La vergüenza es una emoción social y autofocalizada. Es decir, sentimos vergüenza cuando violamos las normas sociales en las que creemos. En esos momentos nos sentimos humillados/as, expuestos/as y pequeños/as, entonces esta emoción elicita una respuesta de atención focalizada en nuestro autoconcepto, de una forma global y negativa, principal diferencia con la culpa que se centra en la acción concreta de la que aceptamos responsabilidad y en los sentimientos de los demás (Tangney, Mashek,, & Stuewig, 2005).