por Dra. Sara Sanz Blasco – Asociación Educar

Sabemos que nuestras actividades diarias como la comunicación, el aprendizaje y la toma de decisiones están afectadas por nuestras emociones. También es conocido que las emociones inciden en la creatividad y la improvisación. Los autores de este reciente trabajo quisieron saber cómo se produce esta relación y llegaron a la conclusión de que el vínculo fundamental entre las emociones y la creatividad es la capacidad de tolerancia a la frustración.

Si bien la creatividad es parte de un proceso evolutivo del desarrollo de nuestros cerebros, se ve materializada acorde a diferentes factores internos y externos. Existen factores externos que influyen en la creatividad como los vínculos con las personas (por ejemplo, el vínculo estudiante-profesor, como señalan los autores), el entorno social, etc. Pero también se produce una aproximación interna a la creatividad que es más subjetiva. Toda creación puede variar, expandirse o modificarse acorde a las experiencias del sujeto y también a cómo ese sujeto procese e interiorice esas experiencias de aprendizaje. Así, ante una misma vivencia, dos personas la procesarán y aprenderán de diferente forma. Esa diferencia afectará a la posterior generación y materialización de sus ideas, es decir, a su creatividad. Es aquí cuando aparecen las emociones ya que, como sabemos, forman parte de todos los procesos de aprendizaje.

Las emociones negativas afectan al entendimiento y a la integración de información de los individuos, limitan la motivación y reducen la capacidad de asociación y análisis. También llevan al ser humano a ser más conservador, lo que restringe el uso de nuevas informaciones. Todo esto se traduciría en una reducción de la creatividad, pero se ha visto que no siempre es así. Los individuos con alta tolerancia a la frustración tienen mayor habilidad para enfrentar los errores o sobrepasar las dificultades; es decir, no dejan que les afecten las emociones negativas, lo que a su vez disminuye su ansiedad. Esto explica que algunas personas con un estado emocional negativo tengan alta creatividad. 

Por tanto, la tolerancia a la frustración es la habilidad adaptativa de los individuos para adaptarse a las decepciones y los contratiempos, y continuar participando en tareas desafiantes. La tolerancia a la frustración ayuda a enfrentarse a situaciones de estrés, adaptarse a desafíos, recuperarse de las adversidades y, con todo esto, resolver más fácilmente diferentes tipos de problemas.

La regulación emocional dirige la intensidad de las emociones y cómo y cuándo experimentar o expresar emociones positivas o negativas. Existen dos estrategias principales en la regulación de las emociones: la valoración cognitiva y la supresión expresiva. La valoración cognitiva (cognitive reappraisal) es la capacidad para interpretar una situación que provoca emociones de manera que se analice su significado y se regule cómo reaccionar emocionalmente a dicha situación. Se puede decir que sucede en el intervalo que se da entre que se genera la situación o se recibe el estímulo y la respuesta emocional al mismo. Por su parte, la supresión expresiva es la capacidad de ocultar, inhibir o reducir la expresión de emociones en curso. 

A través de determinadas encuestas y cuestionarios realizados a 1360 estudiantes de conservatorios y universidades musicales en China, los autores evaluaron: 

  1. La creatividad de los estudiantes, con el test de pensamiento creativo de Torrance (TTCT). 
  2. Su tolerancia a la frustración, con la escala de tolerancia al fracaso escolar de Clifford (SFT).
  3. Las emociones negativas de los estudiantes, con la escala de ocho ítems de Fisher. 
  4. Su capacidad de regulación emocional, con la escala de Gross y John para la valoración cognitiva y la supresión expresiva. 

y con los resultados obtenidos comprobaron que:

  1. Las emociones negativas no impactan negativamente en la creatividad de los estudiantes con alta valoración cognitiva. 
  2. La supresión intencional de las expresiones de las emociones (supresión expresiva) hace que la creatividad sí esté afectada por las emociones negativas de los estudiantes. 
  3. Los estudiantes con más tolerancia a la frustración tienen mayor creatividad. 

En conclusión, si les enseñamos a nuestros estudiantes a ser conscientes de sus emociones, a aceptarlas y procesarlas, los podremos ayudar a saber regularlas, aumentará su capacidad de tolerar la frustración y esto mejorará su productividad y creatividad diarias. Por otra parte, también hemos visto que ocultar las emociones puede tener un impacto negativo en la productividad y creatividad de los alumnos. Por último, es importante señalar que un aumento de la producción creativa de los estudiantes mejorará, a su vez, su estado emocional. 

Cita: Wang, L., & Jiang, N. (2022). Managing Students’ Creativity in Music Education – The Mediating Role of Frustration Tolerance and Moderating Role of Emotion Regulation. Frontiers in psychology, 13, 843531. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2022.843531

  • Investigadora del CONICET. Instituto de Investigaciones Farmacológicas (ININFA) de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, Universidad de Buenos Aires.
  • Doctora en Fisiología, Instituto de Biología y Genética Molecular, Facultad de Medicina, Universidad de Valladolid.
  • Máster en Química Experimental y Laboratorios, Facultad de Ciencias, Departamento de Química Inorgánica, Universidad de Valladolid.
  • Licenciada en Ciencias Químicas, Facultad de Ciencias, Universidad de Valladolid.
  • Autora y coatora de más de 20 publicaciones científicas en el campo de las enfermedades Neurodegenerativas

Fuente: https://www.asociacioneducar.com.ar/la-inestabilidad-economica-afecta-la-toma-de-decisiones-a-largo-plazo/

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