Ante el crecimiento de la formación en línea surgen voces que claman en su contra, argumentando que el alumno desconecta, que “no llega” igual. Y es que el medio digital no es igual que el cara a cara. Y nunca lo sera.
Pero la educación digital, ya sea mediante sesiones síncronas o contenidos, puede y debe ser cálida y profunda también. Siempre que nosotros, como profesores, pongamos un pedacito de alma en nuestros textos, vídeos o en foros.
Los humanos sabemos ir en contra de las leyes de la física, desafiándolas con ingenios que retan a la gravedad oa la entropía. Hoy podemos, y debemos, remar a contracorriente, “reformulando” con nuevos elementos las prácticas que resultan de éxito en un aula para trasladarlas al mundo digital.
El medio digital no lo pone fácil, y lo sé bien porque llevo décadas viéndome las caras con él. Por eso quiero compartir estos trucos que desarrolló:
PQTS: ‘Para Qué Te Sirve’
En un mundo hiperestimulado, nuestra atención se ha vuelto micro. El tiempo es el bien más valioso del alumno. O tiene claro desde el minuto cero cómo y en qué va a aplicar lo que aprende o desconecta.
Digamos no al “síndrome del experto”, que se recrea demasiado en el conocimiento que transmite. Ellos buscan valor y aplicabilidad, mostrémoslos a cada paso.
NOEGO: Enseñemos desde la humildad
Reconocemos que a los profesores nos gusta estar a la última y que, a veces, olvidamos el punto en el que están nuestros alumnos.
La metodología Jobs-to-be-done , extraída del marketing digital, puede ayudarnos a reformular los contenidos desde el punto de vista de las necesidades del alumno.
Porque les interesarán más las bondades de lo que les contamos y las referencias que lo avalan cuando hayan entendido cómo van a aliviar sus “dolores de cabeza”. Es una buena idea comenzar revisando los conceptos más útiles para cada tipo de alumno, que incluso podemos recabar por anticipado.
D-HUMAN: Conectamos con la mente de un alumno digital
Lo que hacemos va cambiando lo que somos. La tecnología ha puesto el mundo en tiempo real en nuestros bolsillos y nos ha hecho más impacientes. Aunque quizás uno mismo jamás optaría por estudiar así, hay que apostar por lo que ellos prefieren.
- El microaprendizaje, entendiendo que no significa contar menos, sino contarlo en porciones más “comestibles”. Ya decía William Shakespeare que la brevedad es el alma del ingenio .
- Hagamos del móvil nuestro aliado. Es el mata muertos tiempos del siglo XXI. Elaboremos contenidos y propongamos actividades que puedan completarse en esos ratos de móvil en mano.
- Personalicemos, permitiéndoles que seleccionen los contenidos que más les interesan y las actividades que más les apetecen.
Tomemos como ejemplo TikTok: son videos de un minuto, pero los estudiantes están allí una media de 50 minutos. Enseñemos en pastillas.
Q-WOW: Emocionamos, sorprendamos, sonriamos, disfrutemos y hagamos disfrutar
Dice el profesor Fernando Mora Teruel, especialista en neurociencia y aprendizaje, que “sólo es posible aprender aquello que se ama” . Si potenciamos la emoción, huimos del aburrimiento.
- La gamificación es buena idea, pero no la única. Podemos ser más amenos y entretenidos con preguntas inquietantes, humor o anécdotas. Con buenos gráficos e infografías que “pintan” los mensajes clave.
- Pidamos a los alumnos que investiguen para enseñar a sus compañeros. Aprendemos mucho cuando enseñamos.
- Enseñemos con una sonrisa: los alumnos la percibirán. Transmitimos nuestro nivel de energía y entusiasmo en las clases, pero también, lo creamos o no, en nuestros textos, presentaciones o vídeos.
CO-XX: Contemos con ell@s
Animo a que dejemos de ser el profe de las clases magistrales y nos convertimos en influencers de lo nuestro. Podemos cocrear con los alumnos para formar una comunidad de aprendizaje más allá del aula. Convertirnos en el referente que proporciona hilos de los que tirar y herramientas para aprender más de manera individual.
Ellos saben bien que la habilidad para aprender de manera proactiva y el aprendizaje continuo están entre las capacidades más demandadas por las empresas. Y que se aprende a aprender, de todo y de todos, durante toda la vida. Usemos las plataformas colaborativas y las redes sociales para enseñar a buscar más. Mostremos nuestra disposición a seguir en contacto.
Para que la tecnología mejore la vida de nuestros alumnos y también la nuestra como docentes, debemos recordar que los materiales nunca lo conseguirán si no desarrollamos una mentalidad digital. Debemos aprovechar nuestras clases en línea y materiales digitales para acercarnos a la educación digital sin prejuicios. Nos abre a todos (profesores y alumnos) nuevas oportunidades.