Nadie puede negar que, en la evolución exponencial de la inteligencia artificial, el deep learning ha sido uno de los protagonistas más distinguidos. Este tipo de aprendizaje automático –machine learning–, que imita la forma en que el cerebro humano adquiere ciertos tipos de conocimientos, ha sido el motor detrás de muchos avances significativos en campos que van desde el reconocimiento de voz y de imágenes hasta la mejora de los sistemas de recomendación en plataformas de streaming y comercio electrónico.
