágenes en vidrio esmerilado en el la tomografía digitalizada de tórax. La PCR de la muestra respiratoria fue negativa. Pocos son las publicaciones que han informado una investigación exhaustivas de otras causas de encefalitis.
Las imágenes cerebrales fueron normales o no mostraron alteraciones agudas en los 6 pacientes; en 2 pacientes, la señales eran de intensidad elevada, 1 paciente presentaba alteraciones en el lóbulo temporal. El paciente con ataxia tenía una lesión cerebelosa que se extendía hacia la médula espinal.
En 5 pacientes se hizo EEG. Dos pacientes presentaban anomalías de ralentización generalizada; 2 pacientes tenían anomalías focales y 1, presentó síntomas psicóticos seguidos de una convulsión. Estos pacientes estaban en estado epiléptico no convulsivo.
Un paciente respondió rápidamente a dosis elevadas de esteroides, pero los otros 7 pacientes no tuvieron tratamiento específico, salvo los anticonvulsivos, antivirales y antibióticos. No existe un tratamiento específico para la encefalitis por SARS-CoV-2.
En cuanto a otras formas de encefalitis, aún hay preguntas sin respuestas sobre las contribuciones relativas del daño viral y la respuesta inflamatoria del huésped, y si los corticosteroides podrían ser de utilidad. Los ensayos clínicos parecen poco probables, dado el bajo número actual de casos.> Otras encefalopatías
La encefalopatía es un proceso fitopatológica, que suele desarrollarse durante horas o días, y manifestarse por cambios en la personalidad, comportamiento, cognición o conciencia (puede haber delirio o coma).
En pacientes con encefalopatía y COVID-19, cuya inflamación cerebral no ha sido probada, existe una amplia variedad de otras causas, como hipoxia, fármacos, toxinas y alteraciones metabólicas.
El estudio más grande hasta la fecha, de Wuhan, China, describió retrospectivamente a 214 pacientes con COVID-19, de los cuales 53 (25%) tenían síntomas del SNC (17%) como cefalea (13%) y deterioro de la conciencia (16 [7%]). Veintisiete (51%) de los pacientes con SNC tenían enfermedad respiratoria grave, pero había muy pocos detalles más.
En una serie francesa de 58 pacientes de cuidados intensivos con COVID-19, 49 (84%) tuvieron complicaciones neurológicas, incluyendo 40 (69%) con encefalopatía y 39 (67%) con signos del tracto corticoespinal. La resonancia magnética (RM) en 13 pacientes mostró realce leptomeningeo (8 pacientes) y alteraciones isquémicas agudas en 2 pacientes.
En el examen del LCR de 7 pacientes no se halló pleiocitosis. Quince (33%) de 45 pacientes que habían sido dados de alta presentaron un síndrome disejecutivo. Por otra parte, han aparecido algunos informes de casos, incluida una mujer con encefalopatía, con alteraciones en las imágenes, compatibles con encefalopatía necrosante aguda. También se informó 1 caso fatal con el hallazgo de partículas virales en las células endoteliales y el tejido neural, aunque sin indicios de estar asociados con la inflamación.
Varios informes han descrito convulsiones en niños con Infección por SARS-CoV-2. En 2 lactantes sin síntomas respiratorios, con SARS-CoV-2 en el hisopado nasofaríngeo, se describieron episodios convulsivos paroxísticos, con recuperación completa.
En una serie de 168 niños hospitalizados con COVID-19, se describieron 82 convulsiones e 5 (3%) niños, de los cuales 3 tenían epilepsia preexistente. Un niño sufría convulsiones febriles previas.> Encefalomielitis y mielitis aguda diseminada
La encefalomielitis diseminada aguda es un síndrome de desmielinización multifocal, que suele ocurrir semanas después de una infección. En general, se presenta con síntomas neurológicos multifocales, a menudo con encefalopatía.
Dos informes de casos describen a mujeres de mediana edad con encefalomielitis aguda diseminada y SARS-CoV-2 detectado en hisopados respiratorios. Una, desarrolló disfagia, disartria y encefalopatía, 9 días después del inicio de la cefalea, y la mialgia.
La otra, presentó convulsiones y disminución de la conciencia, y requirió intubación por insuficiencia respiratoria. Ambas pacientes tenían LCR normal e intensidades de señal elevadas en la RM, típica de la encefalomielitis aguda diseminada. Ambas mejoraron después del tratamiento, uno con inmunoglobulina intravenosa y el otro con esteroides. Hasta la fecha, hay un solo informe de mielitis asociada a COVID-19. Un hombre de 66 años, de Wuhan, China, desarrolló fiebre, fatiga y, posteriormente, paraparesia flácida aguda con incontinencia.
El examen físico mostró hiporreflexia y un nivel sensitivo a nivel de la 10ª vértebra dorsal. Fue tratado con dexametasona e inmunoglobulina intravenosa, y dado de alta para rehabilitación. La encefalomielitis y la mielitis aguda diseminada suelen ser consideradas enfermedades posinfecciosas.
En general, se tratan con corticosteroides u otras inmunoterapias. En los casos parainfecciosos de SARS-CoV-2 detectable en la presentación, podría requerirse ser más cautelosos, especialmente si el virus se detecta en el LCR, porque tal el tratamiento podría disminuir la respuesta inmunitaria al virus.>Enfermedad del sistema nervioso periférico y los músculos
El síndrome de Guillain-Barré es una polirradiculopatía aguda caracterizada por debilidad de las extremidades, simétrica y rápidamente progresiva, arreflexia, síntomas sensitivos y, en algunos pacientes, debilidad facial, aunque existen variantes. Hasta la fecha, se han reportado 19 pacientes (incluidas 6 mujeres) con síndrome de Guillain-Barré (o sus variantes) y COVID-19, con una mediana de edad de 23 a 77 años. Dado el número de infecciones por SARS-CoV-2 en todo el mundo, la incidencia no es particularmente más elevada de lo que podría esperarse.
