Medidas de protección para el personal: La respuesta de control de infecciones debe evitar estigmatizar a la población de pacientes.
por Tara N. Palmore, MD , David K. Henderson, MD – Fuente: Annals of Internal Medicine Adding New Fuel to the Fire: Monkeypox in the Time of COVID-19Implications for Health Care Personnel
Un comentario publicado en Annals of Internal Medicine ofrece orientación a los trabajadores de la salud en contacto con pacientes que han contraído la viruela del simio. Los autores escriben que, aunque es poco probable que la viruela del simio alcance la propagación pandémica de COVID-19, los médicos y otros trabajadores de la salud deben estar atentos, con un alto índice de sospecha y un estricto cumplimiento de las precauciones adecuadas de control de infecciones a medida que se desarrolla el brote.
Los autores advierten que la respuesta de control de infecciones debe evitar estigmatizar a la población de pacientes más afectada, los hombres que tienen sexo con hombres.
Monkeypox es un virus que pertenece al género Orthopoxvirus de la familia Poxviridae, que también incluye los virus de la viruela y la viruela bovina. Los autores aconsejan que los trabajadores de la salud sigan las pautas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para protegerse y manejar de manera segura un caso de viruela del simio.
Los poxvirus son muy estables y pueden permanecer contagiosos durante meses o años en el medio ambiente. Son altamente resistentes a la desecación y al calor, y esto se acentúa por su inclusión en ambientes protegidos (como las costras dérmicas), con implicaciones para el control de infecciones hospitalarias.
Se deben usar desinfectantes aprobados para la limpieza y desinfección de superficies de alto contacto, y se deben evitar los procedimientos (como barrer, quitar el polvo en seco o sacudir la ropa de cama) que pueden aerosolizar partículas de virus. Las sábanas deben quitarse con cuidado y lavarse a fuego alto o desecharse.
La toma cuidadosa de la historia clínica y el rastreo de contactos son esenciales. Los pacientes pueden haber tenido múltiples visitas a los centros de atención médica o una estadía prolongada en un centro con múltiples contactos de personal antes de que se sospechara la infección por viruela del simio y se implementaran las precauciones adecuadas.
El personal de prevención de infecciones y enfermedades infecciosas debe trabajar en estrecha colaboración con los servicios de salud pública y salud ocupacional para facilitar la investigación de casos. Si bien la viruela del simio ha causado infecciones ocupacionales entre los trabajadores de la salud que no usaban EPP, la vacunación posterior a la exposición oportuna y la vigilancia estrecha ayudan a reducir una mayor propagación de la infección.
En esta epidemia, las presentaciones clínicas han sido frecuentemente atípicas, simulando algunas infecciones de transmisión sexual al presentar lesiones genitales, en la ingle, perianales o rectales y, en algunos casos, adenopatías inguinales dolorosas. Aunque también se han descrito lesiones genitales en casos endémicos, los informes de este brote sugieren que el pródromo febril que caracteriza a la viruela del simio clásica ha sido leve o ausente en algunos casos.
Cada trabajador de la salud expuesto debe someterse a una evaluación de riesgos detallada para determinar la exposición y recibir asesoramiento sobre el autocontrol, el aislamiento y la notificación rápida de los síntomas según el nivel de riesgo. Por ejemplo, una enfermera que sacude la ropa de cama de un paciente infectado corre probablemente un mayor riesgo (por partículas de virus en aerosol) que una enfermera que toma los signos vitales y administra medicamentos.
Los autores también advierten que la respuesta de control de infecciones debe evitar estigmatizar a la población de pacientes más afectada y, en cambio, debe aliarse con la comunidad de homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH) para combatir la viruela del mono.
Las pautas incluyen recomendaciones para usar equipo de protección personal (EPP), usar desinfectantes aprobados, no participar en procedimientos que aerosolicen el virus y realizar un seguimiento cuidadoso de los contactos para evitar una mayor propagación.
Los autores advierten que el manejo cuidadoso de los casos de viruela del simio a medida que los trabajadores de la salud los enfrentan evitará que la viruela del simio se sume a la actual escasez de personal.
Las infecciones pasadas de viruela del simio detectadas en los Estados Unidos casi invariablemente han estado relacionadas con viajes desde áreas endémicas, exposición a animales infectados importados de áreas endémicas o exposición a animales domésticos infectados por animales importados.
Por el contrario, el brote actual hasta la fecha ha afectado principalmente a hombres jóvenes que tienen sexo con hombres (HSH). La secuenciación del genoma ha demostrado que los aislamientos pertenecen a los menos virulentos de los 2 clados de viruela del simio circulantes, con una mortalidad previa del 1% o menos.
Destacan que debido a que COVID-19 ya ha agotado los recursos de salud pública y el deseo público de participar en la mitigación de riesgos, los trabajadores de salud pública y de atención médica están agotados. Agregan que la perspectiva de abordar un nuevo patógeno transmisible puede aumentar su estrés existente y agregan que esto debe reconocerse y mitigarse siempre que sea posible.
Fuente: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=101424