“Hace mucho, mucho tiempo…”. Así comienza siempre una narración prometedora, un cuento al que nos entregamos incondicionalmente, sobre todo si confiamos en las habilidades de quien pone voz, ilustra o firma tan sugerentes palabras. Este cuento, el que les quiero contar, empezaría realmente así: “Hace mucho, mucho tiempo, el ser humano no sabía leer, ni escribir, ni contar…”.