Los síntomas neurológicos comenzaron una mediana de 7 días después de los síntomas sistémicos o respiratorios, aunque 2 pacientes desarrollaron enfermedad febril 7 días después del inicio del síndrome de Guillain-Barré; durante la hospitalización. Uno tenía u hisopado positivo para SARSCoV- 2 y el otro, linfopenia y trombocitopenia, características de la infección por SARS-CoV-2. Tres pacientes tuvieron diarrea antes del inicio de la enfermedad neurológica. Tres de los pacientes con diagnóstico de síndrome de Guillain-Barré que tenían debilidad de las 4 extremidades, con o sin pérdida sensorial, tenían una variante paraparética, solo con debilidad en las piernas y otro, presentaba parestesia de las extremidades inferiores. Cuatro de estos pacientes tenían afectación del nervio facial; 5 tenían disfagia y 8 desarrollaron insuficiencia respiratoria. Tres tenían complicaciones autonómicas, una con hipertensión y 2 con disfunción esfinteriana.
En 12 pacientes se realizaron estudios electrofisiológicos que mostraron desmielinización (n = 8) y enfermedad axonal (n = 4). Dos pacientes tenían la variante Miller Fisher del síndrome de Guillain- Barré, con oftalmoplejía, ataxia y arreflexia. Un paciente informó la pérdida del olfato y del gusto, y fue positivo para anti-GD1b-IgG. Se registró 1 paciente tenía parálisis bilateral y otro, con parálisis unilateral del abductor. En 1 paciente se diagnosticó síndrome vestibular agudo con nistagmo horizontal y oscilopsia.
En el material del hisopado respiratorio de 16 pacientes se detectó SARS-CoV-2. En 2 casos no se especificó la muestra. Un paciente también fue positivo para rinovirus y en otro, se hizo mediante una prueba de anticuerpos en sangre. Por otra parte, En 11 de los 13 pacientes a quienes se hizo el análisis del LCR no se halló disociación albuminocitológica.
En ninguna de las muestras de LCR se detectó SARS-CoV-2. Solo en 4 pacientes se hicieron pruebas para detectar otros patógenos comúnmente asociados con el síndrome de Guillain-Barré, siendo tratados con inmunoglobulina intravenosa; 8 pacientes (todos con síndrome de Guillain-Barré) ingresaron en cuidados intensivos para soporte ventilatorio, de los cuales 2 fallecieron, 2 mejoraron y 5 seguían con discapacidad continua al momento del alta. En la serie de Wuhan de 214 pacientes , 23 de ellos (11%) presentaban lesión muscular asociada con creatincinasa elevada. También hay informes de rabdomiólisis por COVID-19.
La anosmia y la ageusia surgieron como síntomas comunes de COVID-19, con otras características o en forma aislada, lo que sugiere que podrían ser marcadores de diagnóstico útiles. Un estudio de 259 pacientes, incluidos 68 con SARS-CoV-2 positivo, halló que el olor y el gusto anormales tuvieron un asociación estrecha con COVID-19.
En un estudio europeo, se notificaron 50 disfunciones olfativas en 357 (86%) de 417 pacientes con COVID-19; 342 (82%) informaron trastornos gustativo. La frecuencia de estos síntomas en COVID-19 supera a la frecuencia con que aparecen en los afectados por la influenza. También se ha detectado el déficit subclínico del olfato, del gusto o de ambos. Aunque estos síntomas pueden ocurrir en cualquier infección respiratoria como consecuencia de la coriza, en COVI-19 ocurren sin estar acompañados de otros síntomas, lo que sugiere una participación del nervio olfatorio.> Manifestaciones cerebrovasculares
A medida que COVID-19 se extiende por todo el mundo, la evidencia muestra una asociación con la enfermedad cerebrovascular, y otras formas de enfermedad vascular. En una serie retrospectiva de casos temprana, de Wuhan, se informaron manifestaciones cerebrovasculares en 13 (6%) de 221 pacientes con COVID-19; 11 (5%) pacientes desarrollaron ACV isquémico, 1 (<1%) hemorragia intracerebral y, 1 (<1%) sufrió trombosis del seno venoso cerebral.
En Milán, Italia, 9 (2%) de 388 pacientes hospitalizados, identificados retrospectivamente con COVID-19, sufrieron un ACV. Otro centro italiano informó que 43 (77%) de 56 pacientes SARS-CoV-2 positivos, internados en una unidad de neurología, tenían enfermedad cerebrovascular y sufrieron un ACV isquémico; 3 tuvieron ACV hemorrágico y otros 5, ataques isquémicos transitorios. En los Países Bajos, 3 (2%) de 184 pacientes en cuidados intensivos con COVID-19 tuvieron ACV isquémico.
En total, 88 pacientes tuvieron ACV isquémico y 8, ACV hemorrágico (19%), de los cuales 2 fallecieron. La mayoría de los pacientes eran mayores de 60 años y muchos tenían factores de riesgo de enfermedad cerebrovascular. conocidos Los pacientes más jóvenes también sufrieron ACV. En Nueva York, EE. UU., se identificaron 5 pacientes < 50 años con ACV y SARSCoV2. Dos pacientes no tenían síntomas de COVID-19. En todos, el ACV fue isquémico.
