¿Cuánto valoran los universitarios el uso del portátil en el aula y en qué medida facilita su aprendizaje?

por José A. Reque Kilchenmann, Universidad de Valladolid

Gorodenkoff/Shutterstock

Mientras debatimos sobre si, cómo y cuánto usar dispositivos electrónicos en las clases de primaria y secundaria, en el ámbito universitario el uso de dispositivos digitales está integrado en el sistema desde hace más de dos décadas.

La puesta en marcha del Proceso Bolonia –con uno de sus pilares básicos centrados en la mejora educativa a través de nuevas metodologías docentes y de evaluación– ha promovido, durante los últimos 20 años, un notable desarrollo del uso de las TIC en todas las universidades. En Europa se ha generalizado el uso de plataformas de aprendizaje que permiten gestionar contenidos académicos, la comunicación y la evaluación (por ejemplo, MOODLE en España).

La mejora de la conectividad wifi en las aulas (EDUROAM es la red que se usa en las universidades españolas), junto al progresivo descenso de los precios y peso de los ordenadores personales, ha llevado a que el uso de estos dispositivos por parte de alumnos y alumnas en las aulas se haya generalizado. Se calcula que, en cursos superiores, más de un 80 % del alumnado hace uso de ellos de forma habitual.

Aunque con menos intensidad que en la educación preuniversitaria, también en la Universidad se da el debate sobre la influencia en el rendimiento académico del uso de ordenadores portátiles durante las clases presenciales.

Rendimiento académico y uso de TIC en el aula

La evaluación comparativa del rendimiento académico en los estudios universitarios es notablemente más compleja que en los preuniversitarios. La libertad de cátedra, “derecho que atañe a todo aquel que se encarga de enseñar, en tanto que le permite expresar ideas o convicciones libremente con relación a la materia objeto de enseñanza”, permite también al docente implementar metodologías y procesos de evaluación propios.

Así, en una asignatura basada en metodologías didácticas constructivistas y con evaluación continua, los resultados académicos de los alumnos pueden llegar a ser radicalmente distintos a los de la misma materia en grupos con docencia expositiva basada en lecciones magistrales y exámenes finales.

La implantación del Proceso Bolonia ha permitido unificar el sistema de educación superior en tres ciclos (Grado/Bachelor, Máster y Doctorado). Pero, a diferencia de la enseñanza preuniversitaria, con temarios y planes de estudio relativamente homogéneos, la heterogeneidad entre planes de estudios de una misma carrera (a nivel nacional y europeo) y la variabilidad interuniversitaria de temarios de una misma asignatura dificulta la comparación de resultados académicos entre centros.

En este sentido, los estudios que evalúan la incidencia de dispositivos electrónicos en las aulas arrojan conclusiones contradictorias. Los factores que más inciden en dichos resultados se relacionan fundamentalmente con las aptitudes del profesorado y el enfoque que éste da a la docencia.

¿Y los estudiantes qué opinan?

Para evaluar la percepción del estudiantado sobre el uso de dispositivos electrónicos en el aula, desde 2020 venimos realizando en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia (Universidad de Valladolid) encuestas anónimas entre todos los estudiantes de grado. Preguntas de valoración sobre el uso de las TIC en clase (¿consideras positivo en el aprendizaje el uso de dispositivos electrónicos?, ¿distraen más que aportan?, ¿ayudan a afrontar escenarios de la vida real?, etc), se confrontan con cuestiones asociadas a la metodología docente (magistral, basada en proyectos, …), su evaluación, las aptitudes del profesorado, el curso, el número de asignaturas repetidas, etc.

Los resultados arrojan conclusiones muy interesantes. Entre otras cosas, destaca la alta valoración (cuatro sobre cinco) que los estudiantes de todos los cursos hacen del uso del PC en el aula. Se correlaciona muy fuertemente la alta valoración en esta respuesta con una elevada puntuación en la pregunta “la clave del éxito del aprendizaje con PCs en clase está en el enfoque que el docente da a la asignatura y en su forma de impartir la docencia”. Así, el 90 % de los estudiantes que valora con más de un cuatro el uso del PC en clase considera que la clave está en la actitud y conocimiento del profesorado.

