La creatividad da origen a los bienes y servicios de las industrias culturales en las que dimensiones abstractas –como la cultura y el arte– se vinculan con otras tan concretas como la producción, la economía o el mercado.

por Josep-Maria Arauzo-Carod – Professor of Economics, Chair of ECO-SOS and Vice-chair of IU-RESCAT, Universitat Rovira i Virgili

Street Art en Penelles (Noguera) Josep-Maria Arauzo-Carod

La creatividad da origen a los bienes y servicios de las industrias culturales en las que dimensiones abstractas –como la cultura y el arte– se vinculan con otras tan concretas como la producción, la economía o el mercado.

En 2009, la Unesco propuso una definición “inclusiva y abierta” de las industrias culturales y creativas:

“Son los sectores de actividad que tienen como objeto principal la creatividad, la producción o reproducción, la promoción, la difusión y la comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial”.

La cultura dinamiza la economía sin dañar el medioambiente

Las industrias culturales y creativas son actualmente una de las prioridades estratégicas de muchos gobiernos locales y regionales y de la propia Comisión Europea.

¿La razón? Sus efectos positivos en términos de creación de empleo y dinamización económica. Estas industrias están conformadas por un conjunto de sectores que ocupan mano de obra cualificada y no generan importantes efectos negativos en términos medioambientales. Además, son actividades difícilmente deslocalizables.

Los efectos positivos de las industrias culturales y creativas se han estudiado, sobre todo, en las grandes áreas metropolitanas, como ParísLondres o Barcelona, por ejemplo.

Junto a la profesora e investigadora Lina Maddah, he analizado cómo estos sectores también juegan un papel relevante en la creación de empleo en los municipios de Cataluña. La novedad del estudio es que identificamos que los efectos se dan básicamente en los pequeños municipios, lo que convierte a dichos sectores en un factor clave para el equilibrio territorial.

Tipos de industrias culturales y creativas

Las industrias culturales y creativas se dividen en tres grupos:

  1. Actividades de producción, como la artesanía, la joyería y la impresión.
  2. Servicios para empresas, como el diseño y la arquitectura.
  3. Servicios para el consumidor, como el teatro, la música y las artes visuales.

Estos grupos no se distribuyen de forma uniforme por el territorio. Las actividades de servicios al consumidor destacan en grandes ciudades y zonas turísticas. Las actividades de producción y servicios empresariales son más comunes en municipios medianos y pequeños. Esta tendencia es especialmente visible en las zonas interiores de Cataluña.

Especialización en industrias culturales y creativas.

Las empresas culturales y creativas mejoran el nivel de empleo en municipios pequeños y medianos. El impacto positivo es notable en sectores relacionados con la producción y los servicios al consumidor. Esto demuestra que especializarse en industrias culturales y creativas beneficia a los pequeños municipios, pues se generan externalidades positivas que alcanzan a prácticamente todos los sectores del territorio.

Otros efectos de las industrias culturales y creativas

Además de su impacto económico, las industrias culturales y creativas ayudan a fijar población en pequeños municipios, lo que contribuye a frenar la despoblación rural.

Aunque no son una solución mágica para el crecimiento ni un remedio definitivo contra el despoblamiento, sí aportan valor a la economía local y pueden ser una apuesta preferible a otros sectores más tradicionales. Las actividades culturales son una estrategia de dinamización y crean empleo donde otros sectores tradicionales han perdido fuerza. La consecuencia de ésto es la aparición de clusters culturales, como el del sector audiovisual, algunos de ellos en zonas alejadas de los núcleos metropolitanos catalanes.

Reial Monestir de Santa Maria de Santes Creus.

Las industrias culturales y creativas aportan mucho a los municipios pequeños. Sus beneficios van más allá de crear riqueza y empleo. Fomentan la innovación y atraen talento. También prestigian el territorio y mejoran la calidad de vida. Ayudan a conservar el patrimonio cultural, tanto material como inmaterial. Además, se conectan bien con otros sectores clave, como el turismo.

Algunos ejemplos de dinamización local a través de las industrias culturales y creativas incluyen los casos de Sitges (Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya), Tàrrega (FiraTàrrega) o Calonge, el primer “pueblo de libros” (booktown) de Cataluña.

Dinamización a escala local

Las empresas culturales y creativas necesitan de las administraciones públicas para ser más productivas. Queremos destacar la importancia de ampliar el alcance de las políticas culturales de dichas administraciones. Las acciones no deben centrarse solo en las áreas metropolitanas: también deben incluir a los municipios pequeños, muchas veces muy alejados de las zonas más pobladas. Se pueden impulsar redes de colaboración entre municipios. Otra medida útil es apoyar espacios de coworking creativos. Asimismo resulta clave fomentar la digitalización. Estas políticas ayudan a construir un tejido productivo más diverso, descentralizado y resistente.

Fuera de las grandes ciudades, las empresas del sector tienen retos importantes. Las infraestructuras en municipios pequeños no siempre son adecuadas ni suficientes. Además, muchas veces faltan buenas conexiones de transporte. A menudo los servicios (públicos y privados) también escasean.

Esto afecta negativamente a la competitividad de las empresas locales. Por eso, apostar por las industrias culturales y creativas en zonas periféricas requiere una visión global. Debe ser parte de una política que impulse la competitividad territorial. Es necesario, en síntesis, conseguir un encaje entre estos sectores y el resto de actividades económicas.

Más allá de los grandes núcleos urbanos

Cataluña es un referente en muchos sectores de las industrias culturales y creativas, sobre todo en el ámbito museístico, editorial, audiovisual y de creación digital. Sin embargo todavía resta mucho por hacer en términos del equilibrio territorial. Hay sectores creativos con un marcado carácter urbano, como los videojuegos en el distrito 22@, en Barcelona. Sin embargo, hay otros sectores culturales que son mucho más eficientes alejados de las grandes aglomeraciones.

Para poder optimizar el potencial del conjunto de sectores culturales y creativos es necesario ir más allá de las grandes áreas metropolitanas. Esa es la única política posible si se trata de avanzar hacia un tejido económico territorialmente descentralizado y social y económicamente sostenible.

Fuente: https://theconversation.com/el-papel-de-las-industrias-culturales-y-creativas-en-la-creacion-de-empleo-252597

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