Los gadgets pueden acumularse con los años: salen nuevos o se rompen los viejos. Probablemente tenga un cajón lleno de baterías y cables viejos, y algunos teléfonos, computadoras portátiles y de escritorio viejos por ahí. Tal vez los conserve por razones nostálgicas (admito que colgué mi primer teléfono de bloque Nokia para “mostrárselo a mis hijos algún día”), o porque pensó que podría volver a usarlos en el futuro.