Una puesta al día fundamental sobre diagnóstico y tratamiento no intervencionista del dolor neuropático.

por Tanja Schlereth – Guideline Schlereth Neurological Research and Practice – Vol 2 , N 16 ( 2020)

Introducción

El dolor neuropático (DN) ocurre después de una lesión o daño del sistema somatosensitivo (SSS) según la definición del Neuropatic Pain Special Interest Group de la International Association of the Study of Pain (IASP). Por el contrario, el dolor nociceptivo (DNc) está causado por la activación de los nociceptores mientras que las estructuras neuronales están básicamente intactas (por ej., dolor en la osteoartritis).

El dolor nociplástico (Dm), según la nueva definición de la IASP de 2017), es el que surge de la nocicepción alterada a pesar de no haber signos claros de amenazas reales o daños tisulares que provoca la activación de los nociceptores periféricos, o la evidencia de enfermedad o lesión del SSS causante del dolor.

La prevalencia del DN es del 6,9 a 10%. El tratamiento del DN es diferente del tratamiento de otros dolores crónicos en que el SSS no está dañado (DNc y/o DNp).

Fisiopatología

Se ha comprobado que en muchos DN hay actividad espontánea patológica en los aferentes nociceptivos dañados e intactos, después de cambios bioquímicos, fisiológicos, morfológicos, en parte, genéticos. La lesión induce cambios plásticos en el sistema nervioso central y periférico, con desequilibrio entre los mecanismos excitatorios e inhibidores y los mecanismos inhibidores descendentes perturbados.

Novedades

  • En Alemania, en 2017, en entró en vigor una nueva ley (“Ley de cannabis”), que permite el reembolso de cannabinoides (flora y extracto de cannabis, dronabinol, nabilona, nabiximols), previa solicitud al seguro médico, pudiendo recetarse mediante la prescripción de narcóticos.  Sin embargo, todavía su uso no está indicado en la etiqueta, ya que ninguna de estas sustancias está aprobada para la indicación “dolor.”

• Además del DN y del DNc, la IASP también definió la entidad ” dolor nociplástico”

• Las mutaciones de los canales de sodio dependientes de voltaje (Nav1.7, Nav1.8) fueron identificadas como posibles causas de neuropatía de fibras pequeñas idiopática.

• La microscopía confocal corneal es una herramienta no invasiva para el diagnóstico de neuropatías de fibras pequeñas.

• En 2015, el Grupo de Estudio mencionado preparó recomendaciones terapéuticas para el DN, basándose en una investigación bibliográfica.

Clasificación

El DN se clasifica en posible, probable y definido. En ausencia de cualquier criterio, el diagnóstico es “poco probable”. La identificación y clasificación del DN ayuda al diagnóstico. Los criterios en los que se basa la clasificación son:

1. Historia clínica. Indica una lesión relevante o una enfermedad del SSS central o periférico.

2. Localización del dolor. Verificar si el dolor se localiza em una zona neuroanatómica mente plausible.

3. Hay al menos un signo sensitivo patológico dentro de la zona de propagación del dolor, neuroanatómica mente plausible.

4. Al menos un examen debe detectar una lesión o enfermedad relevante del SSS central o periférico.

Dolor neuropático periférico y/o central

Es importante distinguir entre el DN periférico del DN central, ya que este último suele ser más difícil de tratar.

Dolor neuropático – dolor nociceptivo – dolor mixto

La presencia de un componente de DN no excluye un componente adicional de DNc en el mismo paciente (por ej., dolor de una úlcera en el pie más dolor de la neuropatía diabética). En algunos casos, se los denomina síndromes de dolor mixto, pero no siempre es posible distinguirlos con claridad.

Neuropatías dolorosas periféricas focales o multifocales

• Herpes zóster agudo, neuralgia porsherpética

• Dolor post-mastectomía

• Dolor post-toracotomía, dolor en la cicatriz.

• Dolor del miembro fantasma, dolor post lesión nerviosa,

• Neuropatía postraumática,

• Neuralgia del trigémino

• Neuralgia glosofaríngea, neuralgia occipital,

• Dolor radicular agudo y crónico, síndrome de dolor post discectomía

• Síndromes de atrapamiento nervioso

• Mononeuropatía diabética

• Neurinoma de Morton

• Neuropatía isquémica

• Síndrome de Bannwarth (infección por Borrelia)

• Neuritis idiopática del plexo,

• Lesión del plexo después de radiación o tumor

• Situación especial: síndrome de dolor regional complejo.

Polineuropatías periféricas dolorosas

Herpes zóster agudo, neuralgia porsherpética

• Metabólico

– diabetes, hipotiroidismo, deficiencia de vitaminas (especialmente B12)

• Medicación

-Terapia antirretroviral, quimioterapia (cisplatino, oxaliplatino, taxanos, tiouracilo, vincristina), disulfiram, antibióticos (etambutol, isoniazida, nitrofurantoína, cloranfenicol, metronidazol), talidomida, oro.

-Toxinas

– Alcohol, acrilamida, arsénico, clioquinol, dinitrofenol, etilenóxido, pentaclorfenol, talio

-Hereditario

– Amiloidosis, enfermedad de Fabry, Charcot-Marie

– Enfermedad de los dientes, neuropatías autónomas sensoriales hereditarias, eritromelalgia primaria

-Neoplasias

– Paraneoplásico (especialmente carcinoma bronquial), mieloma múltiple

• Infecciones, enfermedades autoinmunes –polirrradiculoneuropatía inflamatoria aguda

• (síndrome de Guillain-Barré), polirrradiculoneuropatía inflamatoria crónica desmielinizante. neuropatía vasculítica

• Neuropatía por VIH, lepra

• Polineuropatías de otras etiologías

Causas del dolor neuropático central

Vascular

– isquemia (por ej., ínsula, tálamo, tronco encefálico), hemorragia, malformaciones vasculares

• inflamación

– esclerosis múltiple, abscesos, mielitis

• trauma

• malignidades

• siringomielia

Síndromes de “dolor mixto”

• dolor de espalda crónico

• dolor por cáncer (con infiltración de estructuras neuronales)

Diagnóstico

Historia clínica

Síntomas clínicos. La lesión de las fibras nerviosas aferentes provoca entumecimiento. (síntomas sensitivos o “negativos”), los que son desagradables y a veces discapacitantes, pero en general, no son dolorosos y pueden no responder a los medicamentos. Los síntomas del DN son: dolor evocado e hipersensibilidad al dolor (hiperalgesia y alodinia) los que se denominan síntomas sensitivos “positivos” y suelen requerir una terapia específica. El DN suele ser espontáneo (sin estimulación externa) y se manifiesta con ardor.

En contraste con el DNc, en general, los síntomas no dependen del esfuerzo o del movimiento. También puede provocar sensación de disparos lancinantes y punzantes como así prurito. En las polineuropatías, el dolor puede sentirse como presión u opresión en la extremidad, parestesias y disestesias; algunos sufren calambres musculares o una inquietud similar a la del síndrome de piernas inquietas clásico.

Los estímulos externos pueden provocar dolor evocado. La alodinia es un dolor provocado por una estimulación no nociva (tacto, frío o calor no doloroso). La hiperalgesia es la respuesta exagerada a un estímulo doloroso leve. El dolor por desaferenciación aparece después de la interrupción de grandes estructuras nerviosas (por ej., post amputación) o espinales lesiones medulares.