Resalta también una más alta percepción positiva en cursos superiores y la consideración favorable del uso de TIC para asignaturas tecnológicas o aplicadas. Con independencia del curso y del rendimiento académico, se concluye que existe también la percepción de que los dispositivos electrónicos pueden conducir a una falta de atención y distracción, si bien los encuestados encuentran que esto está muy correlacionado con el grado de madurez del alumno.

Cabe resaltar también que el porcentaje de mujeres que cumplimentan anualmente la encuesta es significativamente superior al de estudiantes varones. Se puede inferir que el grado de implicación en acciones de mejora de la universidad de las estudiantes es superior al de sus compañeros y son más proclives a utilizar una parte de su tiempo en llevar a cabo acciones colaborativas en este sentido.

Adaptarse al uso de dispositivos

La encuesta continúa con la pregunta sobre las medidas a tomar por parte de la Universidad para mejorar el aprendizaje con dispositivos electrónicos en clase. Mayoritariamente vuelve a aparecer la necesidad de mejorar las aptitudes y capacidades docentes del profesorado y la necesidad de mejorar la conectividad wifi (EDUROAM) en las aulas.

En nuestro caso, la digitalización de las aulas implicó importantes medidas de adecuación de las aulas como fueron la renovación del antiguo mobiliario anclado al suelo, la adaptación eléctrica de las aulas instalando enchufes en todas las mesas, el refuerzo de la conectividad wifi (EDUROAM) y el cambio de iluminación. El proyecto de adecuación de los espacios se denominó “Del Aula de Informática al Aula Informatizada” con el que se afrontó el reto de pasar de unas pocas aulas de informática, mantenidas por el centro, a la digitalización completa de todas las aulas.

Nuestro estudio muestra que la adaptación didáctica a las realidades y demandas de la sociedad no debe centrarse únicamente en la pregunta “¿Ordenadores en clase sí o no?”. Más bien la cuestión fundamental –¡y un gran reto!– sería : ¿cómo innova y adapta el profesorado su docencia para lograr alcanzar un óptimo uso de la tecnología en el aula?

Concluye nuestro cuestionario con la pregunta: ¿Recomendarías continuar con el esfuerzo de mejorar el uso de dispositivos electrónicos individuales en las aulas? Una valoración final de 4,4 (sobre cinco) muestra claramente los pasos a seguir por la universidad en esta materia.

Fuente: https://theconversation.com/una-mayoria-de-universitarios-usa-portatiles-en-el-aula-que-supone-para-los-docentes-225807


Cómo es un buen docente universitario

En 1999, los ministros de educación de algunos países europeos acordaron establecer el Espacio Europeo de Educación Superior (Plan Bolonia). Las instituciones de educación superior debían organizar los estudios universitarios en tres niveles: grados, másteres y doctorados. Además, estos estudios debían disponer de sistemas de garantía de calidad.

por Milagros Ángeles Rico Santos, Profesora Titular, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria

El principal objetivo era mejorar la calidad de la enseñanza superior y crear confianza entre los centros educativos para facilitar:

  1. El reconocimiento de estudios;
  2. La movilidad de profesorado y estudiantes.

No se trataba de hacer un ranking de universidades mejores o peores. Todas las universidades debían cumplir unos requisitos mínimos de calidad.

Esos sistemas de garantía de calidad tendrían un patrón común. Su diseño se ajustaría a directrices únicas e incluiría procedimientos para mejorar los títulos y rendir cuentas.

Cómo se ha hecho en España?

En España todo esto se ha aplicado a través de la Ley Orgánica 6/2001, de 21 de diciembre, de Universidades, y su posterior modificación Ley Orgánica 4/2007, de 12 de abril.

Esta ley establece como objetivo “la mejora de la calidad del sistema universitario en su conjunto y en todas y cada una de sus vertientes”. Su artículo 31 recoge la garantía de la calidad de las universidades españolas. Además, contempla la evaluación de las actividades docentes, investigadoras y de gestión del profesorado universitario.

Evaluación de la actividad docente

La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) ha desarrollado el programa DOCENTIA desde 2007. Se trata de un programa de apoyo para que las universidades diseñen sus procedimientos de evaluación de la calidad de la docencia.

