Sigamos el ejemplo de Bezos, Musk y Einstein: repensar las líneas de investigación puede transformar la estrategia empresarial, de inversión y de innovación.
por Eric Markowitz
Puntos clave
- En el periodismo, como en los negocios y las inversiones, las mejores respuestas a menudo surgen de saber qué preguntas hacer.
- Si uno simplemente toma las cosas al pie de la letra —siguiendo al rebaño, persiguiendo las tendencias— es probable que pase por alto las fuerzas más profundas que están en juego.
- Una de las preguntas más simples pero más poderosas que pueden señalar el camino al éxito es “¿Por qué?”
En 1905, Albert Einstein trabajaba como empleado de patentes en Suiza cuando se planteó una de las preguntas más profundas de la historia de la física: “¿Qué pasaría si me desplazara junto a un haz de luz?”. La pregunta era sencilla, pero contraintuitiva. Fue también, en retrospectiva, un momento monumental en la ciencia.
Mientras los físicos de la época estaban ocupados perfeccionando la mecánica newtoniana y lidiando con la naturaleza del éter, la pregunta de Einstein desafió los supuestos fundamentales de la época. Centrarse en esta cuestión llevó a Einstein al desarrollo de la teoría especial de la relatividad, que alteró fundamentalmente la comprensión de la humanidad sobre el tiempo, el espacio y la energía.
La cuestión es que no fue la complejidad de sus ecuaciones lo que convirtió a Einstein en un pensador revolucionario, sino su capacidad para hacer las preguntas adecuadas . El poder de hacer buenas preguntas no se limita al ámbito de la física; permea los negocios, las inversiones e incluso nuestra vida diaria. Si te concentras en encontrar respuestas rápidas, es probable que pases por alto el panorama general. Pero si dominas el arte de hacer las preguntas adecuadas, abrirás nuevas posibilidades que otros ni siquiera han considerado.
Como alguien que ha pasado años en el periodismo de investigación, he descubierto que las mejores historias no surgen de las respuestas, sino de saber qué preguntas hacer. Lo mismo ocurre en los negocios y las inversiones. Ya sea que esté buscando una nueva oportunidad de inversión o tratando de desarrollar una estrategia comercial a largo plazo, hacer la pregunta correcta es la clave para alcanzar el éxito. Pero ¿cómo?
La aproximación del periodista a las preguntas
En el periodismo, es fácil pensar que el trabajo consiste en encontrar hechos y unirlos para crear una historia. Pero mis historias más memorables no nacieron de hechos, sino de una picazón, algo que no encajaba del todo. Estaba entrevistando a una fuente y había un vacío en la narración. Podía sentirlo, pero aún no sabía qué era. La magia se produjo cuando hice la pregunta correcta, la pregunta que abrió una nueva línea de investigación que desenredó la historia que ni siquiera me había dado cuenta de que estaba persiguiendo.
Después de unas cuantas conversaciones y una pregunta cuidadosamente planteada sobre los orígenes de la empresa, la verdadera historia comenzó a desarrollarse.
Recuerdo que trabajé en un artículo sobre un empresario de un pequeño pueblo que de repente había ganado reconocimiento nacional. A primera vista, todo parecía sencillo: tenía un buen producto, el momento era el adecuado y el mercado respondía. Pero algo no cuadraba. No podía precisar qué era, pero en lugar de seguir adelante con suposiciones, bajé el ritmo y formulé más preguntas. ¿Qué era lo que lo hacía diferente? ¿Cómo había despegado realmente su negocio? Después de unas cuantas conversaciones y una pregunta cuidadosamente planteada sobre los orígenes de la empresa, la verdadera historia empezó a revelarse: no había empezado desde cero, sino que se había hecho cargo de un negocio familiar que estaba profundamente arraigado en la comunidad y esa era la base oculta de su éxito.
Las preguntas correctas lo desvelaron todo. Lo mismo ocurre con los negocios y las inversiones. Si uno simplemente toma las cosas al pie de la letra (siguiendo a la manada, siguiendo las tendencias), es probable que pase por alto las fuerzas más profundas que están en juego. Hacer las preguntas correctas le ayudará a descubrir lo que hay debajo de la superficie, y ahí es donde se encuentran las oportunidades a largo plazo.
Hacer preguntas en los negocios
Veamos un ejemplo real: Jeff Bezos. En los primeros tiempos de Amazon, mientras la mayoría de los emprendedores tecnológicos se centraban en crear sitios web llamativos o monetizar anuncios digitales, Bezos se planteaba un conjunto de preguntas diferente. En lugar de preguntarse “¿Cómo puedo crear la próxima gran startup tecnológica?”, se preguntaba “¿Cómo puedo utilizar Internet para vender cosas que la gente ya quiere de una manera más eficiente?”.
Esa pregunta lo llevó a los libros: productos que tenían un mercado bien establecido pero que podían beneficiarse enormemente de la distribución en línea. La pregunta cambió su enfoque de ser simplemente otra startup tecnológica a convertirse en una potencia de la logística y la experiencia del cliente. Amazon tuvo éxito no porque encontró una nueva forma de responder viejas preguntas, sino porque Bezos planteó preguntas completamente nuevas.
Un ejemplo más convincente de cómo hacer la pregunta correcta a la hora de invertir lo encontramos en Howard Marks, cofundador de Oaktree Capital. Durante la crisis financiera de 2008, muchos inversores entraron en pánico y vendieron activos en respuesta a la caída de los mercados. Sin embargo, Marks abordó la situación de una manera completamente diferente. Cuatro días después del colapso de Lehman Brothers en septiembre de 2008, Marks publicó un memorando ahora famoso titulado: “Nadie lo sabe”.