Medición e identificación del dolor. Para medir la intensidad del dolor e identificar su localización se puede utilizar una escala del 0 al 11 que va desde “sin dolor” hasta “dolor máximo imaginable”). También se puede usar una escala analógica visual.

Pruebas diagnósticas

Todas las pruebas disponibles son un complemento del examen físico neurológico completo.

Prueba sensorial cuantitativa

La prueba sensorial cuantitativa (QST, por sus siglas en inglés) es un procedimiento estándar para evaluar la sensibilidad de la piel y las estructuras más profundas (músculos, fascias).

Se recomienda combinar diferentes pruebas para evaluar la detección y el umbral de dolor de los parámetros térmico, mecánico, sensitivo y nociceptivo, para evaluar la función de las fibras C no mielinizadas y las fibras Aδ mielinizadas y sus tractos nerviosos. Este método permite delinear un perfil de sensibilidad y detectar síntomas positivos como alodinia, la hiperalgesia mecánica, térmica o fría, así como síntomas negativos (pérdida de sensación mecánica o térmica).

La detección de síntomas negativos es importante para el diagnóstico de DN. Los síntomas negativos también pueden ocurrir con el DNc, pero son menos pronunciados, no tienen una distribución del dolor neuroanatómicamente plausible y no son reproducibles. Se requiere la cooperación del paciente, sin la cual, puede no proporcionar resultados válidos.

Biopsia de piel Se puede usar para el diagnóstico del DN, así como para el dolor por neuropatía de fibras pequeñas, sobre todo si el estudio electrofisi9ológico no es concluyente

Potenciales evocados por láser

Esta prueba puede ser utilizada para el diagnóstico de DN de cualquier etiología, pero no en forma rutinaria debido a su elevado gasto técnico y de tiempo.

Potenciales evocados por dolor

Pueden ser usados para el diagnóstico de DN de cualquier etiología.

>Microscopia confocal cornena

Puede utilizarse en el diagnóstico De DN, especialmente si la evaluación electrofisiológica convencional no muestra ninguna anomalía y/o hay sospecha de afección fibras nerviosas pequeñas. Se registran las anomalías oftalmológicas que provocan cambios en el plexo subbasal corneal y, si es necesario, se aclaran (por ej., síndrome del ojo seco, usuarios de lentes de contacto, queratocono, queratoplastia, queratitis, cirugía oftalmológica).

>Test de relajación axónica

Cuestionarios. Identifican y clasifican el dolor, pero pueden ser considerados en forma aislada. Siempre son un complemento del examen físico.

Tratamiento

Recomendaciones generales para el tratamiento del dolor neuropático

Los objetivos realistas son:

• Reducir el dolor ≥30%

• Mejorar la calidad del sueño

• Mejorar la calidad de vida

• Preservar la actividad y las relaciones sociales

• Mantener la capacidad laboral

• Mejorar la función

Debido a que hay varios medicamentos que se usan para el DN que están fuera de etiqueta, en el caso de ser usarlos, deben cumplir con los siguientes criterios:

1. Efecto establecido

2. Perfil de riesgo-beneficio favorable}

3.  Alternativas faltantes: intento de curación individual

Anticonvulsivantes con efecto sobre los canales de calcio neuronales

La gabapentina y la pregabalina se unen con una elevada afinidad a la subunidad α2-δ de los canales de calcio dependientes de voltaje, en la neuronas nociceptivas periféricas y centrales, reduciendo la entrada de calcio activador.

Una revisión de Cochrane halló una disminución significativa del dl dolor (>30% solo en la neuralgia post herpética y neuropatía diabética dolorosa). Comparado con el placebo, el tratamiento con gabapentina y pregabalina se asoció con más efectos secundarios (solo en el 3%, esos efectos adversos fueron graves). Los efectos secundarios fueron: somnolencia, mareos, edema, alteraciones de la marcha y ataxia.

Otras revisiones mostraron un número de necesidad de tratar combinado de 6,3 para la gabapentina y 8,3 parpara la gabapentina liberada con retardo, o gabapentina-encarbil, en general, con buena tolerancia. No hubo evidencia de efectos dosis dependiente. El número de necesidad de tratar de la pregabalina (dosis 150-600 mg/día) fue de 7,7. Se halló que la pregabalina se asoció a mejor respuesta a una dosis de 600 mg/día, comparado con la respuesta a la dosis de 300 mg.

Se recomienda usar gabapentina (1.200–3.600 mg/día, divididos en 3 dosis/día). Para la pregabalina, se recomiendan dosis diaria de 300- 600 mg, divididas en 2 tomas. La gabapentina está aprobada para el tratamiento del DN periférico mientras que la pregabalina lo está para el DN periférico y central.

Ambos fármacos deben utilizarse como fármacos de primera elección para el tratamiento de las enfermedades con DN crónico de cualquier etiología.

Anticonvulsivantes con efecto sobre los canales de sodio

Bloqueantes de los canales de sodio: carbamazepina, oxcarbazepina, topiramato

Estos 3 fármacos tienen un efecto estabilizador de la membrana sobre los canales de sodio dependientes de voltajes, en las neuronas nociceptivas sensibilizadas, en el sistema nervioso periférico y central, reduciendo así su actividad espontánea. El topiramato también mejora el efecto inhibitorio de GABA al unirse a los receptores GABAy la inhibición de los receptores aAMPA2.

> Carbamazepina No hay datos suficientes para avalar su recomendación en el tratamiento de la neuropatía diabética dolorosa. Los estudios que informan su eficacia para dicho tratamiento tienen más de 40 años. Luego de un análisis de Cochrane no se recomienda su uso en el DN por la insuficiencia de datos.

Los efectos secundarios de la carbamazepina son desfavorables: alteraciones cognitivas, mareos, vértigo, fatiga, ataxia, gastrointestinales, hiponatremia, cambios en el recuento sanguíneo (especialmente leucopenia), daño hepático, reacciones alérgicas cutáneas y, arritmias cardíacas.

Contraindicaciones: lesión de la médula ósea preexistente, antecedentes de reacciones alérgicas a los antidepresivos tricíclicos y terapia simultánea con un inhibidor de la MAO, nefazodona o inhibidores de la transcriptasa inversa.

La carbamazepina es un inductor enzimático del sistema del citocromo P450 y por los tanto, puede interferir con otras sustancias. Se inicia su administración en dosis de 100 a 200 mg y luego se aumenta gradualmente hasta 600-1.200 mg, liberación lenta, con controles sanguíneos y electrocardiográficos. En Alemania está aprobada para el tratamiento de neuralgia del trigémino y glosofaríngeo, la neuropatía diabética doloroso y la epilepsia.

En resumen, no se puede recomendar para el DN de cualquier etiología por la escasa evidencia, pero si para casos individuales. Provoca efectos secundarios desfavorables, especialmente hiponatremia e interacciones medicamentosas. Hay guías especiales para su uso en la neuralgia del trigémino.

