“Cuando el inventor sueco Alfred Nobel escribió su testamento en 1895, designó fondos para recompensar a aquellos que ‘han conferido el mayor beneficio a la humanidad’. Desde entonces, los Premios Nobel resultantes se han otorgado a los descubridores de la penicilina, los rayos X y la estructura del ADN y, a día de hoy, a dos científicos que, hace décadas, sentaron las bases de la inteligencia artificial moderna.
por Matteo Wong – The Atlantic
Cuando el inventor sueco Alfred Nobel escribió su testamento en 1895, designó fondos para recompensar a aquellos que “han conferido el mayor beneficio a la humanidad”. Desde entonces, los Premios Nobel resultantes se han otorgado a los descubridores de la penicilina, los rayos X y la estructura del ADN y, a día de hoy, a dos científicos que, hace décadas, sentaron las bases de la inteligencia artificial moderna.
Hoy, John Hopfield y Geoffrey Hinton recibieron el Premio Nobel de Física por sus innovadores métodos estadísticos que han hecho avanzar la física, la química, la biología y más. En el anuncio, Ellen Moons, presidenta del Comité Nobel de Física y física de la Universidad de Karlstad, celebró el trabajo de los dos galardonados, que utilizó “conceptos fundamentales de la física estadística para diseñar redes neuronales artificiales” que pueden “encontrar patrones en grandes conjuntos de datos”. Mencionó las aplicaciones de su investigación en astrofísica y diagnóstico médico, así como en tecnologías cotidianas como el reconocimiento facial y la traducción de idiomas. Incluso aludió a los cambios y desafíos que la IA puede traer en el futuro. Pero no mencionó a ChatGPT, la automatización generalizada y la consiguiente agitación económica o prosperidad mundial, ni la posibilidad de eliminar todas las enfermedades con IA, como suelen hacer los ejecutivos tecnológicos.
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