Sabemos lo que tenemos que hacer para reducir el riesgo de contraer cáncer, ¿verdad? Dejar de fumar, evitar los alimentos procesados, mantenerse en forma, perder peso y dormir lo suficiente. Pero ¿y si gran parte de lo que causa el cáncer ya ha ocurrido en nuestros primeros años, o peor aún, antes de que naciéramos?