Oxcarbazepina Los datos sobre su eficacia en el tratamiento del DN y la neuropatía diabética dolorosa y la radiculopatía son insuficientes. Se ha comprobado una disminución del dolor de la neuropatía diabética dolorosa con el tratamiento a largo plazo. Sin embargo, diferentes estudios obtuvieron diferentes resultados en la reducción del dolor. Los efectos secundarios desfavorables son: somnolencia, mareos, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, síntomas cognitivos, hiponatremia, y reacciones cutáneas alérgicas graves.

En general, la oxcarbazepina no se puede recomendarse para el tratamiento del DN de cualquier etiología debido a la evidencia limitada, pero puede ser considerado en casos individuales. Los efectos secundarios son desfavorables, especialmente la hiponatremia. Hay guías para su uso en la neuralgia del trigémino.

Topiramato. En 3 estudios de alta calidad no se halló evidencia de su eficacia (usado en dosis de 100-400 mg día) en el tratamiento de la neuropatía diabética dolorosas. Un metaanálisis y una revisión sistémica actual no hallaron evidencia de su eficacia para el dolor de la neuropatía diabética. Para otros DN, los análisis de Cochrane tampoco hallaron evidencia de eficacia del topiramato.

Otros 2 estudios de pacientes con neuropatía diabética dolorosa hallaron que el topiramato tuvo menor efecto sobre el dolor que a otros anticonvulsivantes y antidepresivos]. Sus efectos secundarios son desfavorables: síntomas cognitivos, fatiga, pérdida de apetito y trastornos gastrointestinales. Menos frecuentes. reacciones severas de piel membranas mucosas y ojos. Puede inducir reducción de peso. Por lo tanto, el topiramato no debe ser usado para el DN de cualquier etiología.

Lamotrigina/lacosamida/fenitoína

En general, estos 3 medicamentos no pueden ser recomendados para el tratamiento del DN por escasez de evidencia. Lo mismo para otros anticonvulsivantes como la fenitoína y el levatiracetam.

Lamotrigina/lacosamida/fenitoína

Lamotrigina. Diversas revisiones no hallaron datos satisfactorios sobre su eficacia en el tratamiento de la neuropatía diabética dolorosa. En un estudio, el efecto se manifestó a partir de la dosis de 200 mg. Una dosis lenta debido al efecto secundario de alergia cutánea (casi en el 10% es una reacción en el punto de aplicación).

Un pequeño estudio sobre DN central después de un accidente cerebrovascular mostró una reducción significativa del dolor de alrededor del 30%. Un estudio piloto sobre la neuropatía del VIH mostró una reducción significativa del dolor (>30%),

pero en un estudio de seguimiento este fue el caso solo en el subgrupo de pacientes en tratamiento antirretroviral. La lamotrigina está aprobada en Alemania solo para el tratamiento de la epilepsia y trastornos bipolares. No se puede usar lamotrigina en el tratamiento del DN de cualquier etiología, pero, en casos individuales, puede considerarse fuera de etiqueta, para la neuropatía por VIH y dolor central (post ictus), Hay guías para su uso en la neuralgia del trigémino.

Lacosamida. Hay 3 metaanálisis para la eficacia de lacosamida en la neuropatía diabética dolorosa. En un análisis de Cochrane, la lacosamida, a una dosis de 400 mg/día, redujo significativamente el dolor 30% con un número de necesidad de tratar de 9,8. Con dosis más elevada, 600 mg, el NNT fue menor, pero mayor tasa de efectos secundarios.

Otros 2 estudios sobre neuropatía diabética, hallaron una reducción significativa del dolor, del 50%, a una dosis de 400 mg), pero la dosis más elevada, de 600 mg, no redujo el dolor en un 50%. El metaanálisis de Finnerup et al. no halló un efecto significativo de la lacosamida (200, 400 y 600 mg) con respecto a una reducción del dolor del 50% y, por tanto, no se recomienda en la terapia de DN.

En resumen, los datos se limitan a la neuropatía diabética dolorosa con un número de necesidad de tratar elevado para la dosis de 400 mg y datos inconsistentes para lacosamida la dosis de 600 mg con un alto N.N.T.

FenitoínaPara la fenitoína, no hay estudios de calidad suficientes para evaluar su eficacia. Los resultados de los estudios son contradictorios. sin embargo, está aprobada en Alemania para el DN central o periférico, cuando otros tratamientos no han tenido éxito o no son factibles.

La fenitoína no debe usarse en el DN crónico. Los autores la indican en la exacerbación aguda de la neuralgia del trigémino siguiendo las guías existentes.

Otros anticonvulsivantes

Levetiracetam

En un metaanálisis de 7 estudios aleatorizados y controlados, 3000 mg de levetiracetam no redujeron el DN en diferentes condiciones de dolor. No se recomienda para el tratamiento del DN

Antidepresivos

Antidepresivos tri y tetracíclicos

Varios metaanálisis y un análisis de Cochrane confirman la eficacia de los antidepresivos tricíclicos, pero enfatizan que la evidencia se basa en varios estudios pequeños y, por lo tanto, la calidad es moderada y el efecto terapéutico probablemente se ha sobreestimado]. Estos fármacos no tienen propiedades antinociceptivas directas. Son eficaces en pacientes sin depresión. El efecto sobre el DN parece ocurrir antes y en dosis más bajas que el efecto sobre la depresión.

La amitriptilina, imipramina y clomipramina se unen a la noradrenalina y son transportadores de serotonina (5-HT). Inhiben la recaptación de estos neurotransmisores, lo que activa las vías inhibidoras noradrenérgicas descendentes. Los antidepresivos tricíclicos también bloquean los canales de sodio y así inhiben las descargas ectópicas. El NNT para reducir el dolor un 50% es el más bajo para los antidepresivos tricíclicos.

Solo hay 2 estudios sobre Imipramina y neuropatía diabética, por lo que no hay más declaraciones sobre sustancias individuales. Se debe distinguir entre sedantes (por ej., amitriptilina) y no sedantes (por ej., clomipramina). La amitriptilina puede ser particularmente útil para el insomnio por DN. Las dosis deben ser tituladas y controlar los efectos secundarios.

Amitriptilina y la Imipramina tienen la ventaja de estar disponibles en forma de gotas. A partir de la dosis de 10-25 mg (liberación prolongada) por la noche o, según el ingrediente activo – también por la mañana, para ir aumentando en 3 a 5 días, 10-25 mg. En los ancianos se deben usar dosis más bajas, especialmente al principio. Hacer un ECG previo en pacientes con riesgo cardíaco y en >65 años. La dosis tolerable y efectiva suele estar entre 25 y 75 mg/día, en una sola dosis o dividido en 2–3 veces diarias.

La amitriptilina está aprobada en Alemania para el tratamiento del DN de cualquier etiología. La clomipramina y la imipramina para el manejo del dolor a largo plazo como parte de un tratamiento terapéutico general, mientras que la imipramina y la nortriptilina son fuera de etiqueta en el manejo del dolor.

Los efectos secundarios importantes son: sedación, sequedad de boca, deterioro cognitivo, aumento de peso, estreñimiento, mareos, desregulación ortostática, disfunción eréctil, disuria, náuseas, temblores y efectos secundarios cardíacos.

