Desde que comenzó la pandemia, la incertidumbre por el posible contagio y el desarrollo de síntomas ahogó a la sociedad. No sabíamos nada de la enfermedad que provocaba el SARS-CoV-2 y observábamos que a cada persona le afectaba de una manera diferente. Ante tal escenario surgía siempre la misma pregunta: ¿por qué?