El deporte femenino conquista estadios, pero sufre el acoso en las redes. Un espacio inseguro, dominado por algoritmos que viralizan la ofensa. Muchas deportistas reducen su presencia, aunque cueste seguidores y contratos.
El deporte femenino conquista estadios, pero sufre el acoso en las redes. Un espacio inseguro, dominado por algoritmos que viralizan la ofensa. Muchas deportistas reducen su presencia, aunque cueste seguidores y contratos.
Todos tenemos alguna manía y los deportistas que han asistido a los Juegos Olímpicos en Tokio (Japón) no son diferentes. Pero no estamos hablando de comprobar que hemos cerrado la puerta de casa varias veces o salir al campo de juego con la pierna derecha, sino del uso de ciertas técnicas o pseudoterapias para supuestamente mejorar su rendimiento deportivo.
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