La filosofía, en su afán por descifrar la condición humana, nos ofrece lentes para entender no solo el mundo, sino también las urgencias de nuestro tiempo. Cuando miramos el rostro del envejecimiento y el sufrimiento de millones de personas mayores en Latinoamérica, que enfrentan la pobreza, la enfermedad y la soledad, nos preguntamos: ¿dónde radica la responsabilidad? Para responder a esta inquietud, podemos recurrir a las profundas ideas de dos pensadoras extraordinarias: Hannah Arendt y Adela Cortina.