Los síntomas cerebrovasculares comenzaron a una mediana de 10 días después del inicio de la enfermedad respiratoria, aunque en un paciente, el ACV precedió a la afección de las vías respiratorias y otros 5 solo tuvieron síntomas cerebrovasculares. En 2 pacientes, el ACV isquémico se asoció con trombos en la aorta, habiéndose notificado múltiples infartos en éstos y otros pacientes, a veces asociados con trombosis arterial e isquemia de las extremidades.
En otros pacientes con ACV, se ha hallado trombosis de la vena profunda concurrente y embolia pulmonar. Es muy importante contar con imágenes arteriales y venosas de los pacientes con COVID-19 y eventos cerebrovasculares. También se han descrito infartos pequeños asintomáticos, solo en la RM. La concentración de dímero D aumentó en muchos pacientes con COVID-19, compatible con un estado, coagulopático proinflamatorio en el contexto de una enfermedad crítica.
Hay informes sobre el hallazgo de anticuerpos anticoagulante lúpico, anticardiolipina, y anti-β2. En el ACV asociado a COVID-19 también se halaron anticuerpos contra la glucoproteína-1, aunque pueden aparecer en otras enfermedades críticas, como las infecciones.
Se ha recomendado administrar heparina de bajo peso molecular para pacientes con COVID-19, para reducir el riesgo de enfermedad trombótica y la isquemia del ACV asociado a COVID-19, pero debe equilibrarse con el riesgo de hemorragia intracraneal, la transformación hemorrágica de un infarto agudo.
Mecanismos de la enfermedad |
> Infección e inflamación de los sistemas nerviosos central y periférico
Al igual que con otros virus neurotrópicos, las preguntas clave para la infección por SARS-CoV-2 se refieren a las vías de entrada al sistema nervioso y la contribución relativa de la infección viral frente a la respuesta del huésped al daño posterior. Una vía de entrada posible de SARS-Cov2 al cerebro es el bulbo olfatorio, que es una parte del SNC no protegida por la duramadre, y en COVID-19 la anosmia es muy frecuente.
Parece que así sucede con el virus del herpes simple, la causa más común de encefalitis esporádica. Otras entradas podrían ser a través de la barrera hematoencefálica, después de la viremia, o a través de los leucocitos infectados.
El receptor de la enzima convertidora de angiotensina 2, al que el SARS-CoV-2 se une para entrar en las células, se encuentra en el endotelio de los vasos cerebrales y el músculo liso. SARS-CoV-2 se replica en las células neuronales in vitro.
El SNC y el SNP pueden ser dañados directamente por el virus o por las respuestas inmunológicas innata y adaptativa, a la infección.
Los datos hasta ahora no indican que el SARS-CoV-2 o los coronavirus relacionados sean altamente neurovirulentos. El material de autopsia de un paciente que desarrolló encefalopatía semanas después de presentar SARS mostró edema, necrosis neuronal e hiperplasia de gliocitos. Es posible que la entrada del virus al SNC esté acompañada de la infiltración de células inmunes y la liberación de citocinas y quimiocinas, que contribuyen al daño tisular.
> Enfermedad cerebrovascular
La enfermedad cerebrovascular en COVID-19 podría deberse a una coagulopatía. SARS-CoV-2 puede causar daño a las células endoteliales, activando las vías inflamatorias y trombóticas. La infección de células endoteliales o la activación de los monocitos regulan hacia arriba los factores tisulares, y la liberación de micropartículas, que activan la vía trombótica y causan microangiopatía, lo que podría ocurrir en casos de SARS-CoV-2 o de otros virus.
Se cree que la activación de los monocitos constituye parte de la linfohistiocitosis hemofagocítica descrita en casos graves de COVID-19. La presencia de trombocitopenia con dímero D y proteína C reactiva elevados en COVID-19 grave y ACV son coherentes con una microangiopatía asociada al proceso viral.
La disfunción endotelial puede provocar complicaciones microvasculares y macrovasculares en el cerebro. También es posible que en el ACV isquémico agudo tenga lugar un proceso inflamatorio temprano, después de una infección aguda, con desestabilización de una placa carotídea o la aparición de una fibrilación auricular.
Es importante considerar que un paciente con una enfermedad neurológica también puede estar infectado con SARS.Cov-2, en forma coincidente, sobre todo si está hospitalizado. También es crucial distinguir la infección nosofaringea por SARS-CoV-2, de la infección del sistema nervioso. En los pacientes con alteración de la conciencia o agitación se deben considerar todas las causas de encefalopatía.
En Los pacientes con posible enfermedad del SNP, los médicos deben apuntar a hacer el examen del LCR, buscando evidencia de disociación albuminocitolgica. Asimismo, solicitar estudios de conducción nerviosa y electromiograma durante la recuperación, incluso si no pueden ser hechos en forma aguda.
En los pacientes con neuropatía, enfermedad cerebrovascular, encefalomielitis diseminada aguda, en la que el daño probablemente esté causado por la respuesta del huésped a la infección viral, establecer la causalidad es aún más difícil, especialmente si los pacientes se presentan después de que el virus ha sido depurado en la nasofaringe.
Las definiciones de casos clínicos para COVID-19, basadas en la historia y los hallazgos típicos de las imágenes de tórax, y las investigaciones de sangre son útiles. En los pacientes con ACV, es útil la angiografía cerebral, para evaluar los vasos intracraneales y, si es necesario, hacer una biopsia cerebral para descartar una vasculitis.