Contraindicaciones relativas de los antidepresivos tricíclicos: glaucoma, hipertrofia de próstata, disuria, mayor riesgo de convulsiones, trombosis, tromboflebitis, trastornos de la conducción cardíaca, insuficiencia cardíaca, mayor riesgo de caídas. Si se utilizan dosis >100 mg/día, hay que hacer ECG regularmente. Controlar las transaminasas y el hemograma. La amitriptilina interactúa con los IMAO y puede producir síndrome serotoninérgico, otros anticolinérgico (aumento de los efectos secundarios) o con sustancias adrenérgicas (riesgo de arritmia). La carbamazepina y los barbitúricos pueden reducir la concentración de antidepresivos tricíclicos y su eficacia.

Los antidepresivos tricíclicos deben ser utilizados como fármacos de primera elección para el tratamiento del DN de cualquier etiología. En la evaluación de riesgo-beneficio, sin embargo, los efectos secundarios, las interacciones farmacológicas y la toxicidad cardíaca deben ser tomados en cuenta.

Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina- norepinefrina

> Duloxetina

No se debe combinar con sustancias con actividad serotoninérgicas, inhibidores de la MAO o Hierba de San Juan. Los inhibidores de CYP1A2 (por ej., ciprofloxacina) pueden provocar un aumento del nivel activo de uloxetina.

En los fumadores se debe aumentar la dosis porque se produce una degradación de la Duloxetina, acelerada por la inducción del CPY1A2, y, por lo tanto, los niveles plasmáticos son más bajos.

La duloxetina inhibe 7la degradación del metoprolol., pudiendo duplicar su nivel efectivo y aumentar el riesgo de sangrado por anticoagulación (especialmente warfarina). Se utilizará como fármaco de primera elección para el tratamiento del DN de cualquier etiología.

Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina

La eficacia de estos fármacos en el DN, como Citalopram/escitalopram, fluoxetina, fluvoxamina o sertralina, no ha demostrada en estudios de investigación.

> Milnacipana y venlafaxina

No se deben usar para el DN por falta de evidenci1as sobre su efectividad en el DN

Antidepresivos no adrenérgico y específicamente serotoninérgico

La eficacia de los antidepresivos noradrenérgicos y específicamente los serotoninérgicos (por ej, mirtazapina) no ha sido demostrada y no se recomiendan en el DN por falta de evidencia satisfactoria.

Opioides

Los agonistas de los receptores de opioides de baja potencia y los inhibidores de la recaptación de norepinefrina (por ej., tramadol) así como los opioides de alta potencia, pueden ser utilizados para el tratamiento de tercera línea del DN de cualquier etiología. No hay evidencia convincente sobre la eficacia de hidromorfona, metadona, fetanilo, burenofina, morfina.

Cannabinoides

Los cannabinoides son agonistas de los receptores CB1 en el SNC, médula espinal y nervios periféricos. Actúan inhibiendo excitabilidad neuronal. En un metaanálisis de 11 estudios, Cannabis fumado o absorbido a través de las membranas mucosas parecía ser más eficaz que por vía oral. Estos estudios y otros pocos similares mostraron eficacia en reducir el DN, pero sin relevancia clínica. No deben ser usados en la neuropatía diabética y solo deben considerarse para el DN después del fracaso de las terapias estándar, en un ajuste multimodal.  En general, no se recomiendan par el Dn porque el efecto es bastante pequeño y la tasa de efectos secundarios son elevadas.

> Ácido alfa lipoico

No se puede recomendar para el tratamiento del DN de cualquier etiología, aunque no se puede excluir un efecto en la neuropatía diabética.

> Antagonistas de los receptores gtlutamat´rgicos (MDA)

No deben ser usados en el tratamiento del DN de cualquier etiología.

>Analgésicos no opioides (AINE, Inhibidores de la cox-2, paracetamol, metamizol)

No deben ser utilizado para el tratamiento del DN neuropático crónico de cualquier etiología. No hay evidencia de eficacia.

> Baclofeno

No debe ser usado para el tratamiento de la DN.

> Tizanidinea y tolperisona

Los autores no encontraron bibliografía sobre estos fármacos.

> Flupirtina

No ha sido aprobada por su potencial hepatotóxico. Fue retirada del mercado en la Unión Europea.

> Benzodiacepinas

Falta evidencia y, por lo tanto, no se recomiendan para el tratamiento del DN de cualquier etiología.

Terapias tópicas

> Lidocaína en parches

Puede recomendarse como tratamiento de segunda línea del DN localizado. Su eficacia ha sido demostrada particularmente para la neuralgia post herpética.

> Capsaicina

El parche de capsaicina al 8% puede ser recomendado para el tratamiento del DN de cualquier etiología, como segunda opción. El efecto es comparable al de los medicamentos orales establecidos, con buena tolerancia. Como primera elección está indicado en casos de DN localizado.

> Toxina botulínica

Se puede considerar para el tratamiento del DN de cualquier etiología, pero solo como fármaco de tercera elección para el tratamiento del dolor localizado, en centros especializados.

> Amitriptilina en ungüento

No debe utilizarse para el tratamiento de DN crónico de cualquier etiología.

> Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea

No se puede recomendar para el tratamiento del DN de cualquier etiología. Falta evidencia. Dado que algunos estudios sugieren que puede ser eficaz, su uso puede considerarse en casos individuales.

Otras terapias

Los autores no consideran otras terapias como la administración intravenosa de lidocaína y la aplicación tópica de ambroxol, clonidina, ketamina y ácido acetilsalicílico, debido a la falta de datos.

Psicoterapia intervencionista

Puede usarse un enfoque psicoterapéutico para el tratamiento del DN de cualquier etiología. Hasta ahora, sin embargo, no se pudo probar una reducción del dolor del 30%, debido a la falta de datos. Sin embargo, los autores opinan que la psicoterapia del dolor representa una opción terapéutica importante. especialmente en el contexto de un tratamiento interdisciplinario multimodal.

Terapia multimodal

La base de la terapia multimodal del dolor es una ” modelo biopsicosocial” del desarrollo del dolor. Además de la fisioterapia y la terapia ocupacional, el apoyo psicológico también es importante. Sin embargo, los datos sobre la terapia multimodal del dolor para el DN son muy limitados.

Un estudio pequeño, pero no controlado mostró un efecto positivo de la terapia del comportamiento cognitivo multidisciplinaria., mientras que otro estudio no hallaron una reducción clara del dolor, pero sí una mejora mediante un programa interdisciplinario de estrategias de afrontamiento de. A pesar de que no haberse demostrado una eficacia satisfactoria, la terapia multimodal del dolor es una opción terapéutica importante para el DN crónico difícil de tratar.

Recomendaciones generales

 • El DN ocurre debido al daño o lesión del SSS.

 • El diagnóstico de DN se basa en lo síntomas y signos típicos de Du, en particular la combinación de síntomas menores o negativos (déficits sensitivos como la hipoalgesia) y síntomas mayores o positivos (dolor ardiente, especialmente en reposo, punzante, alodinia, hiperalgesia).

 • El daño o lesión del SSS debe ser demostrado mediante el examen neurológico y confirmado mediante instrumentos diagnósticos.

