por Gustavo Tejera
¿Cómo puede ser que los seniors emprendedores sean relegados cuando proponen innovación real para productos y servicios?. Los seniors pueden lograr 7 veces más éxito que los emprendedores más jóvenes. Pero las incubadoras promueven exactamente lo contrario empoderando a los jóvenes en dos contradicciones: le dan capitales a quienes menos empatía tienen con los seniors, siendo que los seniors pertenecen a la generación que crece más y tiene, por lejos, más poder adquisitivo.
Lo peor sucede cuando empresas privadas, como BID y Endeavor, promueven la selección de proyectos de interés público en incubadoras como Pensar en Grande. Sinceramente, me da vergüenza ajena por los valores sociales que se impulsan.
Un senior tiene grandes ideas, pero es fácilmente vulnerable cuando se les exigen un montón de tecnicismos. En Pensar en Grande me dijeron: “quedas fuera de inmediato porque los evaluadores entran los parámetros de tu emprendimiento en una ecuación que tienen”.
Muchos de los que hemos participado en programas como Pensar en Grande estamos de acuerdo en que la selección es edadista y la capacitación que proponen es anacrónica. Tal capacitación te desanima. Lo increíble es que algunos personajes determinantes pertenecen a la Generación Plateada, como profesores de metodologías y la dirección de Xeniors.
Cuando un Estado permite que organizaciones privadas tomen esta responsabilidad, lo subjetivo y los intereses de stakeholders ocultos priman. Por ejemplo: cuando evaluaron nuestro proyecto en 2023 nos dijeron que los evaluadores poco sabían de tecnología e interoperabilidad. ¿Qué?
Cuando te hacen reconocer de entrada que los juicios son irreversibles y que no se te tiene que dar un feedback serio y constructivo (todo se trata de aprender) caes en la peor de las injusticias y el desprecio por la inclusión se vuelve carne. No es cierto que se defienda la inclusión, las reglas cambian a medida que los proyectos son más amplios y, de verdad, grandes.
Caes en la realidad de que quienes evalúan emprendimientos no están capacitados ni ética ni técnicamente.
En Uruguay existe un enorme techo de cristal para su realidad demográfica e industrial. Nunca la tecnología tuvo tanta propaganda con un escaso derrame de calidad de vida en la población.
Nos debemos como sociedad un gran debate sobre estos temas. La nueva longevidad lo requiere, la honestidad lo exige, la democracia digital lo impone.
Nunca antes se habló de tantos temas importantes sin hacer nada al respecto.
Somos KW Foundation, con insumos para enriquecer el debate y democratizar la evaluación de proyectos, sin edadismo.
Fuente: https://kwfoundation.org