La elevada prevalencia del virus durante la pandemia, y el hecho de que la mayoría de los pacientes con ACV tienen otros factores de riesgo, hacen difícil asegurar la causalidad.
El vínculo con el SARS-CoV-2 deberá, en última instancia, ser probado por cuidadosos estudios de casos y controles. En la investigación de pacientes con debilidad de las extremidades y alteraciones sensitivas, es crucial distinguir entre la enfermedad de los nervios periféricos (por ej., síndrome de Guillain-Barré) y la inflamación de la médula espinal, que puede presentarse con parálisis flácida, si están afectadas las célula del asta anterior.
El examen de LCR, los estudios neurofisiológicos y las imágenes de la columna son esenciales. Para pacientes en cuidados intensivos es necesario establecer si las manifestaciones inespecíficas de la neuropatía, miopatía, encefalopatía o enfermedad cerebrovascular son específicas del virus, pueden ser muy difícil; no existen marcadores confiables para la enfermedad neurológica causada por una enfermedad crítica, aunque tiende a ocurrir después de varias semanas. Hasta el 70% de los pacientes con sepsis pueden desarrollar encefalopatía o polineuropatía.
En la serie de Wuhan, las complicaciones neurológicas fueron más comunes en aquellos con enfermedad grave, sugiriendo que algunas de las manifestaciones neurológicas estaban relacionadas con enfermedades críticas.
Conclusión y direcciones futuras |
Como ya es conocido, existen coronavirus y virus respiratorios que provocan una amplia gama de afecciones del SNC y SNP, por lo que la asociación con COVID-19 no es sorprendente. Algunos informes recientes de casos y series describen una amplia gama de manifestaciones neurológicas, pero muchos carecen de detalles importantes, lo que hace difícil el diagnóstico.
Se ha hallado encefalopatía en 93 pacientes en total, incluidos 16 (7%) de 214 pacientes hospitalizados con COVID-19 en Wuhan, China, y 40 (69%) de 58 pacientes en cuidados intensivos con COVID-19 en Francia. Hasta hayo se informaron 8 pacientes con encefalitis, y 19 pacientes con síndrome de Guillain-Barré. Se detectó SARS-CoV-2 en el LCR de algunos pacientes.
La anosmia y la ageusia son comunes y pueden ocurrir en ausencia de otras manifestaciones clínicas. Una patología emergentes es la enfermedad cerebrovascular aguda, que aparece como una complicación importante (2-6% de pacientes hospitalizados con COVID-19).
Hasta hoy, se han descrito 96 pacientes con ACV asociado a COVID-19. Con frecuencia ocurre en presencia de un estado de hipercoagulabilidad proinflamatorio, acompañado de proteína-C reactiva, dímero D y ferritina elevados. También es probable que la enfermedad neurológica se observe cada vez más en los pacientes con SARS-CoV-2 positivos, pero con poca o ninguna manifestación de COVID-19.
Se necesitarán más estudios de control de casos para ayudar a establecer si en estos pacientes, SARS-CoV-2 es causa o coincidencia.
El estado de hipercoagulabilidad y enfermedad cerebrovascular, observados raramente en algunas infecciones virales agudas, son una importante complicación neurológica de COVID-19.
En general, la proporción de pacientes con manifestaciones de enfermedades neurológicas es pequeña en comparación con la de la enfermedad. Sin embargo, la continuidad de la pandemia y la expectativa de que el 50-80% de la población mundial estará infectada antes de que se desarrolle la inmunidad colectiva, indica que el número total de pacientes con enfermedad neurológica podría volverse grande.
Las complicaciones neurológicas, particularmente encefalitis y ACV, pueden causar discapacidad definitiva, generando la necesidad de cuidados a largo plazo, con costos sanitarios, sociales y económicos potencialmente elevados.
Los planificadores de atención de la salud y los formuladores de políticas deben ser conscientes de la carga creciente de esta complicación de la enfermedad viral.
Resumen y comentario ojetivo: Dra. Marta Papponetti
Referencias bibliográficas
1 Dong E, Du H, Gardner L. An interactive web-based dashboard to track COVID-19 in real time. Lancet Infect Dis 2020; 20: 533–34.
2 Taubenberger JK, Morens DM. 1918 influenza: the mother of all pandemics. Emerg Infect Dis 2006; 12: 15–22.
3 Desforges M, Le Coupanec A, Dubeau P, et al. Human coronaviruses and other respiratory viruses: underestimated opportunistic pathogens of the central nervous system? Viruses 2019; 12: 12.
4 Ksiazek TG, Erdman D, Goldsmith CS, et al. A novel coronavirus associated with severe acute respiratory syndrome. N Engl J Med 2003; 348: 1953–66.
5 Saad M, Omrani AS, Baig K, et al. Clinical aspects and outcomes of 70 patients with Middle East respiratory syndrome coronavirus infection: a single-center experience in Saudi Arabia. Int J Infect Dis 2014; 29: 301–06.
6 Hung EWC, Chim SSC, Chan PKS, et al. Detection of SARS coronavirus RNA in the cerebrospinal fluid of a patient with severe acute respiratory syndrome. Clin Chem 2003: 49: 2108–09.
7 Lau KK, Yu WC, Chu CM, Lau ST, Sheng B, Yuen KY. Possible central nervous system infection by SARS coronavirus. Emerg Infect Dis 2004; 10: 342–44.
8 Xu J, Zhong S, Liu J, et al. Detection of severe acute respiratory syndrome coronavirus in the brain: potential role of the chemokine mig in pathogenesis. Clin Infect Dis 2005; 41: 1089–96.