 • La biopsia de piel, con limitaciones, sigue siendo el estándar de oro en el diagnóstico de las neuropatías de fibras pequeñas. Los métodos no invasivos establecidos son: las pruebas sensitivas cuantitativas y los potenciales evocadas por láser, este último disponible sólo en centros especializados. Los potenciales evocados por dolor, microscopía confocal corneal y la prueba del reflejo axónico también son métodos de detección de daños en las fibras C o A-delta, pero, generalmente, solo están disponibles en centros especializados. No existen valores estándar para todas las pruebas.

 • Los cuestionarios se pueden ser utilizados como herramienta de detección o para evaluar la gravedad de la neuropatía.

 • La posibilidad de una terapia curativa o causal (por ej. neurólisis en los síndromes de atrapamiento nervioso; control especializadas óptimo de la diabetes en la neuropatía diabética).

 • Cada paciente requiere una dosis individual del medicamento elegido, dependiendo de su eficacia y efectos secundarios.

 • La primera elección para el tratamiento farmacológico son los anticonvulsivantes con efectos sobre el los canales neuronales de calcio (gapapentina, pregabalina) así como los antidepresivos tri y ttetracíclicos y el inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina/norepinefrina, duloxetina. (Sin embargo, solo este último está aprobada p en Alemania para el tratamiento de la neuropatía diabética).

 • Para las lesiones nerviosas focales, son eficaces la lidocaína tópica al 5% y los parches de capsaicina al 8%; se prefieren debido a que tienen menos efectos secundarios.

 • Los opioides son eficaces, pero se deben prestar atención a los efectos secundarios y el potencial de dependencia. Tanto los opioides de alta potencia como los de baja potencia como el tramadol, que además actúa sobre la inhibición endógena del dolor descendente, pueden ser recomendados como medicamentos de tercera elección.

 • La carbamazepina y la oxcarbazepina no son recomendables en general para e DN debido a la escasa y los efectos secundarios frecuentes, pero podría considerarse caso por caso. Sin embargo, para la neuralgia del trigémino, la carbamazepina sigue siendo el fármaco de primera elección.

