Era martes, soleado y en la sala de unidad coronaria todos los pacientes estaban estables. Prometía una guardia tranquila, pero existe esa fina línea que separa la serenidad de la urgencia. Es la convivencia en la sala de cuidados intensivos.
Era martes, soleado y en la sala de unidad coronaria todos los pacientes estaban estables. Prometía una guardia tranquila, pero existe esa fina línea que separa la serenidad de la urgencia. Es la convivencia en la sala de cuidados intensivos.
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