9 Tsai LK, Hsieh ST, Chao CC, et al. Neuromuscular disorders in severe acute respiratory syndrome. Arch Neurol 2004; 61: 1669–73.
10 Vanhorebeek I, Latronico N, Van den Berghe G. ICU-acquired weakness. Intensive Care Med 2020; 46: 637–53.
11 Algahtani H, Subahi A, Shirah B. Neurological complications of Middle East respiratory syndrome coronavirus: a report of two cases and review of the literature. Case Rep Neurol Med 2016; 2016: 3502683.
12 Arabi YM, Harthi A, Hussein J, et al. Severe neurologic syndrome associated with Middle East respiratory syndrome corona virus (MERS-CoV). Infection 2015; 43: 495–501.
13 Kim JE, Heo JH, Kim HO, et al. Neurological complications during treatment of Middle East respiratory syndrome. J Clin Neurol 2017; 13: 227–33.
14 Morfopoulou S, Brown JR, Davies EG, et al. Human coronavirus OC43 associated with fatal encephalitis. N Engl J Med 2016; 375: 497–98.
15 Yeh EA, Collins A, Cohen ME, Duffner PK, Faden H. Detection of coronavirus in the central nervous system of a child with acute disseminated encephalomyelitis. Pediatrics 2004; 113: e73–76.
16 Li Y, Li H, Fan R, et al. Coronavirus infections in the central nervous system and respiratory tract show distinct features in hospitalized children. Intervirology 2016; 59: 163–69.
17 Goenka A, Michael BD, Ledger E, et al. Neurological manifestations of influenza infection in children and adults: results of a National British Surveillance Study. Clin Infect Dis 2014; 58: 775–84.
18 Studahl M. Influenza virus and CNS manifestations. J Clin Virol 2003; 28: 225–32.
19 Gu Y, Shimada T, Yasui Y, Tada Y, Kaku M, Okabe N. National surveillance of influenza-associated encephalopathy in Japan over six years, before and during the 2009–2010 influenza pandemic. PLoS One 2013; 8: e54786.
20 Kwon S, Kim S, Cho M, Seo H. Cho M Hyun, Seo H. Neurologic complications and outcomes of pandemic (H1N1) 2009 in Korean children. J Korean Med Sci 2012; 27: 402.
21 Khandaker G, Zurynski Y, Buttery J, et al. Neurologic complications of influenza A(H1N1)pdm09: surveillance in 6 pediatric hospitals. Neurology 2012; 79: 1474–81.
22 Glaser CA, Winter K, DuBray K, et al. A population-based study of neurologic manifestations of severe influenza A(H1N1)pdm09 in California. Clin Infect Dis 2012; 55: 514–20.
23 Foley PB. Encephalitis lethargica and influenza. I. The role of the influenza virus in the influenza pandemic of 1918/1919. J Neural Transm (Vienna) 2009; 116: 143–50.
24 Tobi H, van den Berg PB, de Jong-van den Berg LTW. Small proportions: what to report for confidence intervals? Pharmacoepidemiol Drug Saf 2005; 14: 239–47.
25 Varatharaj A, Thomas N, Ellul M, et al. UK-wide surveillance of neurological and neuropsychiatric complications of COVID-19: the first 153 patients. SSRN 2020; published online May 22. https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3601761 (preprint).
26 WHO. Coronavirus disease 2019 (COVID-19): situation report, 61. Geneva: World Health Organization, 2020.
27 WHO. Laboratory testing for coronavirus disease 2019 (2019-nCoV) in suspected human cases. Geneva: World Health Organization, 2020.
28 Solomon T, Dung NM, Vaughn DW, et al. Neurological manifestations of dengue infection. Lancet 2000; 355: 1053–59.
29 Granerod J, Cunningham R, Zuckerman M, et al. Causality in acute encephalitis: defining aetiologies. Epidemiol Infect 2010; 138: 783–800.
30 Mehta R, Soares CN, Medialdea-Carrera R, et al. The spectrum of neurological disease associated with Zika and chikungunya viruses in adults in Rio de Janeiro, Brazil: a case series. PLoS Negl Trop Dis 2018; 12: e0006212.
31 Moriguchi T, Harii N, Goto J, et al. A first case of meningitis/ encephalitis associated with SARS-coronavirus-2. Int J Infect Dis 2020; 94: 55–58.
32 Sohal S, Mossammat M. COVID-19 presenting with seizures. IDCases 2020; 20: e00782.
33 Wong PF, Craik S, Newman P, et al. Lessons of the month 1: a case of rhombencephalitis as a rare complication of acute COVID-19 infection. Clin Med (Lond) 2020; published online May 5. https://doi.org.10.7861/clinmed.2020-0182.
34 Dugue R, Cay-Martínez KC, Thakur KT, et al. Neurologic manifestations in an infant with COVID-19. Neurology 2020; published online April 23. https://doi.org.10.1212/ WNL.0000000000009653.
35 Helms J, Kremer S, Merdji H, et al. Neurologic features in severe SARS-CoV-2 infection. N Engl J Med 2020; 382: 2268–70.
36 Mao L, Jin H, Wang M, et al. Neurologic manifestations of hospitalized patients with coronavirus disease 2019 in Wuhan, China. JAMA Neurol 2020; published online April 10. https://doi.org.10.1001/jamaneurol.2020.1127.
37 Poyiadji N, Shahin G, Noujaim D, Stone M, Patel S, Griffith B. COVID-19-associated acute hemorrhagic necrotizing encephalopathy: CT and MRI features. Radiology 2020; published online March 31. https://doi.org.10.1148/radiol.2020201187.