Trducción y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti

Referencias bibliográficas

  1. 1. Treede, RD, et al. (2008). Dolor neuropático: redefinición y un sistema de clasificación con fines clínicos y de investigación. Neurología, 70 (18), 1630-1635.
  2. van Hecke, O. y col. (2014). Dolor neuropático en la población general: una revisión sistemática de estudios epidemiológicos. Dolor, 155 (4), 654–662.
  3. Baron, R., Binder, A. y Wasner, G. (2010). Dolor neuropático: diagnóstico, mecanismos fisiopatológicos y tratamiento. Lancet Neurology, 9 (8), 807–819.
  4. Colloca, L. y col. (2017). Dolor neuropático. Reseñas de la naturaleza. Cebadores de enfermedades, 3 , 17002.
  5. van Hecke, O. y col. (2015). Fenotipado del dolor neuropático por consenso internacional (NeuroPPIC) para estudios genéticos: una revisión sistemática de NeuPSIG, una encuesta Delphi y recomendaciones de un panel de expertos. Pain, 156 (11), 2337-2353.
  6. Finnerup, NB y col. (2016). Dolor neuropático: un sistema de clasificación actualizado para la investigación y la práctica clínica. Pain, 157 (8), 1599-1606.
  7. Maier, C. y col. (2010). Pruebas sensoriales cuantitativas en la red de investigación alemana sobre dolor neuropático (DFNS): anomalías somatosensoriales en 1236 pacientes con diferentes síndromes de dolor neuropático. Dolor, 150 (3), 439–450.
  8. Westermann, A. y col. (2011). Déficits sensoriales leves asociados al dolor sin hiperalgesia en el dolor crónico no neuropático. The Clinical Journal of Pain, 27 (9), 782–789.
  9. Backonja, MM y col. (2013). Valor de las pruebas sensoriales cuantitativas en trastornos neurológicos y del dolor: consenso NeuPSIG. Pain, 154 (9), 1807-1819.
  10. Cruccu, G. y col. (2010). Directrices de la EFNS sobre la evaluación del dolor neuropático: revisada en 2009. European Journal of Neurology, 17 (8), 1010–1018.
  11. Haanpaa, M. y col. (2011). Directrices de NeuPSIG sobre evaluación del dolor neuropático. Dolor, 152 (1), 14-27.
  12. Lauria, G. y col. (2010). Federación Europea de Sociedades Neurológicas / guía de la sociedad de nervios periféricos sobre el uso de biopsia de piel en el diagnóstico de neuropatía de fibras pequeñas. Informe de un grupo de trabajo conjunto de la Federación Europea de Sociedades Neurológicas y la Sociedad de Nervios Periféricos. Eur.J.Neurol., 17 (7), 903–909.
  13. García-Larrea, L., et al. (2002). Anomalías potenciales evocadas por láser en pacientes con dolor central: la influencia del dolor espontáneo y provocado.  Cerebro, 125 (Parte 12), 2766–2781.
  14. Valeriani, M. y col. (2012). Utilidad clínica de los potenciales evocados por láser. Neurophysiologie Clinique, 42 (5), 345–353.
  15. Omori, S. y col. (2017). Potenciales evocados relacionados con el dolor después de la estimulación eléctrica intraepidérmica de las fibras Adelta y C en pacientes con dolor neuropático. Investigación en neurociencia, 121 , 43–48.
  16. Hansen, N. y col. (2015). Las amplitudes de los potenciales evocados relacionados con el dolor son útiles para detectar la participación de fibras pequeñas en neuropatías dolorosas de fibras mixtas, además de las pruebas sensoriales cuantitativas, un estudio electrofisiológico. Frontiers in Neurology, 6 , 244.
  17. Cruzat, A., Qazi, Y. y Hamrah, P. (2017). Microscopía confocal in vivo de nervios corneales en salud y enfermedad. The Ocular Surface, 15 (1), 15–47.
  18. Ziegler, D. y col. (2014). Detección temprana de pérdida de fibras nerviosas mediante microscopía confocal corneal y biopsia de piel en diabetes tipo 2 de diagnóstico reciente. Diabetes, 63 (7), 2454–2463.
  19. Chen, X. y col. (2015). Cuantificación de fibras nerviosas pequeñas en el diagnóstico de polineuropatía sensitivomotora diabética: comparación de microscopía confocal corneal con densidad de fibras nerviosas intraepidérmicas. Diabetes Care, 38 (6), 1138-1144.
  20. Weidner, C. y col. (2000). Efectos agudos de la sustancia P y el péptido relacionado con el gen de la calcitonina en la piel humana: un estudio de microdiálisis. The Journal of Investigative Dermatology, 115 (6), 1015–1020.
  21. Fuller, RW y col. (1987). Efectos de los neuropéptidos sensoriales en la piel humana. British Journal of Pharmacology, 92 (4), 781–788.
  22. Kramer, HH y col. (2004). Los reflejos axónicos estimulados eléctricamente están disminuidos en las neuropatías diabéticas de fibras pequeñas. Diabetes, 53 (3), 769–774.
  23. Bickel, A. y col. (2009). El tamaño de la llamarada del reflejo del axón de la fibra C se correlaciona con la densidad de las fibras nerviosas epidérmicas en las biopsias de piel humana. Revista del sistema nervioso periférico, 14 (4), 294-299.
  24. Kalliomaki, M. y col. (2011). ¿Diferencias estructurales y funcionales entre neuropatía con y sin dolor? Neurología experimental, 231 (2), 199-206.
  25. Schley, M. y col. (2012). La inervación de la piel a diferentes profundidades se correlaciona con la función de las fibras pequeñas, pero no con el dolor en pacientes con dolor neuropático. European Journal of Pain, 16 (10), 1414-1425.
  26. Bickel, A. y col. (2002). Evaluación de la reacción de exacerbación neurogénica en neuropatías de fibras pequeñas. Neurología, 59 (6), 917–919.
  27. Green, AQ, Krishnan, ST y Rayman, G. (2009). Función de la fibra C evaluada mediante la técnica de destello del generador de imágenes láser Doppler e iontoforesis con acetilcolina. Músculo y nervio, 40 (6), 985–991.
  28. Koppert, W. y col. (2004). La lidocaína sistémica reduce el reflejo axónico inducido mecánicamente y la hiperalgesia en la quemadura por UV-B humana. Revista europea del dolor, 8 (3), 237–244.
  29. Krishnan, ST y Rayman, G. (2004). El LDIflare: una nueva prueba de la función de la fibra C demuestra una neuropatía temprana en la diabetes tipo 2. Diabetes Care, 27 (12), 2930–2935.
  30. Kubasch, ML y col. (2017). Evaluación con láser Doppler de la capacidad de respuesta del reflejo del axón vasomotor para evaluar la función neurovascular. Frontiers in Neurology, 8 , 370.
  31. Unal-Cevik, I. (2018). Cuantificación temporal y espacial de la funcionalidad de las fibras pequeñas relacionada con el dolor evaluada mediante análisis de contraste de moteado con láser. Práctica del dolor , 18 (7),: 824–838.
  32. Freynhagen, R. y col. (2006). painDETECT: un nuevo cuestionario de detección para identificar componentes neuropáticos en pacientes con dolor de espalda.  Current Medical Research and Opinion, 22 (10), 1911-1920.
  33. Bouhassira, D. y col. (2005). Comparación de síndromes de dolor asociados a lesiones nerviosas o somáticas y desarrollo de un nuevo cuestionario de diagnóstico de dolor neuropático (DN4). Dolor, 114 (1–2), 29–36.
  34. Bennett, M. (2001). La escala de dolor LANSS: la evaluación de Leeds de los síntomas y signos neuropáticos. Dolor, 92 (1-2), 147-157.
  35. Bouhassira, D. y col. (2004). Desarrollo y validación del inventario de síntomas de dolor neuropático. Dolor, 108 (3), 248-257.
  36. Galer, BS y Jensen, MP (1997). Desarrollo y validación preliminar de una medida de dolor específica para el dolor neuropático: la escala de dolor neuropático. Neurología, 48 (2), 332–338.
  37. Chaparro, LE y col. (2012). Farmacoterapia combinada para el tratamiento del dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (7), Cd008943.
  38. Wiffen, PJ y col. (2017). Gabapentina para el dolor neuropático crónico en adultos.Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 6 , Cd007938.
  39. Finnerup, NB y col. (2015). Farmacoterapia para el dolor neuropático en adultos: revisión sistemática y metanálisis. Lancet Neurology, 14 (2), 162-173.
  40. Waldfogel, JM y col. (2017). Farmacoterapia para el dolor y la calidad de vida de la neuropatía periférica diabética: una revisión sistemática. Neurology, 88 (20), 1958-1967.
  41. Wiffen, PJ y col. (2014). Carbamazepina para el dolor neuropático crónico y la fibromialgia en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (4), Cd005451.
  42. Griebeler, ML y col. (2014). Intervenciones farmacológicas para la neuropatía diabética dolorosa: una revisión sistemática general y un metanálisis de la red de efectividad comparativa. Annals of Internal Medicine, 161 (9), 639-649.
  43. Thomas, AM y Atkinson, TJ (2018). Viejos amigos con caras nuevas: ¿Son los bloqueadores de los canales de sodio el futuro del tratamiento complementario de los analgésicos? The Journal of Pain, 19 (1), 1-9.
