Dra. Adela Cortina
El envejecimiento es un conjunto de experiencias humanas, un camino que todos, si la vida lo permite, recorreremos. Sin embargo, la forma en que nuestras sociedades lo viven, lo entienden y lo gestionan está en constante evolución.
por Alexandra Caballero Guzmán | Médica especialista en gerosexología y cuidado con perspectiva de género
En este panorama, la Dra. Adela Cortina, una de las filósofas morales más influyentes de habla hispana, ofrece una brújula ética indispensable: su concepto de la “ética del cuidado” y la “justicia cordial”. Lejos de ser abstracciones académicas, estas ideas se convierten en herramientas poderosas para desentrañar y dignificar las dimensiones afectivas y relacionales que definen la vejez, especialmente en el contexto del amor de pareja y el cuidado mutuo.
La ética del cuidado: Reconocer nuestra interdependencia fundamental
Para Adela Cortina, la ética no puede construirse únicamente sobre los principios abstractos de la autonomía y la justicia como igualdad. Es crucial incorporar la “ética del cuidado”, una perspectiva que nos obliga a reconocer nuestra intrínseca interdependencia como seres humanos.
Desde que nacemos hasta que morimos, necesitamos ser cuidados y, a su vez, tenemos la capacidad y el deber de cuidar. En la vejez, esta interdependencia se hace notoria. Los años pueden traer consigo una disminución de la autonomía física o cognitiva, haciendo que las personas mayores dependan más de otros para tareas cotidianas.
Aquí, la ética del cuidado nos recuerda que cuidar no es una mera tarea o una obligación impuesta, sino una dimensión fundamental de la moralidad humana. Es un acto de reconocimiento de la vulnerabilidad
del otro y de nuestra responsabilidad compartida.
Sigue en el siguiente documento:
Fuente: Alexandra Caballero Guzmán | Médica especialista en gerosexología y cuidado con perspectiva de género