En lugar de preguntar “¿Cómo puedo crear la próxima gran empresa tecnológica?”, [Jeff Bezos] preguntó “¿Cómo puedo usar Internet para vender cosas que la gente ya quiere de una manera más eficiente?”.
En el artículo, se pregunta: “¿Se derrumbará el sistema financiero o se trata simplemente del mayor ciclo descendente que hayamos visto jamás? Mi respuesta es sencilla: no tenemos más opción que asumir que este no es el final, sino simplemente otro ciclo del que sacar provecho”.
Al final, hacer la pregunta correcta le ofreció una ventaja. En lugar de dejarse llevar por el caos de corto plazo, Marks se concentró en comprender la psicología general del mercado e identificar dónde se encontraban las oportunidades en medio de la crisis. Al hacer esta pregunta, pudo detectar activos en dificultades de alta calidad a precios rebajados, sabiendo que el miedo había hecho que su valor se redujera mucho más allá de su valor intrínseco. Esta percepción le permitió hacer algunas de sus mejores inversiones en un momento en el que otros huían del mercado.
Lo que distingue a Marks es su capacidad para plantear preguntas más profundas sobre la psicología de los inversores en lugar de centrarse únicamente en las métricas financieras. Comprendió que, para ser un inversor de éxito a largo plazo, es necesario cuestionar no solo los fundamentos de las empresas, sino también los impulsores emocionales del mercado. ¿Cuál es la lección? A veces, las mejores decisiones de inversión surgen de la pregunta “¿Cuál es el verdadero impulsor de este movimiento del mercado?”, en lugar de simplemente “¿Es esta acción una buena compra?”. Esto permite a los inversores obtener información sobre oportunidades ocultas y evitar la mentalidad de rebaño, especialmente en épocas de extrema volatilidad del mercado.
El poder de preguntar “¿Por qué?”
Una de las preguntas más simples y a la vez más poderosas, tanto en el ámbito empresarial como en el de las inversiones, es “¿por qué?”. Tomemos como ejemplo a Elon Musk. Antes de que Tesla se convirtiera en una marca conocida, el mercado de vehículos eléctricos era pequeño, de nicho y no estaba probado. La mayoría de las empresas automovilísticas se preguntaban: “¿Cómo podemos hacer que los coches eléctricos sean asequibles?”. Esa era la pregunta equivocada. Musk se planteó una pregunta diferente: “¿Por qué los coches eléctricos no son ya mejores que los coches tradicionales?”.
Ese “por qué” dio pie a un enfoque diferente. En lugar de intentar competir directamente en precio con los coches de gasolina, Musk se centró en fabricar un coche que fuera mejor: más rápido, más atractivo y más divertido de conducir. No se preguntó cómo competir en un mercado abarrotado, se preguntó por qué el mercado no había cambiado ya. Esa pregunta lo cambió todo.
Tres ideas para hacer buenas preguntas
¿Cómo se pueden hacer mejores preguntas? Ya sea en la vida, en los negocios o en las inversiones, aquí hay tres pasos prácticos:
- Haga preguntas abiertas Las preguntas abiertas son una herramienta poderosa porque no limitan la respuesta a un simple sí o no. Invitan a una reflexión más profunda y pueden abrir caminos de pensamiento completamente nuevos. En lugar de preguntar: “¿Es esta inversión riesgosa?”, pregunte: “¿Qué riesgos no veo aquí?” o “¿Cómo podría evolucionar este modelo de negocios en los próximos cinco años?” Este enfoque lo alienta a pensar más allá de las respuestas superficiales.
- Adopte la mentalidad del principiante A menudo, creemos que sabemos las respuestas o nos basamos en suposiciones para guiarnos. Pero una de las formas más eficaces de hacer buenas preguntas es abordar las situaciones con la mentalidad de un principiante. Actúe como si estuviera aprendiendo sobre el tema por primera vez. Ayuda a eliminar el sesgo y abre la puerta a hacer las preguntas “tontas”, porque esas preguntas a menudo conducen a las respuestas más perspicaces. En las reuniones de negocios o cuando investigue inversiones, no tenga miedo de preguntar: “¿Por qué esto funciona de esta manera?” o “¿Qué pasaría si abordáramos este problema desde un ángulo completamente diferente?”
- Centrarse en las implicaciones a largo plazo En los negocios y las inversiones, las preguntas más valiosas suelen centrarse en el largo plazo. En lugar de preguntar: “¿Cómo podemos maximizar las ganancias este trimestre?”, pregunte: “¿Cómo nos afectará esta decisión dentro de cinco o diez años?”. En las inversiones, en lugar de preguntar: “¿Esta acción va a subir el año que viene?”, pregunte: “¿Cuál es la ventaja competitiva de esta empresa y qué tan sostenible es en el tiempo?”. Este tipo de preguntas lo obligan a pensar de manera más estratégica y pueden conducir a mejores decisiones a largo plazo.
Las preguntas correctas conducen a las respuestas correctas
El arte de hacer buenas preguntas es una habilidad que lleva tiempo desarrollar, pero es increíblemente valiosa. Los mejores periodistas, líderes empresariales e inversores saben que no se trata de tener todas las respuestas, sino de saber cómo hacer las preguntas adecuadas. Cuando haces las preguntas adecuadas, las respuestas aparecen y, en la mayoría de los casos, esas respuestas te llevarán a oportunidades que otros pasaron por alto por completo.
Así que la próxima vez que te encuentres buscando una respuesta, haz una pausa y pregúntate: ¿Estoy haciendo la pregunta correcta?
Fuente: https://bigthink.com/the-long-game/question-are-you-asking-the-right-questions/