Es hora de hablar del fexting. Al principio de una relación, la gente tiende a comportarse lo mejor posible. Las pequeñas quejas son tolerables, incluso simpáticas, y cada rasgo de carácter es un alegre descubrimiento. Pero, ¿qué ocurre seis meses después, cuando tu pareja vuelve a llegar tarde a la cita y ya ha pasado mucho tiempo desde que era un mal hábito adorable?
por Ruchira Sharma
La nueva temporada de The White Lotus es la última prueba de que a las parejas les encanta decir que “nunca discuten” como una insignia de honor, pero, en realidad, las discusiones son un elemento desafortunado en la mayoría de las relaciones de pareja.
El fexting (es decir, las discusiones a través de mensajes de texto) parece haber sido acuñado por primera vez por la primera dama Jill Biden cuando admitió haber enviado alguno que otro mensaje de enfado a su marido cuando él era vicepresidente, con la esperanza de evitar las peleas delante del Servicio Secreto. No es un escenario totalmente cercano para la mayoría de nosotros, pero discutir de forma constructiva y a través del teléfono puede hacerlos parecer una pareja más cercana de lo que imaginas.
¿Qué dicen los expertos sobre el fexting?
En un artículo reciente sobre el fexting se decía que las parejas llevaban cada vez más las discusiones a sus mensajes de texto. “Obtenemos cientos y cientos de impresiones de mensajes de texto, lo que puede servir de gran prueba para el juez”, dijo la famosa abogada de divorcios Laura Wasser —quien inspiró el papel de la abogada de Historia de un matrimonio—, al New York Times.
Enviar un WhatsApp sarcástico preguntando si alguien va a venir a cenar a casa a las 11 de la noche no es, evidentemente, un buen punto de partida, pero tener un espacio para ventilar las quejas sin que te griten puede ser realmente útil. Para frenar las cosas antes de que te lean los textos en un tribunal de divorcio, la psiquiatra Mimi Winsberg cree que el fexting puede ser vital como registro duro de los golpes intercambiados.
“Como psiquiatra, con frecuencia estoy en el extremo receptor de estas capturas de pantalla”, dice Winsberg, autora de Speaking in Thumbs un libro sobre la decodificación de los mensajes de texto en las relaciones. Los hilos de texto pueden servir “como un relato archivado de la historia de una relación”, dice, argumentando que “son el historial médico de la salud de una relación. Releerlos, reanalizarlos e incluso compartir una captura de pantalla con un asesor de confianza antes de responderlos puede ayudar a sacar lo mejor, no lo peor de nosotros”.
Winsberg trabajó anteriormente como psiquiatra residente en Facebook y, antes de eso, en el ámbito de la salud digital, ideando algoritmos para reconocer enfermedades mentales a través de datos, “incluidos los mensajes de texto de una persona”, explica a GQ. El libro de Winsberg surgió al darse cuenta de que mucha gente se preocupaba por interpretar el significado de los mensajes de texto: “Al mismo tiempo, mi matrimonio se estaba acabando”, dice, y al trabajar en la intersección de Big Data y Big Dating se ganó la reputación de “susurradora de textos”.
¿Hay ventajas en el fexting?
Winsberg cree que discutir a través de los mensajes de texto es una extensión natural de las discusiones en persona: “Aunque la mayoría de los expertos en relaciones aconsejan alejar las discusiones de la pantalla del teléfono, pelearse con los pulgares tiene cierta inevitabilidad e incluso puede conferir algunas ventajas”, dice.
La primera ventaja es que te permite tomarte tu tiempo y leer detenidamente algo antes de contestar: “A diferencia de una discusión en persona, la respuesta de la otra persona es claramente visible en la pantalla y no entra por un oído y sale por el otro”. Consejos como (aunque suene infantil) contar hasta diez antes de responder son sabios, dice, ya que “los mensajes de texto ofrecen la oportunidad de hacer una pausa, reflexionar y editar tus respuestas utilizando buenas prácticas de comunicación”.
Entonces, ¿cómo discutir por texto de forma constructiva?
Los consejos de Winsberg para el fexting son:
- Tómate el tiempo necesario para leer detenidamente los mensajes de texto de tu pareja y haz una pausa para reflexionar antes de responder.
- Cuando respondas, lee tu propio texto en voz alta para ver cómo puede interpretarlo otra persona.
- Presta atención a las buenas prácticas de comunicación: Curiosidad, paciencia, empatía y aceptación. Es importante hacer preguntas y buscar la comprensión.
- Por el contrario, evita lo que el relacionista John Gottman describe como los cuatro jinetes del apocalipsis: La crítica, el desprecio, la evasión y la actitud defensiva.
- No utilices los mensajes de texto para evitar una conversación más profunda.
- Determina el momento adecuado para pasar la conversación vía online a una plática frente a frente. A veces, el contacto visual, tomar a alguien de la mano o ser capaz de darle un abrazo marcará la diferencia.
Artículo publicado originalmente en GQ Reino Unido.