38 Paniz-Mondolfi A, Bryce C, Grimes Z, et al. Central nervous system involvement by severe acute respiratory syndrome coronavirus-2 (SARS-CoV-2). J Med Virol 2020; 92: 699–702.
39 Zhou L, Zhang M, Wang J, Gao J. Sars-Cov-2: underestimated damage to nervous system. Travel Med Infect Dis 2020; published online March 24. DOI:10.1016/j.tmaid.2020.101642.
40 Zanin L, Saraceno G, Panciani PP, et al. SARS-CoV-2 can induce brain and spine demyelinating lesions. Acta Neurochir (Wien) 2020; published online May 4. https://doi.org.10.1007/s00701-020-04374-x.
41 Zhang T, Rodricks MB, Hirsh E. COVID-19-associated acute disseminated encephalomyelitis: a case report. medRxiv 2020. https://doi.org.2020.04.16.20068148 (preprint).
42 Zhao K, Huang J, Dai D, Feng Y, Liu L, Nie S. Acute myelitis after SARS-CoV-2 infection: a case report. medRxiv 2020. https://doi.org.2020.03.16.20035105 (preprint).
43 Camdessanche J-P, Morel J, Pozzetto B, Paul S, Tholance Y, Botelho-Nevers E. COVID-19 may induce Guillain-Barré syndrome. Rev Neurol (Paris) 2020; 176: 516–18.
44 Toscano G, Palmerini F, Ravaglia S, et al. Guillain-Barré syndrome associated with SARS-CoV-2. N Engl J Med 2020; published online April 17. DOI:10.1056/NEJMc2009191.
45 Zhao H, Shen D, Zhou H, Liu J, Chen S. Guillain-Barre syndrome associated with SARS-CoV-2 infection: causality or coincidence? Lancet Neurol 2020; 19: 383–84.
46 Gutiérrez-Ortiz C, Méndez A, Rodrigo-Rey S, et al. Miller Fisher Syndrome and polyneuritis cranialis in COVID-19. Neurology 2020; published online April 17. https://doi.org.10.1212/ WNL.0000000000009619.
47 Dinkin M, Gao V, Kahan J, et al. COVID-19 presenting with ophthalmoparesis from cranial nerve palsy. Neurology 2020; published online May 1. https://doi.org.10.1212/ WNL.0000000000009700.
48 Escalada Pellitero S, Garriga Ferrer-Bergua L. Report of a patient with neurological symptoms as the sole manifestation of SARS-CoV-2 infection. Neurologia 2020; 35: 271–71.
49 Jin M, Tong Q. Rhabdomyolysis as potential late complication associated with COVID-19. Emerg Infect Dis 2020; published online March 20. https://doi.org.10.3201/eid2607.200445.
50 Lechien JR, Chiesa-Estomba CM, De Siati DR, et al. Olfactory and gustatory dysfunctions as a clinical presentation of mild-to-moderate forms of the coronavirus disease (COVID-19): a multicenter European study. Eur Arch Otorhinolaryngol 2020; published online April 6. https://doi.org.10.1007/s00405-020- 05965-1.
51 Avula A, Nalleballe K, Narula N, et al. COVID-19 presenting as stroke. Brain Behav Immun 2020; published online April 28. https://doi.org.10.1016/j.bbi.2020.04.077.
52 Beyrouti R, Adams ME, Benjamin L, et al. Characteristics of ischaemic stroke associated with COVID-19. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2020; published online April 30. DOI:jnnp-2020-323586.
53 Li Y, Wang M, Zhou Y, et al. Acute cerebrovascular disease following COVID-19: a single center, retrospective, observational study. 2020. https://media.tghn.org/medialibrary/2020/06/Li_2020_Preprint_ Acute_cerebrovascular_disease_COVID19.pdf (preprint).
54 Morassi M, Bagatto D, Cobelli M, et al. Stroke in patients with SARS-CoV-2 infection: case series. J Neurol 2020; published online May 20. https://doi.org.10.1007/s00415-020-09885-2.
55 Oxley TJ, Mocco J, Majidi S, et al. Large-vessel stroke as a presenting feature of Covid-19 in the young. N Engl J Med 2020; 382: e60.
56 Al Saiegh F, Ghosh R, Leibold A, et al. Status of SARS-CoV-2 in cerebrospinal fluid of patients with COVID-19 and stroke. J Neurol Neurosurg Psychiatry 2020; published online April 30. https://doi.org.jnnp-2020-323522.
57 Solomon T, Michael BD, Smith PE, et al. Management of suspected viral encephalitis in adults—Association of British Neurologists and British Infection Association National Guidelines. J Infect 2012; 64: 347–73.
58 Pilotto A, Odolini S, Stefano Masciocchi S, et al. Steroid-responsive encephalitis in Coronoavirus disease 2019. Ann Neurol 2020; published online May 17. https://doi.org.10.1002/ana.25783.
59 Duong L, Xu P, Liu A. Meningoencephalitis without respiratory failure in a young female patient with COVID-19 infection in downtown Los Angeles, early April 2020. Brain Behav Immun 2020; published online April 17. https://doi.org.10.1016/ j.bbi.2020.04.024.
60 Vollono C, Rollo E, Romozzi M, et al. Focal status epilepticus as unique clinical feature of COVID-19: a case report. Seizure 2020; 78: 109–12.
61 Bernard-Valnet R, Pizzarotti B, Anichini A, et al. Two patients with acute meningo-encephalitis concomitant to SARS-CoV-2 infection. Eur J Neurol 2020; published online May 7. https://doi.org.10.1111/ ene.14298.
