Las víctimas solo ven seducción, y no son conscientes del peligro hasta que ya han cedido el control de su voluntad. Pero tiene remedio.

Las víctimas solo ven seducción, y no son conscientes del peligro hasta que ya han cedido el control de su voluntad. Pero tiene remedio.
Justicia, placer y culpa: por qué amamos la venganza por despecho pero al final nos arrepentimos. Varias personas nos cuentan cómo la han disfrutado y cómo les ha hecho la vida imposible. Los expertos aclaran por qué el subidón es tan efímero como el de una noche de copas.
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