El programa DOCENTIA “no dice a las universidades cómo tienen que implantar sus propios sistemas de garantía de la calidad, sino que evalúa los sistemas que las universidades tienen implantados”…, y “dice si va por el buen camino o no va por el buen camino”. Así definía dicho programa la directora de la ANECA, Mercedes Siles Molina, en las Jornadas Hacia la Excelencia Docente celebradas el día 3 de diciembre de 2020.

Cada universidad debe tener en cuenta en sus procedimientos de evaluación lo indicado por la ANECA:

  1. “Como mínimo las dimensiones de la docencia a evaluar tienen que ser: la planificación de la docencia, el desarrollo de la enseñanza y los resultados.”
  2. “Han de estar centrados en la evaluación de la calidad de la actividad docente, no en el cumplimiento de las obligaciones docentes, que son la condición mínima necesaria para poder evaluar la calidad del desempeño, ni en el mero sumatorio de méritos docentes”.

Estos diseños deben ser evaluados positivamente por la ANECA. Después, la agencia realiza un seguimiento anual para adaptarlos a sus requisitos. El procedimiento es certificado cuando cumple todos esos requisitos.

Acompañar y certificar

La directora de la ANECA se comprometía a “acompañar” a las universidades en la implantación de estos procedimientos, para que garanticen la calidad y sean discriminatorios. Definía discriminatorio indicando que deben “distinguir entre el buen profesorado y el mal profesorado”. Además, señalaba que “cada universidad debe hacerlo como considere oportuno. DOCENTIA lo que va a decir es si se está haciendo de una manera que de verdad garantice la calidad”.

La ANECA ha actualizado el programa DOCENTIA en mayo de 2021. Esta actualización recoge que “los resultados de las evaluaciones de la actividad docente de las universidades tendrán que poder ser comparables”. Para ello, los procedimientos de evaluación establecerán cuatro categorías de la calidad:

  1. Excelente
  2. Notable
  3. Aceptable
  4. Insuficiente

A través del seguimiento anual, la ANECA solicita a las universidades que unifiquen las categorías de excelencia de sus procedimientos. Persigue que “no lleven a confusión sobre la categoría excelente y permitan la comparación con modelos de otras universidades.” Sin embargo, poner el mismo nombre a diferentes cosas no las convierte en lo mismo, ni las hace comparables.

Criterios y méritos desiguales

Las universidades evalúan la calidad de la docencia como consideran oportuno. Atienden a criterios propios y sus peculiaridades, y no contemplan los mismos méritos. La opinión del estudiante que recibe la docencia tampoco tiene el mismo peso en la evaluación. Algunas incluyen el cumplimiento de obligaciones (horarios, actas, etc.) como elemento sustancial en la evaluación. Otras se centran en la evaluación de la actividad docente (planificación, desarrollo y resultados) de acuerdo con la ANECA.

Un profesor podrá alcanzar diferentes categorías de calidad docente y excelencia según la universidad que lo evalúe. Esas categorías serán comparables solo a nivel interno en cada universidad, donde se aplica el mismo baremo al profesorado.

Evaluación del docente

Actualmente, la ANECA y el Ministerio de Universidades trabajan en el desarrollo del sexenio docente. Estará centrado en la evaluación del desempeño del profesorado a través de criterios únicos. “En esa evaluación del profesorado vamos a decidir cuáles son los criterios que un buen docente debe cumplir”, afirmaba la directora de la ANECA en las jornadas citadas anteriormente. Mercedes Siles Molina indicaba que podrán solicitar el sexenio docente:

  1. Aquellos profesores que resulten excelentes en la evaluación interna realizada en sus universidades.
  2. Aquel profesorado comprometido con la docencia y con la buena calidad de su docencia.

Para cumplir los principios de igualdad, mérito y capacidad, se debe evaluar al profesorado vinculado a distintas universidades con un único baremo. Las categorías de excelencia específicas obtenidas en la evaluación interna de las universidades no deberían condicionar el acceso al sexenio de docencia.

De momento, solo queda esperar a la publicación de los “criterios que un buen docente debe cumplir”.

Fuente: https://theconversation.com/como-es-un-buen-docente-universitario-174927

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