62 Wölfel R, Corman VM, Guggemos W, et al. Virological assessment of hospitalized patients with COVID-2019. Nature 2020; 581: 465–69.
63 Lee Y-L, Liao C-H, Liu P-Y, et al. Dynamics of anti-SARS-Cov-2 IgM and IgG antibodies among COVID-19 patients. J Infect 2020; published online April 23. https://doi.org.10.1016/j.jinf.2020.04.019.
64 Jin Y, Wang M, Zuo Z, et al. Diagnostic value and dynamic variance of serum antibody in coronavirus disease 2019. Int J Infect Dis 2020; 94: 49–52.
65 Liu Y, Yan L-M, Wan L, et al. Viral dynamics in mild and severe cases of COVID-19. Lancet Infect Dis 2020; 20: 656–57.
66 He X, Lau EHY, Wu P, et al. Temporal dynamics in viral shedding and transmissibility of COVID-19. Nat Med 2020; 26: 672–75.
67 Xiang F, Wang X, He X, et al. Antibody detection and dynamic characteristics in patients with COVID-19. Clin Infect Dis 2020; published online April 19. https://doi.org.10.1093/cid/ciaa461.
68 Abdelnour L, Eltahir Abdalla M, Babiker S. COVID 19 infection presenting as motor peripheral neuropathy. J Formos Med Assoc 2020; 119: 1119–20.
69 Galán AV, del Saz Saucedo P, Postigo FP, Paniagua EB. Guillain-Barré syndrome associated with SARS-CoV-2 infection. Neurologia 2020; 35: 268–
70 Marta-Enguita J, Rubio-Baines I, Gastón-Zubimendi I. Fatal Guillain-Barre syndrome after infection with SARS-CoV-2. Neurologia 2020; 35: 265–67.
71 Alberti P, Beretta S, Piatti M, et al. Guillain-Barré syndrome related to COVID-19 infection. Neurol Neuroimmunol Neuroinflamm 2020; 7: e741.
72 Virani A, Rabold E, Hanson T, et al. Guillain-Barré Syndrome associated with SARS-CoV-2 infection. IDCases 2020; 20: e00771.
73 Padroni M, Mastrangelo V, Asioli GM, et al. Guillain-Barré syndrome following COVID-19: new infection, old complication? J Neurol 2020; published online April 24. https://doi.org.10.1007/ s00415-020-09849-6.
74 El Otmani H, El Moutawakil B, Rafai M-A, et al. Covid-19 and Guillain-Barré syndrome: more than a coincidence! Rev Neurol (Paris) 2020; 176: 518–19.
75 Coen M, Jeanson G, Culebras Almeida LA, et al. Guillain-Barré syndrome as a complication of SARS-CoV-2 infection. Brain Behav Immun 2020; published online April 28. https://doi.org.10.1016/j.bbi.2020.04.074.
76 Sharifi-Razavi A, Karimi N, Rouhani N. COVID-19 and intracerebral haemorrhage: causative or coincidental? New Microbes New Infect 2020; 35: 100669.
77 Zhang Y, Xiao M, Zhang S, et al. Coagulopathy and antiphospholipid antibodies in patients with Covid-19. N Engl J Med 2020; 382: e38.
78 Zhai P, Ding Y, Li Y. The impact of COVID-19 on ischemic stroke: a case report. Research Square 2020; published online March 31. https://doi.org/10.21203/rs.3.rs-20393/v1 (preprint).
79 Moshayedi P, Ryan TE, Mejia LLP, Nour M, Liebeskind DS. Triage of acute ischemic stroke in confirmed COVID-19: large vessel occlusion associated with coronavirus infection. Front Neurol 2020; 11: 353.
80 Slooter AJ, Otte WM, Devlin JW, et al. Updated nomenclature of delirium and acute encephalopathy: statement of ten Societies. Intensive Care Med 2020; 46: 1020–22.
81 Chacón-Aguilar R, Osorio-Cámara JM, Sanjurjo-Jimenez I, González-González C, López-Carnero J, Pérez-Moneo-Agapito B. COVID-19: fever syndrome and neurological symptoms in a neonate. An Pediatr 2020; published online April 27. https://doi.org.10.1016/j.anpede.2020.04.001.
82 Garazzino S, Montagnani C, Donà D, et al. Multicentre Italian study of SARS-CoV-2 infection in children and adolescents, preliminary data as at 10 April 2020. Euro Surveill 2020; 25: 2000600.
83 Pohl D, Alper G, Van Haren K, et al. Acute disseminated encephalomyelitis. Neurology 2016; 87 (9 suppl 2): S38–45.
84 Willison HJ, Jacobs BC, van Doorn PA. Guillain-Barré syndrome. Lancet 2016; 388: 717–27.
85 Jin M, Tong Q. Rhabdomyolysis as potential late complication associated with COVID-19. Emerg Infect Dis 2020; published online March 20. https://doi.org.10.3201/eid2607.200445.
86 Suwanwongse K, Shabarek N. Rhabdomyolysis as a presentation of 2019 novel coronavirus disease. Cureus 2020; 12: e7561.
87 Luers JC, Klussmann JP, Guntinas-Lichius O. The Covid-19 pandemic and otolaryngology: what it comes down to? Laryngorhinootologie 2020; 99: 287–91.
88 Bénézit F, Le Turnier P, Declerck C, et al. Utility of hyposmia and hypogeusia for the diagnosis of COVID-19. Lancet Infect Dis 2020; published online April 15. https://dx.doi.org/10.1016/ S1473-3099(20)30297-8.