  44. Zhou, M. y col. (2017). Oxcarbazepina para el dolor neuropático. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 12 , Cd007963.
  45. Snedecor, SJ y col. (2014). Revisión sistemática y metanálisis de terapias farmacológicas para la neuropatía periférica diabética dolorosa. Práctica del dolor, 14 (2), 167-184.
  46. Demant, DT y col. (2014). El efecto de la oxcarbazepina en el dolor neuropático periférico depende del fenotipo del dolor: un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo y fenotipo estratificado. Dolor, 155 (11), 2263–2273.
  47. Sindrup, SH y col. (2017). Impacto de la etiología y la duración del dolor en los efectos del tratamiento farmacológico en la polineuropatía dolorosa. Revista europea del dolor, 21 (8), 1443-1450.
  48. Min, K. y col. (2016). Tratamiento basado en síntomas del dolor neuropático en pacientes con lesión de la médula espinal: ensayo clínico cruzado aleatorizado. Revista estadounidense de medicina física y rehabilitación, 95 (5), 330–338.
  49. Holbech, JV y col. (2016). Fenotipo del dolor como predictor de la respuesta al fármaco en la polineuropatía dolorosa: un análisis retrospectivo de datos de ensayos clínicos controlados. Dolor, 157 (6), 1305-1313.
  50. Thienel, U. y col. (2004). Topiramato en la polineuropatía diabética dolorosa: hallazgos de tres ensayos doble ciego controlados con placebo. Acta Neurologica Scandinavica, 110 (4), 221-231.
  51. Wiffen, PJ y col. (2013). Topiramato para el dolor neuropático y la fibromialgia en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (8), Cd008314.
  52. Wiffen, PJ y col. (2013). Fármacos antiepilépticos para el dolor neuropático y la fibromialgia: un resumen de las revisiones Cochrane. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (11), Cd010567.
  53. Wiffen, PJ, Derry, S. y Moore, RA (2013). Lamotrigina para el dolor neuropático crónico y la fibromialgia en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (12), Cd006044.
  54. Hearn, L., Derry, S. y Moore, RA (2012). Lacosamida para el dolor neuropático y la fibromialgia en adultos. Cochrane.Database.Syst.Rev., 2 , CD009318.
  55. Birse, F., Derry, S. y Moore, RA (2012). Fenitoína para el dolor neuropático y la fibromialgia en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (5), Cd009485.
  56. Saudek, CD, Werns, S. y Reidenberg, MM (1977). Fenitoína en el tratamiento de la polineuropatía simétrica diabética. Farmacología clínica y terapéutica, 22 (2), 196-199.
  57. Chadda, VS y Mathur, MS (1978). Estudio doble ciego de los efectos de la difenilhidantoína sódica en la neuropatía diabética. The Journal of the Association of Physicians of India, 26 (5), 403–406.
  58. Moore, RA y col. (2015). Amitriptilina para el dolor neuropático en adultos.Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (7), Cd008242.
  59. Derry, S. y col. (2015). Nortriptilina para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 1 , Cd011209.
  60. Hearn, L. y col. (2014). Imipramina para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (5), Cd010769.
  61. Goldstein, DJ y col. (2005). Duloxetina versus placebo en pacientes con neuropatía diabética dolorosa. Dolor, 116 (1–2), 109–118.
  62. Raskin, J. y col. (2005). Un ensayo multicéntrico, aleatorizado, doble ciego que compara la duloxetina con placebo en el tratamiento del dolor neuropático periférico diabético. Medicina del dolor, 6 (5), 346–356.
  63. Wernicke, JF y col. (2006). Un ensayo controlado aleatorio de duloxetina en el dolor neuropático periférico diabético. Neurología, 67 (8), 1411-1420.
  64. Sultan, A. y col. (2008). Duloxetina para la neuropatía diabética dolorosa y el dolor por fibromialgia: revisión sistemática de ensayos aleatorizados. Neurología de BMC, 8 , 29.
  65. Ney, JP y col. (2013). Eficacia comparativa de productos farmacéuticos orales para el tratamiento del dolor neuropático periférico crónico: metanálisis y comparaciones de tratamientos indirectos. Medicina del dolor, 14 (5), 706–719.
  66. Kajdasz, DK y col. (2007). Duloxetina para el tratamiento del dolor neuropático periférico diabético: hallazgos basados ​​en la evidencia del análisis post hoc de tres estudios multicéntricos, aleatorizados, doble ciego, controlados con placebo y de grupos paralelos. Clinical Therapeutics, 29 (Suppl), 2536-2546.
  67. Boyle, J. y col. (2012). Comparación aleatoria, controlada con placebo de amitriptilina, duloxetina y pregabalina en pacientes con dolor neuropático periférico diabético crónico: impacto en el dolor, sueño polisomnográfico, funcionamiento diurno y calidad de vida. Diabetes Care, 35 (12), 2451–2458.
  68. Lunn, MP, Hughes, RA y Wiffen, PJ (2014). Duloxetina para el tratamiento de neuropatía dolorosa, dolor crónico o fibromialgia. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (1), Cd007115.
  69. Lindner, V. y Deuschl, G. (2004). Antidepresivos y anticonvulsivos. Perfil de utilidad práctica en la terapia del dolor. Schmerz, 18 (1), 53–60.
  70. Derry, S. y col. (2015). Milnaciprán para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (7), Cd011789.
  71. Gallagher, HC y col. (2015). Venlafaxina para el dolor neuropático en adultos.Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (8), Cd011091.
  72. Durand, JP y col. (2012). Eficacia de la venlafaxina para la prevención y el alivio de la neurotoxicidad aguda inducida por oxaliplatino: resultados de EFFOX, un ensayo de fase III aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo. Annals of Oncology, 23 (1), 200-205.
  73. Rowbotham, MC y col. (2004). Venlafaxina de liberación prolongada en el tratamiento de la neuropatía diabética dolorosa: un estudio doble ciego controlado con placebo. Dolor, 110 (3), 697–706.
  74. Sindrup, SH y col. (2003). Venlafaxina versus imipramina en la polineuropatía dolorosa: un ensayo controlado aleatorizado. Neurología, 60 (8), 1284-1289.
  75. Attal, N. y col. (2010). Directrices de la EFNS sobre el tratamiento farmacológico del dolor neuropático: revisión de 2010. Revista europea de neurología, 17 (9), 1113– 1e88.
  76. Otto, M. y col. (2008). Escitalopram en la polineuropatía dolorosa: un ensayo cruzado aleatorizado, controlado con placebo. Dolor, 139 (2), 275-283.
  77. Shimodozono, M. y col. (2002). Reducción del dolor central posterior al ictus con el inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina fluvoxamina. The International Journal of Neuroscience, 112 (10), 1173-1181.
  78. Sindrup, SH y col. (1992). El inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina citalopram alivia los síntomas de la neuropatía diabética. Farmacología clínica y terapéutica, 52 (5), 547–552.
  79. Sindrup, SH y col. (1990). El inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina paroxetina es eficaz en el tratamiento de los síntomas de la neuropatía diabética. Dolor, 42 (2), 135-144.
  80. Nishihara, M. y col. (2013). Combinaciones de antidepresivos en dosis bajas y pregabalina en dosis bajas como adyuvantes útiles de los opioides para las metástasis óseas dolorosas e intratables. Médico del dolor, 16 (5), E547 – E552.
  81. Moulin, D. y col. (2014). Manejo farmacológico del dolor neuropático crónico: Declaración de consenso revisada de la Canadian Pain Society. Investigación y manejo del dolor, 19 (6), 328–335.
  82. Sommer, C. y col. (2015). Opioides en el dolor neuropático crónico. Una revisión sistemática y un metanálisis de eficacia, tolerabilidad y seguridad en estudios aleatorizados controlados con placebo de al menos 4 semanas de duración. Schmerz, 29 (1), 35–46.
  83. Duehmke, RM y col. (2017). Tramadol para el dolor neuropático en adultos.Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 6 , Cd003726.
  84. Vinik, AI y col. (2014). Un estudio aleatorizado controlado con placebo que evalúa la eficacia y tolerabilidad de tapentadol de liberación prolongada en pacientes con neuropatía periférica diabética dolorosa crónica. Diabetes Care, 37 (8), 2302–2309.
  85. Schwartz, S. y col. (2015). Un análisis combinado que evalúa la eficacia y la tolerabilidad del tapentadol de liberación prolongada para la neuropatía periférica diabética crónica y dolorosa. Investigación clínica de fármacos, 35 (2), 95–108.
  86. Cooper, TE y col. (2017). Morfina para el dolor neuropático crónico en adultos.Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 5 , Cd011669.
  87. Gaskell, H. y col. (2016). Oxicodona para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 7 , Cd010692.
