¿Puede ser malo tener más conocimientos? Los investigadores de la Universidad de Cornell afirman que sí, sobre todo cuando la gente los utiliza para su propio beneficio en lugar de para el bien común.
por Adi Gaskell

En grupos de individuos racionales, un mayor conocimiento puede a veces resultar contraproducente. Por ejemplo, una mejor comprensión de los costos y beneficios de usar una mascarilla para prevenir enfermedades podría reducir la cooperación entre quienes actúan movidos por intereses personales.
“Solemos pensar que los avances científicos, que nos ayudan a entender mejor el mundo, siempre son buenos”, afirman los investigadores. “Pero nuestro estudio demuestra que en la realidad, cuando la gente suele actuar en beneficio propio, esto no siempre es así. La ciencia no siempre es la panacea que creemos que es”.
Basándose en la historia
Los investigadores recurren a la historia para demostrar su punto de vista. Desde los temores de Robert Oppenheimer tras la primera prueba de la bomba atómica hasta los estudios de la Luna de Galileo, el dilema del prisionero y el experimento de Elizabeth Newton en Stanford en 1990, Basu y Weibull demuestran que la “maldición del conocimiento” puede ocurrir cuando sólo unas pocas personas saben más.
En el juego base, cada jugador tiene dos acciones para elegir, lo que crea cuatro resultados posibles con diferentes recompensas. Cada jugador intenta maximizar su propia recompensa. Sin embargo, agregar otro conjunto de opciones, donde un jugador puede no obtener nada mientras que ambos pueden obtener una pequeña recompensa, hace que la pequeña recompensa mutua sea más atractiva. Esto es similar al dilema del prisionero, donde dos “prisioneros” pueden cooperar para obtener un beneficio mutuo o traicionarse mutuamente para obtener un beneficio personal. De esta manera, un mayor “conocimiento” puede conducir a peores resultados para el grupo.
El artículo va más allá y demuestra que, incluso sin nuevas opciones, una comprensión más profunda de los pagos puede empeorar la situación de los jugadores.
Los autores aplican su teoría a cuestiones del mundo real, como la formulación de políticas sin conocer todos los detalles de un problema. Por ejemplo, redactar la constitución de una nación requiere prever problemas futuros en condiciones inciertas. “Estas leyes preventivas han proporcionado grandes beneficios a la humanidad”, afirman los autores.
Argumentan que el hecho de que una mala situación sea causada por el hombre no significa que pueda prevenirse.
“La teoría de juegos nos recuerda que la responsabilidad individual no siempre se traduce en responsabilidad grupal”, explican. “Necesitamos crear reglas para protegernos de los problemas colectivos”.
Al final, los investigadores ofrecen una conclusión práctica: “Al señalar esta paradoja”, concluyen, “instamos a los responsables políticos y al público a considerar acciones preventivas y compromisos morales para prevenir los desastres que podrían causar los futuros avances científicos. La ciencia puede aportar enormes beneficios, pero necesitamos salvaguardas”.
Referencia:
- Basu, K., y Weibull, J. (2024). Una maldición del conocimiento: cómo el conocimiento puede reducir el bienestar humano. Royal Society Open Science , 11 (8), 240358.
Fuente: https://realkm.com/2025/02/12/can-more-knowledge-be-a-bad-thing/