Detectar necesidades en nuestra realidad cercana y proponer soluciones creativas: es lo que ofrecen metodologías innovadoras que permiten aprender más allá de los contenidos curriculares.
por Doina Repede, Universidad de Granada
¿Para qué acudimos a la Universidad? Obtener un grado o master universitario no consiste únicamente en acumular una serie de contenidos y conocimientos. Los universitarios demandan habilidades personales y sociales que los preparen para un mundo global en transformación permanente.
El diseño centrado en las personas (Human-Centered Design) propone una serie de métodos educativos que se basan en la resolución de problemas de manera útil para la sociedad, fomentando el trabajo en equipo. Tienen en cuenta también la comprensión y la empatía con las personas y sus necesidades.
Para poner en marcha estos métodos, el docente crea experiencias de aprendizaje, como análisis de casos reales, actividades de juegos de rol o proyectos en grupo, que se adaptan a las situaciones, necesidades y habilidades de los estudiantes.
De esta manera, basando el aprendizaje en sus intereses y expectativas, se aumenta la motivación y la confianza, se promueve la creatividad y la solidaridad. El objetivo es adquirir información y habilidades, al tiempo que se fomenta el crecimiento personal y se consigue una mayor conciencia de uno mismo y de los demás.
ECO, un método basado en retos
Una de las metodologías que permite emplear el diseño centrado en las personas en la educación superior es el método ECO. Son ya numerosas las materias de diversas áreas de conocimientos, como ingeniería y arquitectura, ciencias sociales y jurídicas, pero también humanidades y artes, en las que se ha aplicado ECO.
Este modelo bebe de otras metodologías activas como el design thinking (DT) (pensamiento de diseño). Propone un aprendizaje basado en retos que consisten en encontrar soluciones para las necesidades específicas de las personas. Por ejemplo, facilitar la comprensión del lenguaje administrativo para que sea más accesible a la población en general, ayudar a las personas en riesgo de exclusión social o proteger a los menores que a menudo están expuestos en las redes sociales.
Organizando a los estudiantes en equipos con los roles bien definidos, el docente crea escenarios de aprendizaje para los estudiantes. Estos tienen la posibilidad, a su vez, de experimentar en situaciones reales. El método se compone de tres fases principales: explora, crea y ofrece.
Explora: descubre necesidades
Se comienza investigando un entorno cercano. El docente invita a los estudiantes a salir de las aulas para sumergirse en una realidad social próxima a ellos. El objetivo es identificar un grupo con el que se pueda hacer un diagnóstico relacionado con algún tema de la asignatura que se está estudiando. Y la mejor manera de explorar una realidad es ir al lugar, observar, escuchar, preguntar, convivir y comprender.
También se puede contactar con otras personas y profesionales para hacer preguntas y resolver dudas sobre la realidad y las necesidades identificadas previamente. Además, para verificar y poner en contexto los hallazgos, se pueden consultar otras fuentes de información como artículos científicos, libros o publicaciones en línea. Los alumnos cuentan con total libertad en esta fase de exploración. Cualquier recurso empleado permitirá entender mejor las situaciones que se están explorando.
La fase de exploración concluye con un reto basado en las necesidades detectadas. Este reto se formula como una pregunta: “¿Cómo podríamos…?”. Por ejemplo, ¿cómo podríamos promover una mayor visibilidad y participación de las mujeres en el ámbito público? ¿Cómo podríamos sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del uso de un lenguaje inclusivo? ¿Cómo podríamos ayudar a las personas con alzhéimer? En cualquier caso, el objetivo final es mejorar y transformar una realidad social.
Este proceso es emocionalmente significativo. Los alumnos se sienten identificados con la necesidad detectada y ven el desafío como algo personal.
Crea: propuesta de solución
La segunda etapa del método ECO es la creación. Hay que buscar la mejor solución para el reto definido en la fase “explora”.
El docente anima a los estudiantes a usar su creatividad para generar varias propuestas. De estas ideas, se selecciona la que mejor se ajusta al desafío inicial. No hay que olvidar que la solución final debe ser siempre real y útil. Debe mejorar la calidad de vida de las personas y contribuir al bienestar general.
Se diseña el producto y se muestra a los usuarios para que lo prueben y den su opinión. La evaluación de los usuarios y otras personas ayuda a entender mejor el reto y la solución. Sobre el producto se puede trabajar tantas veces como sea necesario hasta que refleje adecuadamente la solución.
Ofrece: compartir con la sociedad
Es el broche final del método ECO. En esta última fase, el producto-solución se comparte con la sociedad. Se presenta en un entorno real. Esto permite evaluar la solución creada, especialmente, por los usuarios. Pero también el progreso de los estudiantes como profesionales en formación.
Cuanto más difusión tenga el producto, más comentarios y opiniones útiles se obtendrán. Se busca llegar a la mayor cantidad de personas posible para generar un mayor impacto.
Aulas universitarias y mundo real
ECO es un método vivo y flexible. Busca un aprendizaje más profundo y relevante, basado en situaciones reales. Los estudiantes aprenden a través de la experiencia directa y se enfrentan a la realidad que los rodea. Además, este tipo de aprendizaje se fortalece mediante la investigación, la reflexión y la creatividad.
Los estudios muestran que el uso de la metodología ECO se relaciona con un mejor rendimiento académico y una mayor satisfacción entre los estudiantes universitarios. Los alumnos valoran la utilidad de aplicar lo aprendido en un contexto real y reconocen la importancia de colaborar en equipo.
Pero ECO también es una manera de ver, sentir, creer y hacer. Esto es, un modo de vivir. Y se puede enseñar y aprender a (con)vivir, tendiendo puentes, conectando con la sociedad… haciéndose ECO del entorno.