Un proyecto en la universidad pone a disposición de niños y maestros un espacio con materiales especialmente diseñados para fomentar la curiosidad científica.

por Judit Sabido-Codina, Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña; Gabriel Lemkow Tovias, Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña; Irene Tort Cots, Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña; Loli Vázquez Carrasco, Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña; Montserrat Pedreira Álvarez, Universidad de Vic – Universidad Central de Cataluña

Lab 0_6, Centro de descubrimiento, investigación y documentación para la educación científica en las primeras edades (Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya, Campus Manresa)

Risas, ruido y alboroto de niños y niñas resuenan habitualmente en la facultad de Ciencias Sociales de Manresa de la Universidad de Vic-Universidad Central de Catalunya. Un contexto académico de formación de maestras y maestros sin miedo al contacto con los escolares de infantil (de 3 a 6 años), en el que hemos creado un laboratorio diseñado para acercar la ciencia a los más pequeños.

Se trata del Lab 0_6, centro de descubrimiento, investigación y documentación para la educación científica en las primeras edades. Un espacio creado por nuestro equipo de investigadoras en educación que pone a niños y niñas pequeños en contacto directo con fenómenos y materiales que pertenecen al ámbito de la ciencia.

Un espacio de ciencia de libre elección

Hablamos de un espacio diáfano, dispuesto con propuestas que movilizan ideas de ciencia, donde los niños y niñas de 3 a 6 años entran con la consigna de que pueden ir donde quieran, el tiempo que quieran, con quien quieran y actuar sobre los materiales con iniciativa. La única restricción es mantener el respeto a materiales y compañeros, como en cualquier otra actividad social.

Proponer acción libre en un espacio atractivo lleno de materiales estimulantes hace que las criaturas lo vivan como un juego. Como nos recuerda el psicólogo ruso Lev Vigotski, durante el juego el niño crece, es una cabeza más alto de lo que es en realidad. Mientras para ellos es un juego, quienes hemos diseñado la sala nos hemos asegurado de que este juego tenga valor de aprendizaje desde el punto de vista de la ciencia.

Un criterio básico en la creación de las propuestas

Por ello, como explican diversos autores todas las propuestas del espacio siguen un criterio básico: que sean enfocadas pero abiertas. Enfocadas porque apuntan claramente a movilizar una idea de ciencia, pero abiertas porque queremos promover la iniciativa de los niños y niñas y, por tanto, nunca son propuestas de respuesta única.

La dificultad, y a la vez el valor, está en encontrar aquellos materiales y aquella disposición que favorezca que, de manera natural y sin imposiciones, las acciones de las criaturas en la propuesta encajen con las intenciones de aprendizaje de las personas adultas.

Dos palancas, aparentemente iguales, aunque una tiene el eje en el centro y la otra descentrado, y una colección de piezas, cubos del mismo tamaño pero de distinto material.
Propuesta de las palancas en el espacio de ciencia abierta de la Universidad de Vic-UCC, Campus Manresa. ImpactLab

Por ejemplo, una propuesta consiste en dos palancas, aparentemente iguales, aunque una tiene el eje en el centro y la otra descentrado, y una colección de piezas, cubos del mismo tamaño pero de distinto material. La intención de la persona adulta es que los niños y niñas se den cuenta de dos factores: la importancia del peso del objeto y de la distancia al eje para conseguir equilibrar una palanca, al tiempo que los ponemos en contacto con materiales de distinta densidad (el mismo volumen, varía el peso).

Evidentemente, no son las conclusiones a las que llegan los escolares con un tiempo limitado de interacción con la propuesta, pero proporciona experiencia directa sobre el funcionamiento de la palanca y genera curiosidad, preguntas y retos que pueden tener continuidad en la escuela.

Una propuesta de éxito

Lab 0-6 UManresa es una propuesta de éxito. Se llena en la primera semana de apertura de las inscripciones de manera que no podemos dar respuesta más que a una pequeña parte de las demandas. Los niños y niñas disfrutan de la sesión y se van seducidos por algunas de las ideas o retos vividos. Por su parte, las maestras viven con entusiasmo la visita y salen muy animadas a introducir la ciencia en sus aulas, a la vez que se dan cuenta que la ciencia no es algo inalcanzable en educación infantil. En cuanto al profesorado de otras universidades que nos visita, coinciden en el valor de encontrar una manera natural de acercar la ciencia a los más pequeños. Y en el equipo educativo gozamos probando nuevas propuestas y nos sentimos muy satisfechas del éxito.

Para la propuesta nos hemos basado en evidencias publicadas, como que el juego constituye un contexto favorable y una estrategia eficaz para el aprendizaje: estas ideas nos han acercado a la construcción del espacio con propuestas rigurosas. Pero no disponemos todavía de resultados específicos sobre nuestro Lab 3-6: vamos a comprobar su impacto real en futuras investigaciones.

Este es el objetivo del proyecto IMPACTLAB, actualmente en su primer año: identificar qué mejoras en el acercamiento a la ciencia se producen en los escolares de la etapa infantil después de tres visitas a lo largo de un curso escolar. ¿Las interacciones con las propuestas son más elaboradas? ¿Cambia el tipo de preguntas que se generan? ¿Encuentran nuevas maneras creativas de resolver los retos? ¿Hay un mayor control de los fenómenos? ¿Son capaces de explicarlas con más precisión?

Este es nuestro reto actualmente, un reto fascinante del que esperamos poder explicar próximamente las conclusiones.

Fuente: https://theconversation.com/escolares-en-la-universidad-espacios-de-libre-eleccion-que-fomentan-la-actitud-cientifica-230828

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