Habib Bourghiba, el primer presidente de Túnez y el padre del Túnez moderno, se le atribuye haber dejado un legado de importantes reformas sociales que priorizaron la educación, la salud y otros servicios sociales.
“A partir de 1958, con el objetivo de brindar una educación primaria a todos los niños en una década y al mismo tiempo mejorar las escuelas secundarias, el gobierno comenzó a dedicar aproximadamente una quinta parte de su presupuesto a la construcción de nuevas escuelas, la formación de maestros adicionales …”