¿Dar retroalimentación positiva? Fácil. ¿Dar retroalimentación constructiva? Ahí es donde se complica.

por Richa Malhotra

La retroalimentación es una herramienta poderosa para el crecimiento, tanto en el trabajo como en la vida personal. Ayuda a identificar puntos ciegos y ofrece oportunidades para cambiar el comportamiento o mejorar el rendimiento.

Antes de profundizar en cómo brindar retroalimentación efectiva, es importante distinguir la retroalimentación de la evaluación del desempeño. 

  • Una evaluación de desempeño es un proceso formal que informa las decisiones sobre pago, promociones y desarrollo profesional (por ejemplo, revisiones anuales).
  • La retroalimentación , por otro lado, es continua, evolutiva y se centra en la mejora diaria (por ejemplo, coaching en el momento).

La retroalimentación funciona mejor cuando forma parte de un ritmo regular de relaciones laborales, no como algo que ocurre una vez al año. No querrás que la evaluación de fin de año sea la primera vez que alguien se entere de un comportamiento que ha estado afectando su rendimiento durante meses.

El valor de la retroalimentación

La retroalimentación en el trabajo moldea la cultura, impulsa el rendimiento y puede influir en el éxito de una organización. Refuerza lo que funciona y ayuda a corregir el rumbo donde no funciona. En mi práctica de coaching, he visto a muchos líderes que se sienten cómodos ofreciendo retroalimentación positiva, pero dudan a la hora de ofrecer retroalimentación constructiva.

Por qué dar retroalimentación constructiva puede resultar desafiante

Dar retroalimentación constructiva puede resultar difícil por muchas razones. Estas son algunas de las preocupaciones más comunes que escucho de los líderes de personas y equipos:

  • “No quiero herir los sentimientos de nadie”.
  • “Quiero evitar el conflicto”.
  • “No estoy seguro de cómo decirlo.”
  • “Nuestra cultura no es muy directa”.

Este último punto surge con frecuencia, especialmente en organizaciones que priorizan la armonía o que operan en diferentes contextos culturales. Ser consciente de estas diferencias puede ayudarte a ajustar tu enfoque de la conversación, haciéndola más respetuosa y constructiva.

Si bien estas preocupaciones son comprensibles, evitar la retroalimentación a menudo conduce a la pérdida de oportunidades de crecimiento y a frustración en ambas partes. 

¿La buena noticia? No tienes por qué evitarlo. Con algunos cambios de mentalidad y herramientas prácticas, dar retroalimentación puede volverse más natural, honesto y efectivo, además de ser una de tus herramientas de liderazgo más poderosas.

Cómo hacer que dar retroalimentación sea más fácil

Aquí hay estrategias prácticas que le ayudarán a sentirse más seguro y cómodo, ya sea que esté liderando un equipo o colaborando con sus pares:

1. Replantear la intención

Al abordar la retroalimentación, es útil considerarla como una inversión en el crecimiento personal, en lugar de un momento para señalar los problemas. Cuando la retroalimentación se basa en la atención y un deseo genuino de ayudar, cambia la dinámica de la conversación. Se centra menos en la crítica y más en el apoyo. Cuando se aborda con esa mentalidad, es más probable que la retroalimentación se reciba de forma abierta y constructiva.

2. Primero limpia tu espacio interior

Antes de dar retroalimentación constructiva, tómate un momento para reflexionar sobre ti mismo. ¿Te sientes frustrado, decepcionado o molesto? Si es así, tómate un tiempo para procesar esas emociones. La retroalimentación es más efectiva cuando proviene de una actitud sensata, tranquila, honesta y respetuosa, no de una reacción emocional.

3. Preséntese con empatía, curiosidad y claridad

Si bien no puedes controlar cómo recibirán tus comentarios, sí puedes controlar cómo los transmites. Tu tono y lenguaje corporal son importantes. Intenta ser:

  • Claro: sea específico y directo, no vago.
  • Empático: piensa en cómo te sentirás al escuchar lo que estás a punto de decir.
  • Curioso: haga preguntas en lugar de sacar conclusiones apresuradas.