  88. Stannard, C. y col. (2016). Hidromorfona para el dolor neuropático en adultos.Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (5), Cd011604.
  89. Wiffen, PJ y col. (2015). Buprenorfina para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (9), Cd011603.
  90. McNicol, ED, Ferguson, MC y Schumann, R. (2017). Metadona para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 5 , Cd012499.
  91. Derry, S. y col. (2016). Fentanilo para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 10 , Cd011605.
  92. Meng, H. y col. (2017). Cannabinoides selectivos para el dolor neuropático crónico: revisión sistemática y metanálisis. Anestesia y analgesia, 125 (5), 1638-1652.
  93. Aviram, J. y Samuelly-Leichtag, G. (2017). Eficacia de los medicamentos a base de cannabis para el tratamiento del dolor: una revisión sistemática y un metanálisis de ensayos controlados aleatorios. Médico del dolor, 20 (6), E755-e796.
  94. Petzke, F., Enax-Krumova, EK y Hauser, W. (2016). Eficacia, tolerabilidad y seguridad de los cannabinoides para el dolor neuropático crónico: una revisión sistemática de estudios controlados aleatorios. Schmerz, 30 (1), 62–88.
  95. Iskedjian, M. y col. (2007). Metaanálisis de tratamientos a base de cannabis para el dolor neuropático y relacionado con la esclerosis múltiple. Investigación y opinión médicas actuales, 23 (1), 17-24.
  96. Hauser, W., Petzke, F. y Fitzcharles, MA (2017). Eficacia, tolerabilidad y seguridad de los medicamentos a base de cannabis para el tratamiento del dolor crónico: una descripción general de las revisiones sistemáticas. Revista europea del dolor .
  97. Mucke, M. y col. (2018). Medicamentos a base de cannabis para el dolor neuropático crónico en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 3 , Cd012182.
  98. Hauser, W. y col. (2018). Documento de posición de la federación europea del dolor (EFIC) sobre el uso apropiado de medicamentos a base de cannabis y cannabis medicinal para el tratamiento del dolor crónico. Revista europea del dolor .
  99. Cakici, N. y col. (2016). Revisión sistemática de tratamientos para la neuropatía periférica diabética. Medicina diabética, 33 (11), 1466–1476.
  100. Mijnhout, GS y col. (2012). Ácido alfa lipoico para la neuropatía periférica sintomática en pacientes con diabetes: un metanálisis de ensayos controlados aleatorios. Revista Internacional de Endocrinología, 2012 , 456279.
  101. Ziegler, D. y col. (2004). Tratamiento de la polineuropatía diabética sintomática con el antioxidante ácido alfa-lipoico: un metaanálisis. Medicina diabética, 21 (2), 114-121.
  102. Dy, SM y col. (2017). Revisiones de efectividad comparativa de la AHRQ. En Prevención de complicaciones y tratamiento de síntomas de neuropatía periférica diabética . Rockville: Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención Médica (EE. UU.).
  103. Ziegler, D. y col. (2011). Eficacia y seguridad del tratamiento antioxidante con ácido alfa-lipoico durante 4 años en polineuropatía diabética: el ensayo NATHAN 1. Diabetes Care, 34 (9), 2054-2060.
  104. Aiyer, R. y col. (2018). Una revisión sistemática de los antagonistas del receptor NMDA para el tratamiento del dolor neuropático en la práctica clínica.  The Clinical Journal of Pain, 34 (5), 450–467.
  105. Cvrcek, P. (2008). Efectos secundarios de la ketamina en el tratamiento a largo plazo del dolor neuropático. Medicina del dolor, 9 (2), 253-257.
  106. Eide, PK, Stubhaug, A. y Stenehjem, AE (1995). El dolor de disestesia central después de una lesión traumática de la médula espinal depende de la activación del receptor de N-metil-D-aspartato. Neurocirugía, 37 (6), 1080-1087.
  107. Vo, T., Rice, AS y Dworkin, RH (2009). Medicamentos antiinflamatorios no esteroides para el dolor neuropático: ¿Cómo explicamos el uso generalizado continuo?  Dolor, 143 (3), 169-171.
  108. Moore, RA y col. (2015). Medicamentos antiinflamatorios no esteroides orales para el dolor neuropático. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (10), Cd010902.
  109. Wiffen, PJ y col. (2016). Paracetamol (acetaminofén) con o sin codeína o dihidrocodeína para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 12 , Cd012227.
  110. Corrigan, R. y col. (2012). Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (5), Cd009486.
  111. Baron, R. y col. (2009). Yeso medicado con lidocaína al 5% versus pregabalina en la neuralgia postherpética y la polineuropatía diabética: un estudio ECA abierto de no inferioridad en dos etapas. Current Medical Research and Opinion, 25 (7), 1663–1676.
  112. Derry, S. y col. (2014). Lidocaína tópica para el dolor neuropático en adultos.Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (7), Cd010958.
  113. Navez, ML y col. (2015). Yeso medicado con lidocaína al 5% para el tratamiento de la neuralgia posherpética: una revisión de la seguridad clínica y la tolerabilidad. Dolor  y terapia, 4 (1), 1-15.
  114. Derry, S. y col. (2017). Capsaicina tópica (alta concentración) para el dolor neuropático crónico en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 1 .
  115. Mou, J. y col. (2013). Eficacia del parche Qutenza (R) (capsaicina) al 8% para el dolor neuropático: un metaanálisis de la base de datos de ensayos clínicos de Qutenza. Pain, 154 (9), 1632-1639.
  116. van Nooten, F. y col. (2017). Parche de capsaicina al 8% versus analgésicos neuropáticos orales para el tratamiento de la neuropatía periférica diabética dolorosa: una revisión sistemática de la literatura y un metanálisis en red. Clinical Therapeutics, 39 (4), 787–803.
  117. Park, J. y Park, HJ (2017). Toxina botulínica para el tratamiento del dolor neuropático. Toxinas (Basilea), 9 (9).
  118. Lakhan, SE, Velasco, DN y Tepper, D. (2015). Toxina botulínica-a para la neuropatía diabética dolorosa: un metanálisis. Medicina del dolor, 16 (9), 1773-1780.
  119. Shackleton, T. y col. (2016). La eficacia de la toxina botulínica para el tratamiento de la neuralgia del trigémino y posherpética: una revisión sistemática con metanálisis. Cirugía bucal, medicina bucal, patología bucal, radiología bucal, 122 (1), 61–71.
  120. Attal, N. y col. (2016). Seguridad y eficacia de las inyecciones repetidas de toxina botulínica a en el dolor neuropático periférico (BOTNEP): un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo. Lancet Neurology, 15 (6), 555–565.
  121. Thompson, DF y Brooks, KG (2015). Revisión sistemática de la amitriptilina tópica para el tratamiento del dolor neuropático. Revista de farmacia clínica y terapéutica, 40 (5), 496–503.
  122. Ho, KY y col. (2008). Amitriptilina tópica versus lidocaína en el tratamiento del dolor neuropático. The Clinical Journal of Pain, 24 (1), 51–55.
  123. Gibson, W., Wand, BM y O’Connell, NE (2017). Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS) para el dolor neuropático en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas, 9 , Cd011976.
  124. Eccleston, C., Hearn, L. y Williams, AC (2015). Terapias psicológicas para el manejo del dolor neuropático crónico en adultos. Base de datos Cochrane de revisiones sistemáticas , (10), Cd011259.
  125. Heutink, M. y col. (2012). El ensayo CONECSI: Resultados de un ensayo controlado aleatorio de un programa cognitivo conductual multidisciplinario para hacer frente al dolor neuropático crónico después de una lesión de la médula espinal. Dolor, 153 (1), 120-128.
  126. Miziara, ID, et al. (2009). Psicoterapia de grupo: un enfoque adicional para el síndrome de boca ardiente. Revista de investigación psicosomática, 67 (5), 443–448.
  127. Arnold, B. y col. (2014). Terapia multimodal del dolor para el tratamiento del síndrome de dolor crónico. Documento de consenso de la comisión ad hoc sobre el manejo del dolor interdisciplinario multimodal de la sociedad alemana del dolor sobre los contenidos del tratamiento. Schmerz, 28 (5), 459–472.
  128. Heutink, M. y col. (2014). Resultados a largo plazo de un programa cognitivo conductual multidisciplinario para hacer frente al dolor crónico por lesión neuropática de la médula espinal. Revista de Medicina de Rehabilitación, 46 (6), 540–545.
  129. Burns, AS y col. (2013). Evaluación de un programa interdisciplinario para el dolor crónico posterior a una lesión medular. PM & R: The Journal of Injury, Function, and Rehabilitation, 5 (10), 832–838.

Fuente: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=97643

Deja una respuesta