El éxito de la transformación digital no siempre debe medirse por el ROI. A veces, se trata más de lo que está en juego si no actúas.
por Karl Chan
Si bien todos preferimos una zanahoria, cuando se trata de transformación organizacional, el palo tiende a ser más efectivo. La transformación digital se ha pensado tradicionalmente en el marco del retorno de la inversión (ROI), que puede incluir una mayor eficiencia, nuevas fuentes de ingresos y mejores experiencias de los clientes. Pero en realidad, muchas organizaciones solo se mueven cuando el dolor de permanecer igual supera la incomodidad del cambio.
Los estudios muestran consistentemente que las personas están mucho más motivadas para evitar el dolor que para buscar ganancias. La mayor amenaza en el panorama empresarial actual no es perder la próxima oportunidad; se está volviendo irrelevante al quedarse atrás. Ese es el costo de la inacción, o COI. Con demasiada frecuencia, los líderes justifican los esfuerzos de transformación digital con el ROI proyectado, cuando el verdadero impulso debería provenir de reconocer lo que está en juego si no actúan.
Los líderes que replantean las decisiones en torno a estos riesgos pueden utilizar el COI como un catalizador estratégico para el cambio, abordando lo que realmente está en juego, como la pérdida de ventaja competitiva, el deterioro de la confianza de los clientes, el aumento de los costos operativos y el crecimiento obstaculizado a largo plazo. Cuando el cambio se posiciona como una forma de prevenir el dolor en lugar de perseguir la ganancia, la urgencia se vuelve instintiva y el progreso se vuelve sostenible.
Repensar el ROI: medir lo que sucede cuando te quedas quieto
Durante décadas, el ROI ha sido la métrica a la que recurren los líderes al tomar decisiones comerciales y justificar las compras de software. Pero en una época definida por el cambio y la disrupción constantes, el ROI a menudo cuenta solo una parte de la historia.
La verdad es que el ROI puede ser engañoso. Cuando las organizaciones adoptan nuevas herramientas o sistemas, a menudo se les vende un número específico, como un aumento del 30% en las ventas, una disminución del 40% en los costos o un aumento medible en la eficiencia. Sin embargo, cuando esos objetivos tienen un rendimiento inferior, los líderes asumen que la iniciativa fracasó. Pero el éxito no siempre debe medirse por los picos en un gráfico. A veces, es lo que no sucedió, como los clientes que no se fueron, las sanciones de cumplimiento evitadas o el talento y el conocimiento institucional que se quedaron porque los flujos de trabajo mejoraron.
Ese es el poder de liderar a través de la lente de COI. Replantea la conversación desde la proyección hasta la prevención de los costos tangibles de la demora, ya sea retrasarse en las capacidades digitales, incumplir los plazos regulatorios o ver cómo la confianza de la marca se desvanece silenciosamente.
De la conciencia a la acción: hacer del costo de la inacción una métrica comercial central
Reconocer el COI es solo el primer paso. El impacto real se produce cuando los líderes implementan esta mentalidad en la toma de decisiones diaria. Eso significa cambiar las conversaciones de “¿Cuánto podríamos ganar?” a “¿Qué estamos perdiendo ya esperando?” El liderazgo impulsado por COI desafía a los equipos a mirar más allá de los objetivos trimestrales y replantea la transformación de una iniciativa a una disciplina. Esto da como resultado una cultura de mejora continua, no de cambio reactivo.
Los líderes con visión de futuro ya están aplicando esta mentalidad en sus organizaciones de manera práctica:
- Fuerza laboral: Adoptar herramientas de IA y automatización para reducir el agotamiento y la rotación de empleados, en lugar de simplemente aumentar la productividad a corto plazo.
- Ciberseguridad: Invertir en soluciones de defensa proactiva no por el ROI garantizado, sino por el costo catastrófico de una infracción.
- Operaciones digitales: Modernizar los sistemas no solo para obtener eficiencia inmediata, sino también para evitar el creciente costo del tiempo de inactividad, los procesos manuales y la deuda técnica.
Liderar a través de la lente de COI transforma el cambio de una iniciativa única en una ventaja continua, lo que permite a las organizaciones mantenerse ágiles, retener el talento y adaptarse más rápido que el cambio en sí. Al centrarse en lo que realmente impulsa un progreso duradero, los líderes pueden garantizar que su organización continúe evolucionando sin importar cómo cambie el panorama.
Construyendo una cultura que se niega a quedarse quieta
Para impulsar un cambio significativo, los líderes deben hacer que el COI sea visible y medible en todos los niveles de la organización. Capacite a los equipos para que tomen decisiones aclarando lo que está en juego si los equipos se retrasan, no solo lo que pueden ganar si todo sale bien. Cuantifique los costos ocultos de la ineficiencia, las oportunidades perdidas y el bajo compromiso, y lleve esos números a las conversaciones del equipo y de la sala de juntas.
El objetivo no es reemplazar el ROI, sino equilibrarlo con COI y reconocer el poder de ambas perspectivas para impulsar la transformación. Cuando los líderes miden ambos lados de la ecuación, la transformación deja de ser un caso de negocio y se convierte en un imperativo estratégico.
Al centrarse en COI en lugar de solo en los resultados, los líderes aprovechan la poderosa psicología de la aversión a la pérdida. Convierten la transformación de algo “agradable de tener” en algo “imprescindible”, creando la urgencia y la alineación necesarias para impulsar un cambio significativo y duradero en toda la empresa.
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Sobre el autor
Karl Chan es CEO de Laserfiche y experto en alinear la tecnología con los objetivos comerciales. Bajo su liderazgo, el software Laserfiche evolucionó de un sistema de gestión de documentos a un conjunto completo de soluciones de gestión de contenido y automatización de procesos comerciales.