Abordar la retroalimentación de esta manera ayuda a crear un espacio seguro y abierto para una conversación real, en lugar de provocar una actitud defensiva.

Concéntrese en lo que realmente sucedió, no en etiquetar a la persona. Comparta el contexto, describa el comportamiento, explique su impacto, ofrezca una solución y fomente una conversación bidireccional.

Por ejemplo, en lugar de decir “Eres descuidado” o “Eres desorganizado”, podrías decir: “En el informe del cliente de la semana pasada, noté que faltaban algunos datos clave y que el formato era inconsistente. Eso preocupó al cliente y obligó al equipo a dedicar más tiempo a revisarlo. De ahora en adelante, una revisión final o una lista de verificación podrían ayudar a detectar esos problemas a tiempo. ¿Qué opinas?”

Este tipo de retroalimentación:

  • Se centra en el comportamiento, no en el carácter.
  • Comunica claramente el impacto.
  • Ofrece orientación prospectiva sin ser prescriptiva.
  • Invita al diálogo en lugar de cerrarlo.

5. Desarrolle el hábito de la retroalimentación

Deje que la retroalimentación sea algo que ofrezca periódicamente, no sólo cuando algo sale mal. 

Una buena regla general proviene de la investigación de John Gottman sobre cómo construir relaciones sólidas. La «ratio Gottman 5:1» sugiere cinco interacciones positivas por cada una negativa. Aunque originalmente se desarrolló para la dinámica matrimonial, este principio se aplica bien al ámbito laboral.

Al ofrecer constantemente reconocimiento, apoyo y aportaciones constructivas, los líderes pueden fomentar un entorno más confiable y resiliente. Con el tiempo, este enfoque equilibrado ayuda a los miembros del equipo a sentirse valorados y motivados, convirtiendo la retroalimentación en una herramienta valiosa para el crecimiento y la conexión.

6. Seguimiento y refuerzo del comportamiento positivo

La retroalimentación no es algo puntual, sino parte de una conversación continua. Tómate el tiempo para revisar cómo está durante las semanas siguientes y hazle saber a la persona que ves su esfuerzo y progreso. Este tipo de refuerzo genera confianza y fomenta el crecimiento continuo . Incluso los pequeños reconocimientos pueden marcar una gran diferencia. Cabe destacar que reconocer cuando alguien actúa en respuesta a la retroalimentación es tan importante como darla; el reconocimiento refuerza el progreso con mayor eficacia que el silencio.

Reflexiones finales

La retroalimentación efectiva tiene el poder de transformar equipos, pero requiere más que buenas intenciones. Requiere constancia, valentía y dedicación. Un punto de partida sencillo: ofrece una retroalimentación positiva y específica a un compañero o miembro del equipo, algo que haya hecho bien y que haya tenido un impacto claro. Observa cómo se siente al darla y cómo responde. Incluso los pequeños momentos de reconocimiento generan confianza y abren la puerta a conversaciones más profundas.

Como cualquier habilidad de liderazgo, la retroalimentación se vuelve más fácil con la práctica. Cuanto más intencional y reflexivo seas, más natural se vuelve.

En mi trabajo como coach, he visto cómo pequeños cambios constantes en la forma en que los líderes dan retroalimentación generan un efecto dominó en los equipos y la cultura. Estos principios sientan las bases, pero el verdadero cambio ocurre cuando la retroalimentación se convierte en parte habitual del ritmo diario de trabajo en equipo, de forma abierta, honesta y respetuosa. 

Entonces, ¿qué comentario puedes ofrecer hoy que pueda abrir la puerta al crecimiento?

Nota del editor: Para obtener más consejos sobre cómo brindar retroalimentación, lea:

Acerca del autor

Richa Malhotra

Richa Malhotra es coach ejecutiva certificada por ICF, con un MBA y experiencia en puestos de liderazgo en Citibank y Dell. Colabora con líderes y equipos sénior de empresas globales como Google, Adobe, PayPal, L’Oréal, MetLife y Under Armour para impulsar el cambio, optimizar el rendimiento y liderar con propósito.

Fuente: https://www.reworked.co/employee-experience/the-art-of-giving-feedback/

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