Muchos usuarios sopesan dejar Twitter tras la llegada de Elon Musk. ¿Y cuál sería su nuevo destino? Un estudio demuestra que las migraciones de unas plataformas a otras suelen tener un coste muy elevado.

por Casey Fiesler, University of Colorado Boulder

Cuando Elon Musk anunció que “el pájaro es libre” tras cerrar la compra de Twitter por 44.000 millones de dólares, algunos usuarios de la plataforma entendieron que había llegado la hora de salir volando.

En el transcurso de las siguientes 48 horas, vi innumerables anuncios en mi cuenta de Twitter de personas que abandonaban la plataforma o se preparaban para hacerlo. Las etiquetas #GoodbyeTwitter, #TwitterMigration y #Mastodon fueron tendencia. La red social descentralizada y de código abierto Mastodon ganó más de 100.000 usuarios en pocos días, según un bot de conteo de usuarios.

Como científica especializada en información que estudia las comunidades en línea, estos movimientos me parecieron el comienzo de algo que ya había visto antes. Las redes sociales no suelen durar para siempre. Dependiendo de nuestra edad y de nuestros hábitos online, probablemente haya alguna plataforma que echemos de menos, aunque siga existiendo de alguna forma. Piensen en MySpace, LiveJournal, Google+ y Vine.

Cuando las plataformas en internet decaen, a veces las comunidades en línea que hicieron sus hogares allí se desvanecen, y a veces hacen las maletas y se trasladan a un nuevo hogar. La agitación en Twitter está haciendo que muchos de los usuarios de la compañía se planteen abandonar la plataforma. Una investigación sobre anteriores migraciones de redes sociales muestra lo que les podría esperar a los usuarios de Twitter que vuelen del gallinero.

Hace varios años, dirigí un proyecto de investigación con Brianna Dym, ahora en la Universidad de Maine, en el que mapeamos las migraciones de plataforma de casi dos mil personas durante un período de casi dos décadas. La comunidad que examinamos fue la del fandom transformacional, los fans de series y franquicias literarias y de cultura popular que crean arte utilizando los personajes y escenarios originales de las obras que siguen.

La elegimos porque se trata de una gran comunidad que ha prosperado en diferentes espacios online. Algunas personas que escribían fan fiction de Buffy Cazavampiros en Usenet en la década de 1990 eran las mismas que escribían fan fiction sobre Harry Potter en LiveJournal en la década de 2000 y sobre Star Wars en Tumblr en la década de 2010.

Preguntando a los participantes sobre sus experiencias al pasar de una plataforma a otra –por qué se fueron de una, por qué se unieron a otra y los retos a los que se enfrentaron al hacerlo–, obtuvimos información sobre los factores que podrían impulsar el éxito y el fracaso de las plataformas, así como las consecuencias negativas que probablemente se produzcan para una comunidad cuando se traslada.

¿Quién se va primero?

Independientemente de cuántas personas decidan finalmente abandonar Twitter, e incluso de cuántas lo hagan al mismo tiempo, crear una comunidad en otra plataforma es una batalla ardua. Estas migraciones están impulsadas en gran parte por los efectos de red, lo que significa que el valor de una nueva plataforma depende de quién más esté allí.

En las primeras etapas críticas de la migración, la gente tiene que coordinarse para fomentar la nueva plataforma, lo que es realmente difícil. En esencia, se convierte, como describió uno de nuestros participantes, en un juego en el que nadie quiere irse hasta que se vayan sus amigos y nadie quiere ser el primero por miedo a quedarse solo en un nuevo espacio.

Por este motivo, la “muerte” de una plataforma –ya sea por una controversia, un cambio no deseado o a causa de la competencia– suele ser un proceso lento y gradual. Un participante describió el declive de Usenet como “ver un centro comercial cerrarse lentamente”.

Nunca será lo mismo

Entonces, ¿qué podría pasar si muchos usuarios de Twitter deciden marcharse? Lo que hace que Twitter sea Twitter no es la tecnología, sino la configuración particular de las interacciones que tienen lugar allí. Y la posibilidad de que Twitter tal y como existe ahora pueda reconstituirse en otra plataforma es prácticamente nula.

Es probable que cualquier nueva migración se enfrente a muchos de los retos a los que se han enfrentado las anteriores migraciones de plataformas: pérdida de contenidos, comunidades fragmentadas, redes sociales rotas y normas comunitarias cambiadas.

Pero Twitter no es una comunidad, sino un conjunto de muchas comunidades, cada una con sus propias normas y motivaciones. Algunas comunidades podrían migrar con más éxito que otras. Así que tal vez el K-Pop Twitter podría coordinar un traslado a Tumblr. He visto que gran parte del Twitter académico coordina un traslado a Mastodon. Otras comunidades podrían ya existir simultáneamente en Discord, y pueden simplemente dejar que la participación en Twitter se desvanezca a medida que menos gente le preste atención. Pero, como implica nuestro estudio, las migraciones siempre tienen un coste, e incluso en las comunidades más pequeñas algunas personas se perderán por el camino.

Los lazos que unen

Nuestra investigación también apuntó a recomendaciones de diseño para apoyar la migración y cómo una plataforma podría aprovechar el desgaste de otra plataforma. Las funciones de publicación cruzada pueden ser importantes porque muchas personas cubren así todas sus redes. Puede que no estén dispuestos a cortar los lazos de golpe, pero puede que se sumerjan en una nueva plataforma compartiendo el mismo contenido en ambas.

