por Daniel Fernández Kopric – MEMETICA
Las empresas se enfrentan al desafío de cambios externos e internos impulsados por el uso de nuevas tecnologías. La dirección debe aprender a gestionar las organizaciones bajo nuevas formas de convivencia que incluyen interacciones entre entidades sintéticas y humanos con límites difusos, y relaciones entre humanos mediadas por sistemas artificiales que neutralizan la emocionalidad.

El nuevo talento requerido es la capacidad de actuar simultáneamente con seres vivos (emocionales) y con entidades sintéticas (artificiales), articulando equipos de gestión eficaces en este nuevo contexto.
Para ello, los directivos deben gestionar la emocionalidad del equipo en el espacio que nos hace humanos: el dominio del lenguaje. Las nuevas narrativas emergentes permitirán formas más funcionales de pensar, emocionar y crear, más sensibles y holísticas, con la conciencia de que el lenguaje crea la realidad.