Desde principios de año, una serie de hombres poderosos de algunos de los ámbitos más destacados de Francia —política, deportes, medios de comunicación, academia y artes— se han enfrentado a acusaciones directas y públicas de abusos sexuales. Es un cambio de rumbo respecto a unos años de, sobre todo, silencio. Al mismo tiempo, ante estos casos de gran repercusión y un cambio en la opinión pública, los legisladores franceses se apresuran a establecer los 15 años como edad para el consentimiento sexual, apenas tres años después de haber rechazado dicha ley.