Importar redes de otra plataforma también ayuda a mantener las comunidades. Por ejemplo, hay múltiples formas de encontrar en Mastodon a las personas que seguimos en Twitter. Unos simples mensajes de bienvenida, guías para los recién llegados y formas sencillas de encontrar a otros migrantes podrían marcar la diferencia a la hora de ayudar a que los intentos de reasentamiento se mantengan.

Es importante recordar que este es un problema complejo por su propio diseño. Las plataformas no tienen ninguna intención de ayudar a los usuarios a marcharse. Como escribió recientemente el veterano periodista especializado en tecnología Cory Doctorow, esto es “una toma de rehenes”. Las redes sociales atraen a la gente con sus amigos, y luego la amenaza de perder esas redes de amistad mantiene a la gente en las plataformas.

Incluso cuando hay que pagar un precio por abandonar una plataforma, las comunidades pueden ser increíblemente resistentes. Los usuarios de LiveJournal de nuestro estudio se reencontraron en Tumblr. Nuestro destino no está ligado al de Twitter.

Fuente: https://theconversation.com/se-enfrenta-twitter-a-una-fuga-masiva-de-usuarios-194027


Twitter y la comunicación científica: ¿y ahora qué va a pasar, Mr. Musk?

por Ignacio López-Goñi

Somos muchas las personas que hemos incorporado las redes sociales a nuestra rutina diaria como medio para obtener información. Además de su inmediatez, tienen la ventaja de que, hasta ahora, no suponían coste alguno. Y eso las convierte en la opción preferida para mucha gente joven. Como me comentó en cierta ocasión un alumno, “el correo electrónico es para gente mayor”.

Twitter es una de las redes sociales más populares, con cientos de millones de usuarios por todo el mundo.

Como permite compartir mensajes cortos, incluir imágenes, vídeos y enlaces a otros sitios en internet de forma rápida, bien usado es uno de los canales más profesionales para la comunicación científica. En la actualidad prácticamente todas las publicaciones y sociedades científicas, la mayoría de los centros de investigación, universidades y muchos investigadores emplean Twitter para su trabajo profesional.

Vía directa de comunicación con los científicos

Durante la pandemia de covid-19, Twitter demostró su potencial. Entre otras cosas porque facilitó el diálogo entre el mundo de la investigación y los medios de comunicación más tradicionales.

Ese diálogo era clave porque, en unos pocos meses, hubo decenas de miles de artículos científicos sobre el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad covid-19. Había más artículos sobre el nuevo coronavirus que sobre la malaria, por ejemplo. Entre toda esa inmensa maraña de información, costaba distinguir entre los errores, las malas interpretaciones, las verdades provisionales y la ciencia de calidad (la solución a la pandemia). Por eso, muchos periodistas especializados en ciencia se informaron y comunicaron con científicos de todo el mundo.

En Twitter somos tribus y, si elegimos bien a las cuentas que seguimos, puede convertirse en una excelente fuente de información. Por ejemplo, si en los momentos más crudos de la pandemia seguíamos a Tulio de Oliveira (@tuliodna), director del Kwazulu-Natal Research Innovation and Sequencing Platform en Sudáfrica, nos podíamos enterar de la aparición de la variante ómicron a tiempo real y de primera mano, mucho antes de que la noticia apareciera en los medios de comunicación.

Las mentiras vuelan… literalmente

Independientemente de su veracidad, las noticias en Twitter tienen una difusión global e inmediata. De hecho, en paralelo a la pandemia, se difundieron una enorme cantidad de bulos y mentiras, principalmente a través de las redes sociales.

Este fenómeno alcanzó tal envergadura que la OMS lo describió como una “infodemia masiva”, la “otra pandemia” de desinformación. Advirtió, además, de sus peligros, sobre todo porque impedía que el público accediera a información fiable sobre la enfermedad. Muchos de esos bulos estaban relacionados con temas científicos y de salud.

Es cierto que las redes sociales han desempeñado en parte un papel nefasto en la transmisión de bulos y mentiras durante la pandemia, y que eso ha podido incluso causar muertes. Pero también se ha demostrado que, para combatir las pseudociencias, es fundamental que los propios científicos y científicas empleen las redes sociales para comunicar la ciencia fuera del ámbito académico. Su presencia en las redes sociales influye en la opinión pública y ha supuesto en muchos casos una fuente fiable de información en una situación de crisis como la que hemos vivido. Para un investigador “estar” en las redes sociales, especialmente en Twitter, ya no es una pérdida de tiempo.

La cosa cambia si Twitter es de pago

Elon Musk ha comprado Twitter, es definitivamente su nuevo propietario. Nada más llegar, ha despedido a los principales directivos y ha disuelto el consejo de administración. Y también ha manifestado su voluntad de cobrar a los perfiles verificados.

No sabemos todavía cómo acabará esta historia. Twitter, bien usado, es una excelente herramienta profesional. Sería una pena que dejara de ser útil para la comunicación y divulgación de la ciencia. No olvidemos que una sociedad mejor informada es una sociedad más libre, más difícil de manipular y más democrática.

Fuente: https://theconversation.com/twitter-y-la-comunicacion-cientifica-y-ahora-que-va-a-pasar-mr-musk-193887

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