89 Beltrán-Corbellini Á, Chico-García JL, Martínez-Poles J, et al. Acute-onset smell and taste disorders in the context of COVID-19: a pilot multicentre polymerase chain reaction based case-control study. Eur J Neurol 2020; published online April 22. https://doi. org.10.1111/ene.14273.
90 Moein ST, Hashemian SMR, Mansourafshar B, Khorram-Tousi A, Tabarsi P, Doty RL. Smell dysfunction: a biomarker for COVID-19. Int Forum Allergy Rhinol 2020; published online April 17. https://doi.org.10.1002/alr.22587.
91 Hornuss D, Lange B, Schröter N, Rieg S, Kern WV, Wagner D. Anosmia in COVID-19 patients. Clin Microbiol Infect 2020; published online May 25. https://doi.org.10.1016/j.cmi.2020.05.017.
92 Lodigiani C, Iapichino G, Carenzo L, et al. Venous and arterial thromboembolic complications in COVID-19 patients admitted to an academic hospital in Milan, Italy. Thromb Res 2020; 19: 9–14.
93 Benussi A, Pilotto A, Premi E, et al. Clinical characteristics and outcomes of inpatients with neurologic disease and COVID-19 in Brescia, Lombardy, Italy. Neurology 2020; published online May 22. https://doi.org.10.1212/WNL.0000000000009848.
94 Klok FA, Kruip MJHA, van der Meer NJM, et al. Incidence of thrombotic complications in critically ill ICU patients with COVID-19. Thromb Res 2020; 191: 145–47.
95 González-Pinto T, Luna-Rodríguez A, Moreno-Estébanez A, Agirre-Beitia G, Rodríguez-Antigüedad A, Ruiz-Lopez M. Emergency room neurology in times of COVID-19: malignant ischaemic stroke and SARS-CoV-2 infection. Eur J Neurol 2020; published online April 30. https://doi.org.10.1111/ene.14286.
96 Lushina N, Kuo JS, Shaikh HA. Pulmonary, cerebral, and renal thromboembolic disease associated with COVID-19 infection. Radiology 2020; published online April 23. https://doi.org.10.1148/ radiol.2020201623.
97 Thachil J, Tang N, Gando S, et al. ISTH interim guidance on recognition and management of coagulopathy in COVID-19. J Thromb Haemost 2020; 18: 1023–26.
98 Solomon T. Encephalitis, and infectious encephalopathies In: Donaghy M, ed. Brain’s diseases of the nervous system, 12th edn. Oxford: Oxford University Press, 2009.
99 Netland J, Meyerholz DK, Moore S, Cassell M, Perlman S. Severe acute respiratory syndrome coronavirus infection causes neuronal death in the absence of encephalitis in mice transgenic for human ACE2. J Virol 2008; 82: 7264–75.
100 Yan R, Zhang Y, Li Y, Xia L, Guo Y, Zhou Q. Structural basis for the recognition of SARS-CoV-2 by full-length human ACE2. Science 2020; 367: 1444–48.
101 Hamming I, Timens W, Bulthuis ML, Lely AT, Navis G, van Goor H. Tissue distribution of ACE2 protein, the functional receptor for SARS coronavirus. A first step in understanding SARS pathogenesis. J Pathol 2004; 203: 631–37.
102 Chu H, Chan JF-W, Yuen TT-T, et al. Comparative tropism, replication kinetics, and cell damage profiling of SARS-CoV-2 and SARS-CoV with implications for clinical manifestations, transmissibility, and laboratory studies of COVID-19: an observational study. Lancet Microbe 2020; published April 21. https://dx.doi.org/10.1016/S2666-5247(20)30004-5.
103 Solomon T, Willison H. Infectious causes of acute flaccid paralysis. Curr Opin Infect Dis 2003; 16: 375–81.
104 Varga Z, Flammer AJ, Steiger P, et al. Endothelial cell infection and endotheliitis in COVID-19. Lancet 2020; 395: 1417–18.
105 Lopes da Silva R. Viral-associated thrombotic microangiopathies. Hematol Oncol Stem Cell Ther 2011; 4: 51–59.
106 Brisse E, Wouters CH, Andrei G, Matthys P. How viruses contribute to the pathogenesis of hemophagocytic lymphohistiocytosis. Front Immunol 2017; 8: 1102.
107 Mehta P, McAuley DF, Brown M, Sanchez E, Tattersall RS, Manson JJ. COVID-19: consider cytokine storm syndromes and immunosuppression. Lancet 2020; 395: 1033–34.
108 Emsley HC, Hopkins SJ. Acute ischaemic stroke and infection: recent and emerging concepts. Lancet Neurol 2008; 7: 341–53.
109 Gilden D, Cohrs RJ, Mahalingam R, Nagel MA. Varicella zoster virus vasculopathies: diverse clinical manifestations, laboratory features, pathogenesis, and treatment. Lancet Neurol 2009; 8: 731–40.
110 Venkatesan A, Tunkel AR, Bloch KC, et al. Case definitions, diagnostic algorithms, and priorities in encephalitis: consensus statement of the international encephalitis consortium. Clin Infect Dis 2013; 57: 1114–28.
111 Bolton CF, Young GB, Zochodne DW. The neurological complications of sepsis. Ann Neurol 1993; 33: 94–100.
112 Turtle L. Respiratory failure alone does not suggest central nervous system invasion by SARS-CoV-2. J Med Virol 2020; 92: 705–06
Fuente: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=98451